
El hidrógeno verde, una oportunidad para atraer industria a España
La transición energética, en la que ya estamos inmersos, pero en la que todavía tenemos que profundizar mucho más, tiene como objetivo principal la descarbonización de toda la economía y cuenta como herramienta principal con el desarrollo de renovables para la electrificación de la mayor parte de los usos energéticos; aunque es obvio que algunos procesos industriales de alta temperatura o, por ejemplo, el transporte marítimo y aéreo de larga distancia serán más difíciles de electrificar. Para la descarbonización de estos sectores contamos con la alternativa del hidrógeno verde, fabricado con agua y electricidad renovable.
Estos nichos de mercado, que podrían representar un 15% del consumo final de energía, van a requerir grandes cantidades de hidrógeno verde y de desarrollo de renovables, que muy probablemente se convertirá así en el principal complemento de la electrificación en la transición energética, pudiendo representar hasta un 70% del consumo final de energía.
El hidrógeno verde como vector energético crea un gran potencial industrial en aquellos lugares con buen potencial renovable, como España, que va a generar ingentes inversiones, creación de riqueza real y puestos de trabajo; un potencial que las empresas debemos y queremos aprovechar.
Desde el Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV) consideramos que entre las oportunidades que plantea esta apuesta por el hidrógeno verde, que será un input importante en muchas industrias, la más relevante es que no deberíamos contentarnos con producirlo aquí, lo que tenemos al alcance de la mano por los generosos recursos renovables con los que cuenta nuestro país, sino que deberíamos aprovechar esta ventaja competitiva para atraer industria que hoy está en otros países porque cuentan con energía más barata y que en el futuro se pasarán al hidrógeno como alternativa para su descarbonización.
Generemos hidrógeno verde barato, sí; pero la apuesta principal debe ser usarlo aquí, ahorrando unos costes de transporte y exportación que nos harían perder gran parte del valor añadido. Asumamos el reto de atraer industrias gracias a un hidrógeno verde de bajo coste para emplearlo aquí y atraer nuevas cadenas de valor, el resultado será mucho más beneficioso para nuestro país que si nos conformamos con su exportación a través de costosas y complejas infraestructuras.
Hace pocas semanas, la Energy Transitions Commission, un organismo internacional independiente con base en Londres, y de la que forman parte importantes empresas globales, publicó un informe que decía que España tiene una oportunidad indudable para fabricar acero verde por sus buenos recursos renovables para generar hidrógeno verde, en lugar de exportarlo al norte de Europa para que otros hagan el acero verde allí.
Efectivamente, parece evidente que es mucho mejor utilizar ese hidrógeno verde barato para atraer las industrias a nuestro país, obtener un mayor valor añadido y crear empleo. Además, otro argumento importante es que es mucho más fácil y barato exportar acero que hidrógeno. Lo mismo sucede con otros productos como los fertilizantes, la industria química o los combustibles sintéticos que utilizará la aviación o el transporte marítimo en el futuro.
Todas estas industrias utilizarán hidrógeno verde como input e irán allí donde sea más económica su producción. De hecho, ya está habiendo anuncios de traslado de empresas internacionales de primer nivel a España para producir acero, hidrógeno o metanol verde. Potenciemos esta tendencia para generar riqueza y empleo en nuestro país en vez de que otros aprovechen nuestros recursos en otros lugares.
Recientemente participamos en la presentación de la Alianza Andaluza por el Hidrógeno Verde, un proyecto ejemplar de colaboración público-privada promovido por la Junta de Andalucía. Desde el GECV nos felicitamos de esta iniciativa porque somos conscientes de que crear una nueva industria prácticamente de cero como esta requiere la colaboración de todos, y la administración sin ninguna duda puede ayudar, por ejemplo, promoviendo que la oferta y la demanda crezcan al mismo ritmo de forma ordenada, con marcos adecuados, pensando y planificando a lo grande con una política industrial potente y focalizada, y logrando una mayor involucración social.
Andalucía, pero también el resto del territorio español, tiene una situación tremendamente favorable para aprovechar las oportunidades de las que estamos hablando, porque contamos con los mejores recursos renovables, así como con una excelente capacidad industrial para desarrollarlas.
Si enfocamos el desarrollo del hidrógeno verde hacia la captación de inversiones industriales, nuestro país podrá aspirar a tener un liderazgo en la escena internacional dentro del ámbito de la transición energética.
En el GECV estamos convencidos que la economía verde no es un coste, sino una enorme oportunidad, y estamos ante una de las más claras que se nos plantea, siempre que trabajemos alineados, pensemos y planifiquemos con visión de futuro.