Las energéticas niegan beneficios ‘extra’: “Es la ley de las tres mentiras”

El sector afirma que el gravamen sobre los beneficios de las energéticas generará desventajas competitivas. Asimismo, tacha el precio de gas de referencia de especulativo y pide buscar un nuevo índice.

Las grandes energéticas españolas niegan estar percibiendo los conocidos como beneficios caídos del cielo con la escalada de precios que se registra en el último año.

Así lo afirmaron los líderes del sector durante la primera mesa del VII Foro de Energía Repower EU: El camino hacia la independencia energética, organizado por elEconomista.es el 7 de septiembre en Madrid que, moderada por Amador G. Ayora, director de elEconomista.es, contó con la participación de Rafael Mateo, consejero delegado de Acciona Energía; Loreto Ordóñez, consejera delegada de Engie España; Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol; Andrés Guevara, presidente de bp; José Bogas, consejero delegado de Endesa; y Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España.

El pasado mes de julio, el Gobierno anunció un impuesto temporal a los “beneficios extraordinarios” que obtengan este año y el próximo las grandes compañías eléctricas, gasistas y petroleras. En palabras de Josu Jon Imaz, este gravamen es “la ley de las tres mentiras”, algo así como lo que pasa con el pueblo cántabro de Santillana del Mar, “que ni es santa, ni es llana, ni tiene mar”. No es impuesto, dado que “lo han revestido de prestación patrimonial”, explicó. Tampoco recae sobre los beneficios, sino sobre los ingresos, “de modo que aun cuando la compañía pierde dinero, debe pagar el impuesto”. Pero tampoco se aplica sobre algo extraordinario, puesto que hablamos de un mercado cíclico, que contempla periodos de ganancias y pérdidas dentro de la normalidad. De hecho, según explicó Imaz, en el cómputo desde el año 2019 hasta el día de hoy, “Repsol ha perdido dinero”.

El CEO de Endesa secundó este posicionamiento. “No tiene sentido que no existiendo beneficios extraordinarios se tome la decisión de aplicar un gravamen, porque ya hay una serie de medidas y decretos que ya los contienen”, argumento José Bogas, que añadió que, en el caso de Endesa, además, un 30% de las ventas provienen de compras. “Igual que lo están pasando mal las comercializadoras puras -aquellas que solo venden lo que compran-, también lo pasamos mal nosotros”, dijo.

Para Bogas, el mercado eléctrico español tiene problemas que no presentan otros países: el PVPC, sobre el que ya existe una propuesta de mejora, y la retribución de las centrales Recore -renovables, cogeneración y residuos-. Esta última es una retribución regulada con una rentabilidad del 7,4%, “pero que toma las referencias del precio marginalista spot”. “Si hay un tercio de la generación que coge esta referencia, lo mismo debería ocurrir con un tercio de la demanda”, explicó.

Para el presidente de bp en España, el impuesto es regresivo, “es más una regalía que un impuesto”, aseguró Andrés Guevara. Además, es discriminatorio, puesto que genera desventajas competitivas en el mercado y tiene el riesgo “de matar la gallina de los huevos de oro”. Y es que se trata de una medida que no permite desgravar inversiones en renovables, de modo que espanta la inversión en el país.

Según Acciona Energía, el problema de la escalada de los precios energéticos se encuentra en el gas, y es ahí donde las autoridades europeas deben enfocar sus esfuerzos. “No disponemos de gas y el que tenemos lo referenciamos a un precio especulativo”, afirmó Rafael Mateo, en alusión al papel que ocupa el TTF (Title Transfer Facility) holandés a la hora de marcar los precios del combustible fósil en el viejo continente. Para la compañía, lo que España debería hacer es acelerar su apuesta por las energías no contaminantes y así liberarse de la dependencia energética de terceros. “No deberíamos seguir profundizando en infraestructuras fósiles, más allá de las encaminadas a usar el nuevo combustible gaseoso autóctono, que será el hidrógeno verde”, dijo Mateo.

Precisamente, el consejero delegado de Cepsa quiso hacer hincapié en la oportunidad histórica que tiene España para ser líder en transición energética. “Si conseguimos ser líderes de hidrógeno verde en Europa, España va a ser un exportador de energía por primera vez en su historia”, aseguró Maarten Wetselaar. Además, puede ser una oportunidad de reindustrializarse, “al atraer industrias que necesitan de hidrógeno verde accesible”. Por este motivo, no es el momento de perder la confianza de los inversores. Para que en el largo plazo España sea exportador de energía, también es fundamental “un gasoducto para transportar hidrógeno renovable a Alemania, Países Bajos y el norte de Europa”, como el MidCat, proyecto que conectaría el país con el resto de Europa a través de Francia y que, tras años de paralización, vuelve al centro del debate nacional. “Ahí está la oportunidad para que España se convierta en la Arabia Saudí del hidrógeno verde”, aseguró Wetselaar.

Un líder en renovables

La transición energética es una necesidad en donde el país está “extremamente atrasado” en relación a otros Estados miembro, una situación exacerbada por la crisis energética, tal y como explicó el consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle. “Lo que no debemos ni pensar es en abandonar esta carrera por la descarbonización”, advirtió. El CEO aprovechó su intervención en el debate para llamar a la calma y pedir que no se perdiese el foco, a través del ejemplo de Chile. “El país tuvo que independizarse energéticamente cuando se cortó el suministro de gas procedente de Argentina. Construyó una central de GNL y se fue de cabeza a las renovables; pero, para eso, se hizo un plan a largo plazo sin perder el horizonte del camino”.

Engie ve en España una oportunidad muy clara por sus recursos renovables, su industria y conocimiento. “En los dos últimos años hemos desplegado unos 4.400 millones de euros en la Península Ibérica, con la compra de grandes activos hidráulicos en el Duero o con la compra de Eolia”, recordó la consejera delegada de Engie España. Para Loreto Ordóñez, es fundamental dejar trabajar a la Unión Europea en la búsqueda de una solución macro, como puede ser la modificación del diseño del mercado marginalista. En este sentido, la prioridad a nivel nacional está en agilizar los trámites administrativos de las renovables. “El segundo tema que nos preocupa es que todavía hay incertidumbre sobre los parámetros del Recore, no sabemos exactamente cuál es la retribución”, alertó. Asimismo, advirtió sobre la importancia de reflexionar sobre la cantidad de normativa local existente. “Los parches locales generan distorsiones y diferencias en la competitividad en los mercados”, dijo.

La visión de Repsol sobre el abordaje de la transición energética fue distinta a la de sus compañeros eléctricos. Según Imaz, la transición que ha hecho España es ideológica y el motivo por el que los consumidores pagan más por la energía. “La transición energética debe cuidar la seguridad de suministro. Durante décadas necesitaremos petróleo y gas” aseguró. En este sentido, el CEO explicó que, a fin de cuentas, la demanda de gas obliga a importar y se emite incluso más CO2 que el que se produce en el país.