La importancia de contar con una cadena de suministro de hidrógeno confiable

La transición energética ha experimentado, desde el pasado año, una importante aceleración a nivel global tras el estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia, lo que ha derivado en una necesidad imperante de incrementar el impulso de las energías renovables tras la subida de precios de los combustibles y la electricidad.

En este contexto, el hidrógeno verde se ha erigido como una de las fuentes de energía más atractivas de cara a los próximos años. Según un estudio publicado por BloombergNEF, se prevé que el hidrógeno pueda llegar a asumir hasta el 24% de las necesidades energéticas del mundo de cara al año 2050.

A medida que la transición energética sigue ganando impulso, la industria del hidrógeno está en un momento clave para la búsqueda y desarrollo de métodos seguros y eficientes de transporte. El aprovechamiento de las energías limpias como el hidrógeno, es un pilar fundamental en el desarrollo tanto por parte de firmas privadas, como una apuesta clara por parte de las administraciones públicas, que este año se ha puesto de manifiesto como nunca antes.

Esta industria está todavía en una fase incipiente y, aunque las infraestructuras han avanzado mucho en los últimos dos años, esta no está ni mucho menos desarrollada para suministrar las enormes cantidades de hidrógeno que se necesitarán en el futuro próximo.

Una de las claves para aumentar la penetración del hidrógeno verde en los planes de transición energética y hacer de esta fuente de energía un activo más tangible y real en nuestra sociedad y en la economía, pasa por apoyar el transporte por carretera de este combustible y por el desarrollo de hidrogeneras.

La distribución de hidrógeno por carretera es la única tecnología segura, madura y consolidada a día de hoy para transportar grandes volúmenes de hidrógeno a un precio competitivo. Aun así, las infraestructuras de repostaje de hidrógeno existentes en nuestro país están todavía en una fase muy inicial.

Según Anfac, la patronal de fabricantes de vehículos y Gasnam, la Asociación de fomento del uso del gas natural y renovable, España tiene actualmente 11 hidrogeneras en activo y hay, además, otras 12 en construcción. Con todo, España precisa de 150 hidrogeneras antes de 2026 para que nuestro país se convierta en un país de referencia en la movilidad a través del hidrógeno.

Ante esta brecha tecnológica entre los combustibles fósiles convencionales y el hidrógeno verde, es una realidad cada vez mayor que, además del apoyo por parte de los gobiernos, se necesitan amplias inversiones en el sector para permitir un mayor volumen de proyectos y que el precio sea cada vez más competitivo.

Uno de los principales retos del sector en este ámbito es ser capaces de perfeccionar las tecnologías de compresión de las estaciones de repostaje de hidrógeno, para poder ampliar el alcance de su capacidad y así satisfacer la creciente demanda de hidrógeno.

Además, también es necesario contar con firmas experimentadas que cubran toda la cadena de valor de este tipo de combustible, lo que aligerará, sin duda, los tiempos de desarrollo y puesta en marcha de los proyectos, siempre con el foco puesto en conservar los altos estándares de seguridad requeridos como eje principal en todo el proceso.

Otro de los puntos relevantes para el desarrollo de una cadena de suministro confiable del hidrógeno verde es saber aplicar la digitalización en este tipo de proyectos. Proporcionar las herramientas necesarias para optimizar el uso de hidrógeno a través de herramientas como el Big Data, permitirá crear un modelo analítico avanzado de consumo y operación así como utilizar patrones de tráfico para la creación de rutas de transporte, tanto por carretera como intermodal, con tractoras de hidrógeno verde, lo que reduciría los costes y aumentaría la eficiencia en toda la cadena de suministro.

Las oportunidades son enormes frente a otro tipo de combustibles, especialmente tras el elevado incremento de los precios del gas natural para la producción de otro tipo de hidrógenos como el gris. Así, según la Agencia Internacional de la Energía, el coste de producir hidrógeno verde podría caer a tan solo un tercio de los niveles actuales a través de la inversión continua, la innovación tecnológica y un mayor despliegue en las economías de escala.

Otras tendencias digitales en la gestión de la cadena de suministro pasan por el uso de sensores, sistemas de gestión inteligentes que proporcionan una supervisión en tiempo real, mejorando la seguridad y la funcionalidad de los sistemas de transporte y de las hidrogeneras a través de las comunicaciones entre los distintos elementos que las componen.

Una economía baja en emisiones de carbono como la que puede aportar en los próximos años el desarrollo de nuevos proyectos de hidrógeno verde es tremendamente positivo a todos los niveles: social, medioambiental y económico.

Para lograrlo, el sector necesita un compromiso real de inversión y una regulación clara que demuestre que las administraciones se adaptan a las necesidades del mercado y a las demandas de la sociedad.