Los beneficios de las eléctricas europeas crecen un 12% en 2021

Según un estudio de AFI, presentado durante el Congreso de aelēc, las compañías eléctricas europeas no han tenido beneficios extraordinarios, ni en 2021 ni en el primer semestre de 2022, por el efecto de precios. Aunque es cierto que han facturado un 85% más, su EBITDA solo ha crecido un 12%.

La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (aelēc) celebró el pasado 20 de septiembre su IV Congreso anual, con gran éxito de asistencia y participación, cuya ponencia inaugural corrió a cargo de la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, en el que también intervinieron ponentes tan destacados como Cristina Lobillo, directora de Energía Re-Power EU de la Comisión Europea y Cani Fernández, presidenta de la CNMC.

Durante la apertura del Congreso, Marina Serrano, presidenta de aelēc, pidió “armonizar” el impuesto a las energéticas que quiere poner en marcha el Gobierno con las medidas que se tomen en Europa, aunque recordó que la tasa europea propuesta por Bruselas, solo hace referencia al sector de combustibles fósiles (petróleo, gas y refinerías) y no a las compañías eléctricas con generación renovable.

Preguntada por el mecanismo de excepción ibérica para limitar el precio del gas natural que se usa para la generación de electricidad, Serrano afirmó en un encuentro posterior con la prensa que, “aunque ha reducido el coste de la factura, ha supuesto un mayor uso del gas natural y está representando una distorsión en el mercado minorista, ya que algunos consumidores tienen el coste de la compensación y otros no”.

Durante la primera mesa redonda del evento, Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdrola España, y José Casas, director general de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa, pidieron a la Comisión Europea “poner un tope al precio del gas”, al que consideran “la raíz del problema” de la actual crisis de precios energéticos. Por su parte, la consejera delegada de EDP España, Ana Marques, señaló la necesidad de seguir acelerando la llegada de las renovables “para garantizar el suministro y la independencia energética” y que las medidas que se están tomando a nivel europeo, “contribuyan a una mayor armonización entre todos los Estados miembro”.

A lo largo de la mesa de debate, los representantes de Iberdrola, EDP y Endesa, negaron que sus empresas estén teniendo beneficios extraordinarios, “tal y como demuestran los contratos que las eléctricas enviamos a la CNMC”, señalaron los ponentes. Una afirmación que fue refrendada por Arturo Rojas, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), durante la presentación del estudio Rentabilidades en sectores energía y electrointensivos, del que se desprende que las compañías eléctricas “no han experimentado los llamados beneficios extraordinarios”, afirmó el experto. Esto se debe, según Rojas, “a que el grueso de la energía se contrata en mercados a plazo”.

El informe muestra que el precio medio de negociación de los contratos a plazo liquidados en 2021 fue de 49,96 €/MWh, “un precio que no anticipaba el aumento del precio del gas”, afirmó el ponente, para concretar que “la fuerte subida de los precios de la electricidad, no se ha reflejado en un incremento inusual de los resultados contables de las empresas eléctricas”.

“Los resultados se pueden interpretar, pero son los que son”, afirmó el represente de AFI a elEconomista Energía. Los datos utilizados para elaborar el estudio, explica Rojas, “proceden de la información de resultados que publican las compañías y, en base a ellos, hemos calculado cuál ha sido su evolución en determinados periodos que consideramos representativos, de manera que aquí no hay ningún tipo de previsión, ni análisis sofisticado”.

Concretamente, AFI ha seleccionado dos grupos de 106 empresas europeas: 54 proveedores de energía, divididos en tres subgrupos (electricidad, petróleo y gas y renovables) y 52 del sector electrointensivo, dividido en cuatro subgrupos (industria siderúrgica, metales no férricos, química diversificada y química especializada) y ha centrado el análisis en tres variables básicas: los ingresos, el resultado operativo bruto (EBITDA) y el beneficio neto.

En el año 2021 y en el primer semestre de 2022, explica Rojas, “no ha habido beneficios anormales, extraordinarios, ni exuberantes en el sector eléctrico por ese efecto de precios. Son datos objetivos. El informe refleja que las compañías eléctricas han facturado un 85% más, pero su EBITDA ha crecido solo un 12%”. Por eso, añade, “cuando se produce este ruido de que las compañías eléctricas están ganando mucho dinero, lo que hay que hacer es ver cuáles son las que verdaderamente lo están ganando”. De hecho, el experto cree necesario que el Gobierno esté atento y vigile que no se produzcan esos beneficios extraordinarios, “porque, si los hubiera, habría que gravarlos, pero es que, en el caso de las eléctricas, todavía no han aparecido”, apuntó.

“No sucede lo mismo en otros sectores”, comentó Arturo Rojas a nuestra publicación. “Los electrointensivos, que son consumidores que van a demanda, han tenido unos resultados buenísimos en 2021, independientemente de los precios de la energía, porque tienen demanda de esos productos y son capaces de trasladar a precio todo el incremento de costes de la energía y un aumento de sus márgenes”.

Ahorro energético y electrificación

Jacobo Llerena, subdirector general de Eficiencia Energética y miembro de IDAE, MITERD, que también participó en el Congreso, centró su intervención en los Certificados de Ahorro Energético. El ponente destacó que, su aplicación, “permitirá alcanzar los objetivos de eficiencia energética de forma más rápida y eficaz en diversos sectores, como la industria, residencial, terciario, servicios, transporte, agricultura, etc.”.

Asimismo, y junto con la simplificación administrativa, los operadores económicos podrán asumir la iniciativa y elección de actuaciones de ahorro energético, así como de inversión económica, con la posibilidad de movilizar los certificados en un mercado bilateral. A su vez, permitirá que los consumidores finales se beneficien económicamente de las medidas de ahorro y eficiencia energética implantadas, no sólo por la disminución de los costes de su factura energética, sino también por la monetización de los ahorros energéticos conseguidos, necesarios para que los sujetos obligados obtengan los certificados.

El evento también contó con la intervención de Ana Aguilar, directora responsable de Economics en Deloitte España, que presentó el índice de electrificación, así como la metodología desarrollada para estimar el valor actual de la tasa de electrificación en España. Y es que tener un conocimiento lo más exacto y actualizado posible sobre el índice de electrificación, es decir, de la relación entre el consumo de energía eléctrica y el consumo de energía final, es indispensable para conocer si España está avanzando en el buen camino hacia los objetivos de descarbonización marcados.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) es el encargado de la producción estadística, en la que se informa de los consumos de energía de los distintos sectores y con los que se puede calcular ese índice de electrificación. La dificultad es que ese trabajo estadístico es complejo y la publicación de los datos se produce con un retardo de, aproximadamente, año y medio.

Al objeto de contar con un indicador más actualizado sobre el grado de electrificación de la economía, Deloitte ha desarrollado una metodología estadística ad hoc de la que ha resultado una estimación sobre el índice de electrificación para el primer semestre de 2022.

En ese sentido, Aguilar explicó que su modelo “anticipa bien la tasa de electrificación, que se ha ido incrementando en las últimas décadas, incluso en periodos de recesión como el del Covid-19”. Según el modelo desarrollado por Deloitte, “la tasa de electrificación va retornando hacia su valor tendencial conforme se va restaurando la actividad económica tras la pandemia”. En el primer semestre de 2022, la tasa de electrificación se situó en el entorno del 23,7%, ligeramente por encima de su valor en 2019.

El Congreso finalizó con diversas intervenciones en las que se analizaron todos los avances y tecnologías que están impulsando al sector eléctrico en el marco de la transición energética, incluyendo temas tan destacados como el almacenamiento, el hidrógeno verde o las redes inteligentes, entre otros.