Retos futuros de la movilidad sostenible
El cambio climático que estamos viviendo, así como los problemas geopolíticos, están marcando un antes y un después en cómo se debe gestionar y dar viabilidad a las empresas. El nuevo orden mundial se está imponiendo: nuevas reglas al mundo que conocemos, con la aparición de nuevos actores, nuevos escenarios, nuevas oportunidades no vistas con anterioridad y siendo un desafío que lo debemos tomar como una oportunidad.
Actualmente, estamos viviendo la tormenta perfecta: crisis económica, crisis financiera, crisis sanitaria, crisis medioambiental, crisis social y crisis energética. Una crisis que ha cambiado nuestra forma de vida y que, por otra parte, se presenta como una gran oportunidad para consolidar el denominado Green Recovery: la recuperación sostenible basada en la digitalización, la descarbonización y la resiliencia.
Hace mas de 35 años se utilizó el termino sostenible, siendo en 2015 cuando se aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin duda, se debe colaborar entre el sector público y privado, porque cuando actúan conjuntamente, los resultados son mas fácilmente alcanzables. Hoy, tenemos la oportunidad de la transformación, de ver qué sectores involucrados con los principios básicos de los ODS trabajan juntos para conseguirlos.
Actualmente, la sostenibilidad es la solución y la respuesta al cambio climático que estamos viviendo. Apostamos por los cambios que sean necesarios, convencidos de que todos los sectores e industrias que implican sostenibilidad tengan una interacción, siendo una oportunidad de aprovechar las sinergias de cada una de las empresas para capitalizar su conocimiento y oportunidades de mercado. Abogamos por este cambio tan necesario y creemos que, para ello, debería relacionarse de una manera transversal, implicando así a todas las empresas.
La Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANMS) está involucrada con esta transición. Creemos que implicar a la sociedad y a las empresas para que sean conscientes de los beneficios de los cambios también es una oportunidad de mercado actual, ya que todos los sectores tienen que estar ligados con la sostenibilidad.
Actualmente, observamos y vivimos la cuarta revolución industrial (digital/tecnológica) que transformará los hábitos y comportamientos de las ciudades. Implicará una revolución en la forma de ver y entender el comportamiento de nuestros hábitos en las urbes, siendo más consecuentes con las emisiones de CO2, así como con la manera de organizar nuestra forma de vida desde la energía, base del nuevo modelo económico, a las infraestructuras de transporte, que permitan una movilidad más eficiente, pasando por los nuevos modelos de convivencia en las ciudades, más inteligentes y humanas, pero también desde el ámbito académico, el digital, la salud, la economía, la investigación. Exige redefinir todas las estructuras y prepararlas para el desarrollo sostenible a largo plazo.
La apuesta por la movilidad sostenible es clave para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de efecto invernadero marcado por la UE para 2050. La movilidad forma parte del día a día de millones de personas y es uno de los principales factores que influyen en la descarbonización. (Se espera que en 2040 los turismos y vehículos comerciales no generen emisiones). En el año 2035 dejaremos de usar gasolina y diésel en los vehículos pesados y en los turismos.
Se imponen nuevos modelos de energía como el eléctrico, el biogás o la pila de hidrógeno para motores combustibles.
Estamos viviendo una revolución social en la forma de movernos, desarrollando nuevos modelos mas sostenibles en el transporte.
La movilidad urbana no es la misma en todos los lugares, depende del tamaño de la ciudad, densidad de población, incluso la edad de los habitantes. Cada vez más vemos que las ciudades tienen mas restricciones para los accesos, creando las zonas de bajas emisiones y fomentando la movilidad de emisiones cero.
Los vehículos eléctricos son una solución excelente, sobre todo en ámbitos urbanos. Esto tiene que ver, principalmente, con las características de la circulación en las ciudades. Si esta electricidad con la que alimentamos estos vehículos es renovable, se conseguiría la descarbonización que tenemos como objetivo. Por otra parte, no hay que olvidar la micromovilidad (bicicletas, patinetes, motos) o el transporte público sostenible. Cobran cada vez más protagonismo en las nuevas generaciones, más concienciadas con la sostenibilidad.
En julio de 2021 hubo un estudio del Observatorio de Movilidad Metropolitana, que indicaba que los españoles realizamos entre 2 y 3,6 viajes diarios (trabajo, enseñanza...) siendo un 45% la utilización del vehículo privado. Es muy importante ofrecer alternativas en la movilidad sostenible a los ciudadanos.
El ejemplo más claro lo tenemos en Noruega. Se encuentra cada vez más cerca de alcanzar su objetivo para 2025 de que el 100% de sus vehículos sean de emisión cero. Para conseguirlo, ha implantado diferentes medidas para incentivar al usuario, como la exención del IVA en la adquisición del vehículo eléctrico nuevo, estacionamientos gratuitos, utilización del carril bus. De esta manera, en 2019 el 60% de los vehículos vendidos eran híbridos o eléctricos. Noruega también ha apostado fuertemente por lograr que autobuses, transporte de mercancías y otro tipo de vehículos se electrifiquen. La movilidad marítima también se ha convertido en estratégica en su plan de actuación y, para 2026, se planea crear la primera zona cero de emisiones en el agua. Una apuesta clara para el transporte marítimo sostenible, ya sea eléctrico o hidrógeno, sin emisión de gases contaminantes.