España invertirá cerca de 1.000 millones en nuevas plantas de biometano

De los 18.000 millones de euros que la industria europea ha destinado para el despliegue del biometano hasta 2030, 948 millones se invertirán en España. De la cifra total, 16.000 millones se invertirán en plantas nuevas, mientras que los otros 400 millones se destinarán a zonas industriales abandonadas.

España es uno de los tres países de la Unión Europea con mayor potencial para el desarrollo del biometano. Desde el sector estiman en más de 163 TWh/año el potencial de producción de este gas renovable, que permitiría cubrir en torno al 45% de la demanda nacional de gas natural, y cuya materialización supondría la puesta en marcha de un total de 2.326 plantas a lo largo de todo el territorio nacional, así como la generación de cerca de 62.000 empleos, según refleja un estudio elaborado por Sedigas en enero de este año.

De la cifra total, 1.566 serían plantas de residuos agroindustriales, EDAR o RSU; 609 plantas utilizarían los denominados cultivos intermedios como materia prima para la generación de biometano y las 151 plantas restantes serían de gasificación térmica.

Sin embargo, la falta de ambición en España, motivada principalmente por el apoyo casi inexistente de las administraciones en estos últimos años, ha provocado que actualmente solo haya nueve plantas operativas de biometano en el país. Todo lo contrario a lo que está sucediendo en otras regiones europeas. Según la asociación Gas Infrastructure Europe (GIE, por sus siglas en inglés), el número de plantas de biometano en Europa supera actualmente las 1.300 instalaciones, con Alemania, Dinamarca y Francia a la cabeza como los mayores productores de biometano de la Unión.

Aunque el futuro del biometano en nuestro país no resulta muy halagüeño, la situación podría dar un giro relevante en los próximos años a tenor de los datos recogidos en el documento Perspectivas de la Inversión, que la Asociación Europea del Biometano (EBA, por sus siglas en inglés) ha hecho público a principios de junio.

De los 18.000 millones de euros que, según el informe, la industria europea ha destinado para el despliegue del biometano hasta 2030, 948 millones se invertirán en España. Concretamente, está previsto que se inviertan 4.100 millones de euros entre 2023 y 2025, se desbloqueen 12.400 millones de euros entre 2026 y 2030 y se aporten otros 1.000 millones de euros cuyo plazo aún está por especificar.

Las inversiones se sitúan sobre todo en Francia (1.400 millones) e Italia (1.100 millones) gracias a las condiciones favorables que existen en estos Estados miembro. Les siguen Países Bajos (951 millones), España (948 millones), Alemania (658 millones), Suecia (635 millones) y Polonia (429 millones). Además, 5.500 millones de la inyección de capital permanecerán en la UE con un destino final abierto y 3.300 millones se destinarán a territorios no comunitarios como Reino Unido y Ucrania.

La mayor parte de estas inversiones (16.000 millones de euros) está prevista para plantas totalmente nuevas, mientras que 400 millones se destinarán a zonas industriales abandonadas, incluida la conversión de plantas de cogeneración de biogás en instalaciones de producción de biometano.

Según apunta el informe de EBA, dichas inversiones proporcionarán beneficios adicionales para todo el sistema por valor de hasta 7.900 millones al año, entre los que se incluyen la seguridad energética, la salud del suelo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el suministro de CO2 biogénico, la mejora de la gestión de residuos, la creación de empleo, la sustitución de fertilizantes sintéticos, el desarrollo rural sostenible y la expansión de la agroecología.

Precisamente, la valorización del CO2 biogénico en sustitución de productos basados en CO2 de origen fósil está incluida en los planes de negocio de la mayoría de los inversores encuestados por la EBA para la realización de este documento, cuya opción preferida es la Captura y Utilización de Carbono (CCU), ya que el CO2 biogénico es un producto valioso y su producción puede mejorar la economía de un proyecto de producción de biometano. Otro uso importante del CO2 biogénico es la producción de metano sintético verde (utilizando hidrógeno verde), que genera volúmenes adicionales sustanciales de gas verde sostenible, a la vez que se prevé la instalación de tecnologías de CCU y Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS) en plantas de biometano existentes, lo que les permitirá capturar todo el CO2 biogénico generado.

Apoyo político y marco regulatorio estable

Hace un año, Bruselas anunciaba el objetivo REPowerEU de alcanzar 35 bcm de producción de biometano en 2030. Para lograrlo, la EBA estimó que sería necesaria una inversión de 83.000 millones.

La UE produce actualmente 3,5 bcm de biometano, de manera que para alcanzar al objetivo de 35 bcm es necesario movilizar materia prima de biomasa sostenible -principalmente desechos y residuos-, además de construir al menos 5.000 nuevas plantas de biometano. Desde un punto de vista técnico, esto es factible en los próximos siete años; sin embargo, desde la asociación europea señalan la necesidad de contar con políticas adecuadas, condiciones marco estables y vías para el uso final a largo plazo para garantizar la inversión prometida.

En el caso de España, el Gobierno tiene de plazo hasta el 30 de junio para enviar a Bruselas el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Varias asociaciones del país, presentaron a finales de abril un manifiesto en el que, entre otras peticiones, reclaman un incremento del objetivo para el biometano y piden alcanzar hasta un 10% del mercado.

Los miembros de la EBA que han participado en este primer informe de inversión sobre biometano, tienen como objetivo cumplir con el Reglamento de taxonomía de la UE, que fija un marco con las cuatro condiciones que debe cumplir una actividad económica para ser considerada medioambientalmente sostenible, ya que, a su juicio, alinear la taxonomía de la UE con el objetivo REPowerEU ayudará a la movilización de inversiones sostenibles.

A este respecto, los inversores indican que el cumplimiento de la taxonomía es importante para aprovechar las inversiones verdes, mientras que las empresas involucradas han identificado dificultades para implementar los criterios de selección. El 40% de los inversores apuntan a utilizar biometano en el transporte, mientras que un 35% indica que su inversión se centrará en el transporte junto con otros usos finales, como la industria y la calefacción.