El futuro de las renovables en España, cada vez más cerca

La potencia instalada en autoconsumo en España ya supone el 5% de la capacidad total del sistema eléctrico y casi el 2% de la generación.

Durante nueve horas, entre las 10 de la mañana y las 7 de la tarde del pasado 16 de mayo, el total de generación de energía solar, eólica e hidroeléctrica en España superó la demanda eléctrica. En otras palabras, durante ese espacio de tiempo, la generación de energía renovable de España fue más que suficiente para cubrir el 100% de nuestra demanda eléctrica.

Aunque anteriormente ya se habían registrado momentos similares, nunca habían durado tanto tiempo. Además, cabe destacar que esto se produjo en un día laborable normal y corriente, no durante un fin de semana o en un día festivo, cuando la demanda eléctrica suele ser menor.

Un hito significativo, sin duda, pero no aislado. De hecho, según el informe de Aurora Energy Research, el desperdicio de electricidad renovable se multiplicó por diez en España en 2022, es decir, las paradas de plantas renovables, también llamadas “curtailment”, que empiezan a ser ya muy habituales, y no solo en fines de semana.

Este escenario se repetirá cada vez más en los próximos años, si tenemos en cuenta que recientemente el gobierno ha dado luz verde otorgando declaración de impacto ambiental positiva a 154 nuevos parques con casi 28 GW de energía renovable (la inmensa mayoría fotovoltaica), a lo cual podemos sumarle el ritmo de crecimiento de las instalaciones de autoconsumo, que creció más del 100% en 2022. Y es que la potencia instalada en autoconsumo en España ya supone el 5% de la capacidad total del sistema eléctrico y casi el 2% de la generación.

¿Es éste el camino a seguir?

Está claro que en España tenemos una gran oportunidad de situarnos a la cabeza en cuanto a economía descarbonizada en Europa, gracias a las horas medias de sol y de viento de que disfrutamos, muy por encima del resto de países de la Unión Europea.

Por supuesto, tenemos que seguir incrementando la capacidad de generación renovable, pero ¿tiene sentido que cuanta más potencia instalemos, más energía desperdiciemos en determinados momentos del año? Parece evidente que sería mejor sacarles partido a estos excedentes, pues es energía malgastada.

¿Qué podemos hacer, entonces? Podemos tomar varias medidas; por un lado, nuestra capacidad de interconexión con Europa es más que limitada, actualmente de menos del 5%, lo cual hace que no estemos aprovechando el potencial de exportación y venta de energía al resto de Europa. Deberíamos incrementarla. Por otro lado, también tenemos que incrementar notablemente nuestra capacidad de almacenamiento de energía, hoy en día casi inexistente, tanto con sistemas conectados a la red como con equipamientos detrás del contador, en industrias, edificios e infraestructuras, para ser capaces de utilizar la energía excedente en cuanto no tengamos generación renovable, de modo que sigamos incrementando la velocidad de descarbonización de la energía. El almacenamiento detrás del contador, a su vez, permitirá la apertura y democratización de los mecanismos y mercados de flexibilidad a gran escala, hecho que permitirá a las empresas monetizar sus activos energéticos con ingresos adicionales. Además, es algo que tarde o temprano necesitará Red Eléctrica de España para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico, a la que, por cierto, estamos muy bien acostumbrados, pero que estará en riesgo si seguimos a este ritmo. Estamos ya teniendo síntomas claros con situaciones de congestión en ciertos tramos de la red de distribución, que está ya poniendo en jaque a la tan habitual estabilidad del suministro eléctrico en España. Es el caso del corredor del Henares, con presencia de grandes empresas con una importante potencia instalada de autoconsumo, que dificulta enormemente la gestión de la estabilidad de la red.

Llevando a cabo todas estas medidas, conseguiremos acelerar todavía más la descarbonización de nuestra economía a un coste mucho menor que sencillamente sobre-capacitando el sistema con renovables.

También es importante recordar lo que está ocurriendo ya con los precios de la electricidad y que también irá a más. Cuanta más generación renovable tengamos en el sistema, más polarizados estarán los precios a lo largo del día, entre días de la semana, y a lo largo del año. Ya está ocurriendo que los precios en las horas diurnas se están desplomando, y se incrementan de manera muy importante cuando se pone el sol y cesa el viento, normalmente a partir del atardecer y, por supuesto, por la noche. Es la llamada curva de pato, que se empezó a dar ya hace tiempo en Estados Unidos y que ya tenemos en España, especialmente los fines de semana pero que sin duda se extenderá también a los días laborables. Este hecho tiene un impacto nada deseable que hace que se puedan llegar a desincentivar las inversiones en renovables por una reducción directa de ingresos.

Ahora es el momento

Ahora es el momento de invertir en digitalización de todo el sistema eléctrico. Invertir en interconexión con Europa, sí, pero sobre todo en almacenamiento y digitalización del sistema eléctrico, tanto delante del contador, en red de transporte y distribución, como detrás del mismo, en instalaciones de empresas y en nuestras casas, con tecnología de microgrids. Será la manera de acelerar la descarbonización de nuestro país de la manera más eficiente y competitiva posible y hacer de la situación privilegiada que tenemos, una gran oportunidad.

Y es que convertirnos en la economía más descarbonizada de Europa tiene enormes ventajas para nuestro país. Por nombrar algunas, se trata de una gran oportunidad de atracción de inversión. Por el simple hecho de que las empresas, teniendo sus factorías instaladas en un país con un alto mix de renovables en el sistema, automáticamente se convierten en más sostenibles por disminuir sus emisiones de CO2 ligadas a la compra de energía (alcance 2). Por otro lado, es una fuente de empleo de calidad y de larga duración, ya que es necesario desplegar y mantener las inversiones de digitalización de toda la red eléctrica, así como las instalaciones de edificios, industrias e infraestructuras, todas operando como un único sistema eléctrico super optimizado y eficiente. Y finalmente y no menos importante, atracción de talento para nuestras empresas.

Pero no lo conseguiremos solamente integrando renovables y más renovables pues eso nos llevará a un parón en las inversiones o, si encontramos la manera de seguir incentivando las inversiones en nuevos parques de generación, hará que la descarbonización ocurra a un coste demasiado alto, perdiendo la oportunidad de competitividad de país que tenemos en frente nuestro, o que esta sea limitada. De hecho, sería mucho más interesante incentivar el almacenamiento y el despliegue de microgrids detrás del contador, llamadas a convertirse en la piedra angular de la transición energética de nuestro país. ¿Porque no incentivar más con fondos Next Generation la inversión en almacenamiento y microgrids para reducir su periodo de payback y así hacerlas más atractivas para las empresas? Aunque estamos ya viendo retornos de inversión en microgrids entorno a los cuatro años, se podrían desplegar ayudas para reducirlos todavía más. La proliferación de microgrids, por otro lado, contribuirían a suavizar la curva de pato y ayudar a la viabilidad de las inversiones en plantas de renovables.

Cualquier solución futura debe pasar por avanzar hacia un enfoque mucho más colaborativo en todo el ecosistema, fomentando la creación de un mercado energético mucho más flexible y una cooperación mucho más cercana entre los productores de energía renovable, los operadores de la red eléctrica y los consumidores de energía, donde todas las interrelaciones ya serán bidireccionales.

El momento de empezar es ahora, la tecnología está disponible, tenemos una red eléctrica moderna y estable que, eso sí, hay que digitalizar, y tenemos el talento. Todos los ingredientes para aprovechar una oportunidad histórica de incrementar la competitividad de nuestro país y de nuestras empresas.