La revisión del PNIEC, una oportunidad de país

Entramos en junio y, con ello, nos acercamos a la fecha en la que el Gobierno se ha comprometido a remitir a Bruselas su propuesta de actualización del vigente Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030. Un proceso de revisión cuyo principal cometido es alinear y hacer compatibles los objetivos nacionales y europeos de reducción de emisiones, incrementar nuestra soberanía energética para hacerla menos dependiente del exterior y garantizar unos precios razonables de la energía para los hogares y la industria del país.

Una cuenta atrás que se presenta, en particular, como una oportunidad para elevar considerablemente los objetivos de participación de los gases renovables en el mix energético en el horizonte 2030, aprovechando todo el potencial existente para producirlos y vehicularlos a través de la moderna y mallada infraestructura gasista existente.

Es destacable, como muestra de un diálogo constructivo de todas las partes interesadas, el interés y la elevada participación registrada en las reuniones de trabajo convocadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Se ha puesto de relieve la importancia de integrar en el proceso de conversación pública a todos los agentes para conocer e intercambiar sus opiniones y demandas específicas.

En este sentido, desde Sedigas vamos a apoyar, como ya venimos haciendo, cualquier iniciativa encaminada a alinear los objetivos en materia de gases renovables al potencial real de nuestro país.

De esta forma, hemos animado al Gobierno a establecer uno mucho más ambicioso, en particular, para el biometano, y cumplir así también las orientaciones marcadas por la Comisión Europea.

España debe ser capaz de aprovechar la enorme oportunidad que se abre ante ella para convertirse, no solo en el hub gasista para Europa, sino en un nodo de desarrollo de tecnologías punteras y sostenibles gracias al hidrógeno renovable y el biometano. Vectores energéticos 100% renovables cuya fortaleza radica, además de en su estabilidad, en su altísima capacidad de almacenamiento y transportabilidad gracias a las infraestructuras existentes.

Estamos hablando de establecer unas metas de penetración generales alineadas con las orientaciones fijadas en la propuesta REPowerEU, donde amplía hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo de producción de biometano, lo que equivale a cerca del 10% del consumo de gas natural a nivel comunitario para 2030.

Ese porcentaje debería servir como base o punto de partida sobre el que construir objetivos realmente audaces de producción de biometano español. Un fin, por otra parte, conservador, dado que algunos países de nuestro entorno como Alemania, Francia o Italia apuestan ya por estrategias de promoción mucho más ambiciosas para impulsar esta alternativa energética renovable y circular.

Siguiendo esta senda, Sedigas ha impulsado recientemente un manifiesto conjunto con otras diez relevantes asociaciones sectoriales de la energía, la industria y el sector agroganadero para poner de relieve la importancia estratégica de elevar la ambición en la producción de biometano hasta niveles alineados con el extraordinario potencial con el que cuenta España.

Un manifiesto, entendemos, necesario, para materializar el potencial declarado en nuestro país, que requiere seguir trabajando en la definición de un marco regulatorio cierto y estable, que atraiga y movilice las inversiones necesarias para poder disfrutar de los beneficios medioambientales, sociales y económicos de la apuesta por una energía autóctona, eficiente y sostenible para todos.

Pero el PNIEC no debe limitarse tan solo a dar ese necesario y definitivo impulso al potencial señalado en el Estudio de la capacidad de producción de biometano en España realizado por Sedigas, en colaboración con PwC y Biovic, que desvela una capacidad de generación estimada de 163 TWh, equivalentes al 45% de la demanda anual de gas natural.

Vemos también clave y estratégico que cualquier escenario dé cabida a los ciclos combinados, parte esencial hoy en día del sistema energético nacional y que son fundamentales como garantes del suministro eléctrico nacional.

La indisponibilidad e intermitencia de las renovables precisa de la existencia de una capacidad de generación de respaldo, que ofrezca un suministro continuo, flexible y dé estabilidad al sistema eléctrico, a la vez que nos permite seguir avanzando en la senda de la descarbonización.

Recordemos que, en el conjunto de 2022 y con una potencia instalada de 26 GW, los ciclos combinados superaron una producción de más de 68 TWh y se consolidaron -con un 25% del total- como la primera tecnología de la matriz de generación española.

Por todos estos motivos, confiamos en que el Miteco sea capaz de recoger de forma ambiciosa y pragmática en el PNIEC las oportunidades que tenemos como país: ofrecer una adecuada respuesta a los objetivos de descarbonización, garantizar en todo momento un suministro energético competitivo y asequible, y consolidar nuestra posición como referentes europeos en el despliegue de los gases renovables.