Combustibles sintéticos: el salvavidas de los coches de combustión

Repsol construirá en Bilbao una de las mayores plantas de demostración del mundo de combustibles sintéticos en la que invertirá más de 100 millones de euros.

El pasado 28 de marzo, la Unión Europea aprobaba el Reglamento que prohíbe la venta de nuevos vehículos ligeros y furgonetas con motor de combustión a partir de 2035. Sin embargo, el veto de Alemania a este acuerdo las semanas previas, lograba que la Comisión Europea reconociera el caso particular de los combustibles sintéticos para su uso en este tipo de vehículos.

A partir de esta fecha, los países de la UE solo podrán comercializar vehículos con motor de combustión que utilicen únicamente combustibles sintéticos para circular (también conocidos como e-fuels). El Ejecutivo comunitario se ha comprometido a presentar en otoño una propuesta legislativa para consagrar dicha exención para este tipo de combustibles.

Los combustibles sintéticos se fabrican a partir de CO2 capturado e hidrógeno renovable como únicas materias primas. Al tener propiedades fisicoquímicas similares a los combustibles actuales, los combustibles sintéticos -al igual que sucede con los biocombustibles-, son compatibles con los vehículos actuales, pudiendo utilizarse en flotas de camiones, coches, aviones y barcos, aprovechando además la infraestructura ya existente. El ciclo de vida de este tipo de combustibles da como resultado cero emisiones de CO2, ya que en su producción absorben el mismo dióxido de carbono que, posteriormente, emiten en su utilización.

La decisión de Bruselas abre así la puerta al uso de un tipo de combustible renovable o ecocombustible, como solución a medio-largo plazo para la descarbonización del sector del transporte -y complementaria a la electrificación-, responsable del 33% de las emisiones totales de CO2, a medida que su producción alcance la escala industrial y, por tanto, la fase comercial. El Reglamento, sin embargo, deja de lado a los biocombustibles avanzados, otro tipo de combustible renovable producido a partir de biomasa, especialmente residuos.

Según la eFuel Alliance, la producción de e-fuels podría crear cerca de 280.000 nuevos empleos, de los que unos 20.000 serían directos y alrededor de 260.000 indirectos.

Primeros proyectos

Haru Oni ​​se ha convertido en la primera instalación de combustibles sintéticos en funcionamiento en el mundo, propiedad de HIF Global, empresa mundial líder en e-fuels. A finales de diciembre del pasado año, esta planta de demostración, ubicada al sur de Chile, produjo los primeros litros de gasolina sintética. El objetivo de HIF Global es convertirse en el mayor productor de e-fuels a nivel global, alcanzando los 140.000 barriles al día en 2030, capturando más de 25 millones de toneladas de CO2 y descarbonizando cinco millones de vehículos.

La planta de Haru Oni producirá 350 toneladas anuales de e-metanol y 130.000 litros anuales de e-gasolina. La instalación espera iniciar operaciones comerciales este 2023. En una primera etapa, el fabricante de automóviles de lujo Porsche -uno de los socios del proyecto junto a Siemens Energy, ExxonMobil, Empresas Gasco, Enel y EGP- utilizará el e-fuel producido para sus centros de experiencia Porsche y la supercopa Porsche Mobil 1. Ferrari, Mazda e Iveco son otros fabricantes que también están apostando por el desarrollo de los combustibles sintéticos. Además de la planta de Chile, HIF Global sumará dos instalaciones más para la fabricación de este tipo de combustible: una de ellas se ubicará en Texas (Estados Unidos) y la otra en Tasmania (Australia). Esta última ya ha iniciado el proceso para conseguir los permisos ambientales para una planta a gran escala.

A nivel nacional destaca el proyecto de la multienergética Repsol, que construirá una de las mayores plantas de demostración del mundo de combustibles sintéticos en Bilbao, con una inversión inicial superior a los 100 millones de euros. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, participó en mayo de 2022 en el acto de primera piedra de este proyecto, reafirmando el compromiso de la compañía por proyectos industriales que aporten soluciones a la descarbonización real.

Se trata de un proyecto tecnológico que necesita de una etapa de desarrollo para convertirse en una solución a escala industrial. Para abordar este reto, la compañía cuenta con socios como Petronor, uno de los principales centros industriales de España, y Aramco, la mayor compañía energética del mundo.

Elevado precio

Uno de los principales escollos para el despliegue de los combustibles sintéticos en el transporte estaría en su elevado precio. Aunque varias universidades, institutos de investigación y la propia industria llevan tiempo trabajando intensamente en el desarrollo de este tipo de combustible neutro en carbono, conseguir abaratarlos dependerá, tal y como apuntan desde la AOP, “de la política fiscal y la normativa que permita su desarrollo para que sea posible reducir los costes de producción y ofrecer precios más competitivos”, de ahí que desde el sector reclamen certidumbre regulatoria tanto a nivel nacional como europea.

Según un análisis reciente elaborado por la organización ecologista Transport & Environment, un litro de gasolina sintética podría costar 2,80 euros en 2030, lo que supone un 50% más respecto al precio medio que se paga actualmente por repostar un litro de gasolina, de manera que el coste medio anual por llenar el depósito ascendería a 2.300 euros por cliente.

El informe también señala que permitir la venta de vehículos con motores de combustión después de 2035, desplazaría las ventas de hasta 46 millones de vehículos eléctricos para 2050.