El sector quiere independizarse de Asia en fabricación de componentes

Las empresas están intentando aupar la creación de un tejido industrial más local a nivel nacional. La industria española compite en desventaja en los mercados internacionales.

La dependencia de los países asiáticos para fabricar o adquirir ciertos componentes clave para la producción de renovables, como la solar, está dificultando su implantación. Esta es la conclusión a la que llegaron en la cuarta mesa del VII Foro de la Energía, moderada por Concha Raso, redactora de elEconomista Energía. Los ponentes estuvieron de acuerdo en la necesidad de crear “una red industrial local” que permita el desarrollo económico de los territorios, así como el desvincular la dependencia de los países asiáticos para la fabricación de ciertos componentes.

El consejero delegado de Soltec, Raúl Morales, dio inicio al debate comentando la situación en la que nos encontramos a causa del conflicto en Ucrania y las consecuencias derivadas de éste, como la falta de materias primas o la dependencia de otros países: “La situación que vivimos es, básicamente, por haber procrastinado con las funciones u obligaciones que tenía la UE en materia energética. Se ha hablado mucho de unión monetaria, política económica, etc., pero la política energética se ha ido dejando porque no era un asunto fácil de abordar. Hemos perdido 7 u 8 años donde los precios eran bastante asequibles. Si se hubieran aprovechado bien, actualmente estaríamos en una situación muchísimo mejor y tendríamos muchísima menos dependencia de los combustibles fósiles o del gas ruso, simplemente”.

Morales afirmó que “ha llegado un momento en el que la situación ha cambiado dramáticamente y necesitamos más energía renovable. Hay que hacer menos política y hay que ser más ejecutivo. Y no lo digo sólo por España, sino también por la UE, que se pasa meses y meses con reformas negando lo evidente, incluso llegando a insistir que el gas y la energía nuclear son verdes o que entran dentro de la taxonomía de energía verde de la UE”.

Desde Soltec ven que “la intervención continua en prácticamente todo, hace imposible llevar un ritmo constante. Cualquier autorización lleva de 3 a 6 años. Cuando llegan los permisos, nos encontramos con que no tenemos componentes porque la UE se ha dormido y hemos vendido nuestro tejido industrial a los asiáticos”. “No hay microchips, el acero está por las nubes, no hay paneles solares porque prácticamente todos se fabrican en China o el sureste asiático con células chinas. Ahora dependemos de ellos para instalar una planta solar”, lamentó. Sin embargo, mostró una pizca de optimismo y defendió que “el resto del coste de la planta, un 60% aproximadamente, como seguidores solares, inversores, transformadores, construcción, etc., sí lo tenemos en España y somos competitivos a nivel mundial; de hecho, seguimos exportando al mundo entero y podemos volver a ser líderes”.

Promocionar la industria local

El CEO de Gransolar, Iván Higueras, comentó que “dentro de nuestra estructura diversificada, tenemos un parte de fabricación que está apuntando a los 10 GW fabricados y seguimos apostando y aumentando la fabricación en Valencia, pero cuando competimos con extranjeros ellos tienen otras ventajas”. Higueras manifestó el deseo de promover la industria en España, “que no nos pase como con otras tecnologías”, pero confirmó que actualmente “a nivel internacional tenemos que competir en desventaja”.

“Contábamos con hacer muchísimo más en España y Europa, pero hemos tenido que complementar con atacar a otros mercados, como puede ser Australia, donde vamos a construir casi 1,2 GW o en Sudáfrica o EEUU. A veces se nos llena mucho la boca como país de que queremos promocionar, pero no nos olvidemos de que promocionar una industria no es solo promocionar la inversión, la financiación, sino construir tejido industrial, crear empleo, hacer algo que sea sostenible”, añadió.

En ese sentido, el consejero de Ibox Energy, Lamberto Camacho, se sumó a las palabras de su compañero de debate e insistió en la necesidad de fomentar una industria local en lo que respecta a la fabricación. “Hemos llegado a un momento en el que nos hemos dado cuenta de lo frágil que es la cadena de suministro internacional y, ahora, en una situación de crisis, esa fragilidad nos está pasando factura entre pagar más por la fabricación de productos chinos e incluso rusos. Además, esto impacta en la relación que tiene el consumidor con la energía”. “Es importante reconocer que se debe hacer el esfuerzo de fortalecer la industria local”, concluyó.

PNIEC

El ritmo de instalación de renovables que se está ejerciendo en España es inferior al previsto. La vicepresidenta de Servicios Energéticos y Sostenibilidad de Schneider Electric en EMEA, Raquel Espada, habló de la existencia de un problema de fondo bastante elevado a raíz de la carrera por la independencia energética y las reformas del PNIEC, plan que no estamos cumpliendo. “En 2020 deberíamos haber estado en un 43,6% de lo que es la potencia que necesitaríamos instalar, en 2021 en un 46,7%, pero el objetivo que tenemos es de un 74%”, sumó.

“Siendo España este año el segundo país líder en instalaciones fotovoltaicas, tenemos que aprender de los errores, aprender muchísimo. Y no solo de los errores de la crisis, o de que llegamos a ser referentes, el problema que tenemos es la compra de productos del extranjero cuando los tenemos a nivel nacional. Los españoles tenemos que sacar pecho porque podemos hacerlo, tenemos los mejores recursos de Europa”, defendió.

Espada quiso también hacer especial mención a las interconexiones con el resto del viejo continente, un tema que no deja de estar presente desde hace meses: “Tenemos un problemón. Europa ha pedido un 10%, España está por debajo del 5%. Con las interconexiones que están encima de la mesa serían un 2,8% más. En total, un 7%. No llegamos. Tenemos que hacer lobby desde España porque el país vecino ha estado parando las interconexiones durante los últimos años por una serie de razonamientos. Las interconexiones son clave para la seguridad energética y la independencia que queremos conseguir”.

El director general para Europa de Total Energies Renewables, Yago Mancebo Ferreiro, reconoció que “para mí hay un objetivo que es un éxito ya de por sí: el PNIEC. Es un buen comienzo. Después hay unas normas que son aceptables, pero no hay un reglamento que desarrolle esas normas y por eso tenemos los retrasos actuales en los proyectos”. Mancebo expuso además que “hay que trasladar los beneficios de los proyectos a la sociedad”. Al mismo tiempo que “les dejemos invertir en las plantas que instalamos, darles formación y empleo”.

Íñigo Bertrand, CEO de Edison Next España, reflexionó sobre la energía y la resumió dividiéndola en dos: “La energía tiene dos patas: el lado de la oferta, como sustituciones que se pueden hacer a una economía descarbonizada, pero nos estamos quedando sin comentar la pata que yo creo que es donde más deberes tenemos pendientes y donde más preocupación tienen la industria y las administraciones públicas, que es el lado de la demanda, es decir, la energía que no consumimos. España lo está haciendo fatal en la eficiencia, la cantidad de energía que consumimos por cada unidad de PIB en el país es lamentable, y de esta cifra se habla muy poco, pero a raíz de esta tendríamos una oportunidad increíble para mejorar nuestra competitividad”.

“El esfuerzo que se está haciendo por la administración está más enfocado en sustituir energía fósil por verde que en buscar medidas complementarias para evitar que se consuma esta energía”, declaró Bertrand, y añadió que “se están poniendo parches con algunas medidas poco meditadas, con poco recorrido a largo plazo, en muchos casos temporales, y la preocupación de las industrias es creciente. Por ejemplo, estamos viendo que muchas empresas, tanto a nivel nacional como europeo, no se han pasado a combustibles renovables a raíz de las crisis del gas natural. Han vuelto a consumir gasóleo”.

“En definitiva, la eficiencia es una herramienta esencial para ganar independencia y generar empleo de calidad a nivel global”, terminó, dando fin a la mesa.