Por una industria más diversa, innovadora y sostenible

La descarbonización es uno de los mayores retos a los que se enfrenta actualmente el sector del acero. No solo estamos hablando de la necesidad urgente de reducir las emisiones de CO2, sino también de transformar completamente uno de los principales sectores de la economía global. Un desafío de tal magnitud requiere innovación y formación a todos los niveles, y la colaboración entre empresas, sectores y disciplinas para desarrollar e implementar soluciones innovadoras. Las competencias de los equipos de trabajo evolucionan a un ritmo acelerado en base a las necesidades de las personas y del planeta, y debemos contar con profesionales que tengan las competencias, habilidades y liderazgo necesarios en esta transformación. Y aquí radica el segundo gran reto de la industria: atraer al talento femenino.

Las mujeres siguen subrepresentadas en muchos sectores STEM: el alumnado femenino supone un 34% de las matrículas en carreras técnicas en la Unión Europea y un 30% en España. La mayoría elige carreras relacionadas con el cuidado: enfermería, biomedicina, medicina o biotecnología. El sector siderúrgico emplea a una trabajadora por cada 10 hombres y tan solo un 16% de los puestos ejecutivos están ocupados por mujeres. Estos índices, que reflejan la realidad de un sector históricamente masculino, están cambiando por la activa presencia de la mujer en el ámbito laboral y por las ilimitadas y cambiantes necesidades técnicas de un sector en plena revolución industrial. La igualdad de oportunidades es un elemento esencial en la cultura organizativa y un facilitador para que la innovación surja de forma natural en equipos más plurales.

Para lograr una mayor presencia de la mujer en el entorno industrial, se deben seguir impulsando iniciativas que den visibilidad a referentes femeninos. En marzo participé en el foro “Mujeres de Acero, el puente hacia la Descarbonización”, gracias al cual UNESID reunió por primera vez a representantes de las principales siderúrgicas del país en torno al papel de la mujer en el sector, y lo considero un claro ejemplo de hacia dónde debe encaminarse la cultura corporativa industrial. Definitivamente es un win-win: un equipo más diverso supone nuevos enfoques y puntos de vista, podría tener un gran impacto en términos de innovación y competitividad. La descarbonización del sector del acero no solo es un gran reto, sino también una oportunidad histórica. Trabajadores y trabajadoras compartimos la responsabilidad de crear soluciones innovadoras y sostenibles que nos permitan crear “la siderurgia del mañana”.