Anese propone al Gobierno once líneas de actuación para descarbonizar el país

El manifiesto, presentado por Carlos Ballesteros, director general de Anese, y apoyado por varias entidades, recoge aspectos que van desde la agilización de proyectos a la protección a vulnerables.

La escalada de los precios energéticos se ha convertido en un freno a la hora de alcanzar algunos de los objetivos de sostenibilidad marcados por España. La Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (Anese) propone a la Administración once líneas de actuación para afrontar el reto de la descarbonización en este complejo contexto, a través de un manifiesto apoyado por entidades como BBVA, Endesa X, Repsol, Nedgia o Acciona Energía, entre muchas otras.

Por este motivo, Carlos Ballesteros, director general de Anese, abordó las pautas clave, que abarcan desde la neutralidad tecnológica hasta la protección de los clientes vulnerables, en la inauguración de la jornada Descarbonización y Sostenibilidad, organizada por elEconomista.es y Anese.

En primer lugar, el manifiesto expuesto por Ballesteros apuesta por la “neutralidad tecnológica”, cuyo objetivo es la reducción de emisiones combinando aquellas tecnologías que sean más eficientes y económicas, es decir, “no favorecer ninguna tecnología sobre otra, sino establecer un contexto de libre competencia donde se impongan las más eficientes”.

En este sentido, es necesario incentivar económicamente aquellas medidas tecnológicas que fomenten una mayor descarbonización y cuyo retorno no sea tan inmediato, así como reducir las emisiones y compensar lo inevitable. “Las prácticas de greenwashing no son aceptables”, puntualizó el responsable de Anese.

La cuarta propuesta del manifiesto es promover la contabilidad energética, que cada empresa sepa cuánto y qué consume en sus procesos, a través de políticas que incentiven las mediciones como “bonificaciones fiscales por la implantación de sistemas de gestión de la energía”. También es clave “introducir los certificados de ahorro energético como mecanismo de mercado alternativo al sistema de subvenciones” y promover la inclusión de la energía en los planes estratégicos de las empresas y administraciones.

Ballesteros hizo hincapié en las labores de “concienciación en el mundo empresarial” y en la formación y divulgación “hacia usuarios finales y administraciones públicas”. En este sentido, destacó la importancia de impulsar la “formación técnica, económica y financiera del capital humano para contar con perfiles adaptados a las necesidades de descarbonización”.

El décimo punto del manifiesto ahonda en el papel del sector público. Este recoge propuestas como la definición de la regulación a través de un régimen participativo, la adecuación de la legislación nacional al nivel europeo, el refuerzo de los mecanismos de control y penalización por incumplimientos de normativas o la agilización administrativa en los proyectos.

Finalmente, el documento expuesto por el director general de Anese defiende la protección de los clientes vulnerables reales mediante la implementación de reglas justas y estables en la formación de precios energéticos de mercado. Se evitan introducir modificaciones que beneficien de manera injustificada a sectores que no lo necesiten.