Impulsar nuestras pymes al abrigo del sol

En plena inestabilidad del sistema energético, que ha puesto en tela de juicio el status quo establecido, la energía fotovoltaica continúa consolidándose como una de las fuentes de energía renovable más prometedoras en España en los últimos años.

En la actualidad, España es uno de los principales países del mundo en implantación de energía solar fotovoltaica. El año pasado se conectaron 2,5 GW de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo, en torno al doble de 2021, y se prevé que durante 2023 el mercado siga creciendo y llegue a unos 3,5 GW.

Además, la energía fotovoltaica tiene un impacto positivo en la economía española. Según datos de UNEF, desde el punto de vista del empleo, el impacto total en España ascendió a 89.644 trabajadores nacionales ligados directa, indirecta e inducidamente al sector fotovoltaico en 2021. Cifras nada desdeñables que marcan el camino a seguir en el presente y, sobre todo, en el futuro.

La fotovoltaica ha impulsado su presencia en un momento crucial en el que todos los actores han comprendido su verdadero poder como vertebradora del tejido empresarial español.

Nuestras empresas, principalmente las pymes, cada vez más activas en la búsqueda de soluciones que impulsen y hagan sostenible su negocio, han descubierto en el autoconsumo fotovoltaico ese socio cercano, fiable y comprometido que les proporciona seguridad en un momento en el que las tensiones en el mercado energético suponen una traba para su competitividad y les brinda una oportunidad para mejorar su imagen corporativa y, al mismo tiempo, contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Pero el destacado desempeño de la fotovoltaica en el tejido empresarial español no finaliza ahí, sino que su papel como compañera de viaje, apoyando e impulsando la estabilidad y rentabilidad de las pymes, la posiciona entre las principales herramientas que les permiten una mayor sostenibilidad, tanto en el ámbito económico como en el medioambiental.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las pymes, sobre todo en el momento actual en el que las instituciones financieras han cerrado el grifo del crédito en Europa, es la dificultad para acceder a la financiación sin comprometer con ello la viabilidad de la compañía. En este sentido, el sector ya supo adelantarse al momento actual, ofreciendo a las compañías soluciones realmente eficaces para hacer posible su acceso a energía verde y barata como la solar sin necesidad de realizar una inversión previa.

No obstante, desde el sector no podemos dejar de hacer hincapié en que las soluciones ofrecidas a las pymes en materia de generación de energía limpia son una inversión altamente rentable que traerá mayores beneficios, tanto a largo como a corto plazo. Dejando de lado las subvenciones, que por supuesto son muy valorables, la incorporación de una instalación de autoconsumo fotovoltaico a los activos de la compañía, por si sola ya genera unos beneficios suficientes como para acelerar la toma de decisión por parte del empresario dejando de lado la aprobación de las subvenciones. Si lo enfocas desde un prisma puramente económico, cuanto antes se realice la instalación de autoconsumo, antes se empieza a amortizar, a recibir ahorros y a beneficiarse de todas las ventajas que esto conlleva.

Una de estas soluciones presente en España con gran éxito desde hace varios años es el PPA (Power Purchase Agreement) de autoconsumo, un acuerdo de compra-venta de energía renovable a largo plazo, principalmente solar, por el que la empresa paga por la energía generada en la instalación solar situada sin coste alguno en su propia cubierta a un precio fijado a largo plazo y mucho más competitivo que el obtenido de la red de distribución. Esto no solo permite a las empresas ser más competitivas desde el primer día, sino que las protege ante las fluctuaciones de los precios del mercado energético, situación que ahora está impidiendo el desempeño normal de cientos de miles de empresas en España y está abocando a la desaparición a otras tantas.

Pero son muchas más las iniciativas y soluciones que el sector fotovoltaico está implementando en España con el objetivo de impulsar la recuperación económica de España. En este sentido, el papel que la fotovoltaica está desempeñando en la vertebración territorial de España está siendo de gran valor, revalorizando algunas regiones hasta entonces olvidadas gracias a la instalación de parques fotovoltaicos que atraen a un gran número de profesionales cualificados que se asientan ahí y a la creación de comunidades energéticas que hacen más atractiva y sostenible su vida. No cabe duda de que este es uno de los caminos para impulsar una mayor cohesión territorial de España.

Pero no debemos ser complacientes con nosotros mismos pues, aunque en general la fotovoltaica está proporcionando unos resultados muy positivos allí donde tiene lugar, su modelo de desarrollo aún adolece de ciertas debilidades en estas regiones que reclaman una reflexión objetiva y serena sobre el mismo.

Los últimos años han sido de intensa actividad regulatoria en el sector energético, permitiendo establecer un marco normativo para el desarrollo de las renovables en nuestro país en los próximos años.

En lo que respecta a la política gubernamental, el gobierno español continuará fomentando la adopción de la energía solar, lo que podría incluir la implementación de políticas de energía renovable más ambiciosas que permitan seguir impulsando una transición energética que es imprescindible para el futuro de nuestro país y de nuestro tejido empresarial. En nuestra mano está aprovechar todas y cada una de estas oportunidades que tenemos a nuestro alcance.