Francesco Starace, consejero delegado de Enel: “Tenemos que sentarnos Gobierno e industria y decidir sobre las nucleares”

Francesco Starace, consejero delegado de Enel, es uno de los directivos clave del sector energético. En su reciente visita a España recibió a elEconomista.es para analizar la evolución del grupo y la situación del negocio a las puertas de que el Gobierno italiano tome una decisión sobre su renovación al frente de la compañía.

El grupo Enel está apostando por aumentar su presencia industrial con dos plantas de paneles solares. La Comisión ha presentado un plan para frenar la guerra comercial con EEUU y retener el potencial industrial. ¿Será suficiente?

Los números son claros. Si tomamos el dato de instalaciones de 2022, son 41.000 MW. Menos del 3% de los paneles fueron producidos en Europa y el 97% fueron importados de Asia, la mayoría de China. Esto no es culpa de China, es nuestra. Por eso hemos decidido, después de año y medio detrás de ello, invertir en una fábrica de 3.000 MW en Italia. ¿Por qué 3.000 MW? Porque la fábrica media en China es de 3.000 MW. Pero, mirando los números, representa menos de un 8% del consumo anual de Europa. Creo que tenemos un desafío importante y todos debemos reflexionar sobre ello. Descarbonizar nuestra producción requiere un esfuerzo industrial desde el punto de vista de la inversión en plantas y de la producción de paneles solares. Lo mismo ocurre en Estados Unidos. Ellos también importan muchísimo de Asia y están empezando a decidir. No es que digamos no más de Asia, pero tenemos que hacer balance. En 2023, los 41.000 MW de solar que hemos instalado en 2022 van a ser, como mínimo, 10.000 MW más, porque los instalados en 2022 son hijos de decisiones de 2020 o 2021 antes de la guerra. Pero con la guerra se va a añadir capacidad.

Los precios del gas y del mercado mayorista eléctrico están bajando. ¿Se ha terminado la crisis?

Lo primero que quiero decir es que hemos logrado pasar bien casi completamente este invierno, que no era tan obvio. Es verdad que han ayudado las temperaturas, pero también hemos descubierto que hacíamos un uso del gas poco inteligente. Estamos logrando ahorrar en el consumo de gas entre el 10%-15% y en algunos países el 20%. Creo que es una prueba de que usábamos mal el gas y tenemos que tenerlo en la cabeza para el futuro y que se puede consumir menos gas sin particular impacto. En 2022 compramos gas a Rusia, pero este año no lo podremos hacer. Si vemos la situación, es peor ahora que hace un año. En ese sentido, no está claro cómo vamos a gestionarlo en los próximos meses, porque a finales de marzo empezará el esfuerzo para ver los niveles de los almacenamientos y creo que tenemos que esperar volatilidad, pero tenemos herramientas para gestionarlo un poco mejor.

¿Cree qué Europa ha olvidado la emergencia climática? Alemania está quemando más carbón y, en España, en el caso de Endesa, no les han permitido cerrar una central.

Este problema se reducirá en los próximos años. Estamos quemando más carbón, pero un informe de Ember señala que no tuvo un impacto tan alto. Para mí es algo a corto plazo y no tenemos que preocuparnos por esto. Habrá que quemar un poco más de carbón para aguantar otro invierno, pero después no. En 2022, en la Europa 27 hemos instalado 41.000 MW de solar y 15.000 MW de eólica que, en 2023, van a producir unos 100 TW, equivalentes a 21 millones de metros cúbicos de gas, y cada año va a bajar.

¿Cree que se está fragmentando el mercado único europeo de la energía? Las ayudas de países como Alemania pueden hacer que cada uno tenga una política energética propia o que se acabe rompiendo tras 30 años.

Es muy difícil decir si en Europa hemos conseguido, en algún momento, tener un mercado único de la energía, porque siempre ha habido diferencias. Nosotros estamos en muchos de estos mercados y no es fácil decir que tenemos un mercado único. Tenemos algunos principios básicos y otros fiscalmente muy distintos; incluso políticas energéticas que hasta hace cinco o seis años han sido bastante diferentes en nuclear o carbón. Ahora la tecnología, más que la política, está empujando hacia una armonización, como mínimo de la parte de los activos, porque descarbonizar no es solo preservar el medio ambiente, sino que es económicamente interesante. El Green New Deal de la Comisión fue bastante claro para todos. Lo que pasa es que, con la crisis, se observó que tenemos que reflexionar sobre un nuevo marco regulatorio y añadir un instrumento de mercado, que en Europa no tenemos, que es una regulación que nos permita disfrutar de la visibilidad de los precios que las renovables nos permiten y, así, que los clientes puedan disfrutar esta nueva oportunidad. No tenemos una herramienta bien establecida y común para ofrecer a todos los consumidores la posibilidad de ver precios a largo plazo y claramente las renovables suponen esta oportunidad. Y, esto, creo que es el trabajo de esta nueva Comisión. Hacerlo individualmente sería una pena. Es más fácil hacerlo en común.

¿Qué les parece la propuesta española de reforma del mercado?

Hay una propuesta española, una francesa, una italiana que también tiene un valor añadido porque se logró hacer junto con Confindustria, la Alianza de los Industriales. Es el primer caso en el que productores y consumidores logran un acuerdo sobre un marco que gusta a los dos. Hoy tenemos dos enfoques distintos: el primero, modificar las herramientas que tenemos ahora, en el mercado a corto plazo, para que este pueda ser también a largo plazo. Esto no es fácil. Otro enfoque es decir este mercado funciona, no tenemos que añadir mucho, y desarrollamos un nuevo mercado que trabaje junto. Eso creo que es más fácil. No distorsiona, no crea incertidumbre sobre lo que ya funciona y nos permite reflexionar sobre el nuevo sin crear turbulencias. Hay estas dos distinciones y vamos a ver cómo se orienta en Europa. Hacer cambios a nivel europeo del primer sistema es más complejo. Tener un acuerdo sobre un nuevo mercado es más fácil. Pragmáticamente, prefiero el segundo punto.

¿Van a recurrir el nuevo impuesto a las eléctricas y la banca?

Este nuevo impuestazo... Están ahora analizándolo con todo detalle, porque no es tan fácil. Es un impuesto sobre los ingresos. Eso es un poco raro como aproximación. Puedes empezar a razonar si se tienen beneficios excesivos. Estamos analizándolo y vamos a decidir cuando este análisis esté completo.

El Gobierno ha iniciado la revisión del Plan energético, ¿piensan que se puede abrir la puerta a que la nuclear pueda extender su vida en España?

Es una buena pregunta, porque recientemente se ha conectado la segunda planta nuclear a la red europea desde hace 15 años que se empezó a construir en 2008. Originariamente el plazo era de siete y hemos tardado el doble. También hemos invertido el doble. Pero ahora estamos contentos de que se logre este gran éxito. Creo que quien tiene una planta nuclear funcionando, en esta situación de incertidumbre sobre el suministro de gas y todo lo que pasa, tiene que pensarlo bien antes de cerrarla y ver cuántas inversiones necesitas o si quieres prolongar su vida en diez años. Hemos visto que en Francia están desarrollando algo que puede lograr alcanzar los 60 o 70 años de vida de las plantas. Desde este punto de vista, las plantas españolas son bastante jóvenes. Por esto tienen una opción. Es un asunto de política energética nacional. Pero creo que un gobierno tiene que elegirlo bien. La buena cosa es que ahora, gracias al trabajo que hizo la ministra, tenemos fechas claras. Por esto se sabe que tenemos que tomar una decisión, porque algunas fechas están llegando y está claro que tenemos que sentarnos el gobierno y la industria y decidir qué hacer juntos. No es una decisión que uno puede tomar solo, porque son activos muy importantes y, en estos momentos, pueden ser una reserva de energía bastante importante.

¿Cómo ha avanzado la venta del negocio del gas en España?

Como ya teníamos la idea de salir de este negocio, nos salimos ahora que el valor es el máximo. Hemos dado el primer paso en Chile a finales de 2022 y ahora estamos haciendo lo mismo en España.