Las cortina de humo de Ribera por la guerra del agua con Valencia

La reforma del mercado mayorista de la electricidad que ha presentado España tiene pocos visos de prosperar en Europa. El Gobierno, sin consultar previamente al sector, se lanzó hace un par de semanas y envió el trabajo de la profesora de la Universidad Carlos III y consejera de Enagás, Natalia Fabra, a sus homólogos europeos. La propuesta de Fabra bebe en gran parte de algunos de los documentos que ya había ido produciendo la Comisión y en los que se recomienda -al igual que hacen las eléctricas- la contratación a plazo de la energía como principal cambio manteniendo el sistema marginalista de precios.

El ministro de Energía alemán, Robert Habeck, ha asegurado que la propuesta española es interesante para el debate, pero lo cierto es que el planteamiento de una intervención de precios de la nuclear y la hidráulica se aleja mucho de las consideraciones que va a tener en cuenta la comisión. Francia, por su parte, ha creado un grupo de expertos para debatir la reforma y ha incluido también a la asesora del Gobierno español como fórmula para tratar de defender su famosa tarifa Arenh de precios de la nuclear para la industria. El Grupo de trabajo de energía del Consejo Europeo acaba de abrir la consulta pública para la reforma. La intención de la Comisión es trabajar estos próximos meses para tener una propuesta inicial en marzo, lo que augura que los cambios serán menos profundos de los planteado en septiembre en el Debate sobre el estado de la Unión por la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen.

La comisaria de Energía, Kadri Simson, al contrario que Ribera, se reunió con Eurelectric para iniciar la discusión. La patronal eléctrica europea quiere profundizar en el actual mercado, al igual que las renovables. Piden evolución, no revolución a los reguladores del mercado.