La aviación alcanzará un 5% en biocombustibles en 2030

Las petroleras están adaptando sus refinerías y alcanzando numerosos acuerdos que ayudarán a impulsar la producción de biocombustibles en aviones.

Los biocombustibles son, actualmente, la opción más rápida y eficiente para reducir las emisiones en el sector de la aviación. Son totalmente compatibles con los motores de los aviones -lo que evita tener que renovar las flotas- y no requieren cambios en los sistemas logísticos. Sin embargo, a día de hoy, tan solo representan el 0,05% del consumo total de carburorreactores (jet fuel).

La legislación que se apruebe al respecto será crucial para su desarrollo. La Comisión Europea publicó el pasado 14 de julio la iniciativa ReFuelEU Aviation como parte del paquete Fit for 55, al objeto de impulsar la oferta y demanda de combustibles sostenibles para aviación en la UE (SAF, sus siglas en inglés), que verá la luz próximamente. Dicha propuesta incluye una obligación de mezcla, de manera que, a partir de 2025, el combustible de aviación para su uso en los aeropuertos de la UE deberá contener un 2% de SAF, que aumentará al 5% en 2030, al 20% en 2035, al 32% en 2040, al 38% en 2045 y al 63% en 2050.

La producción de biocombustibles es uno de los hitos del Plan Estratégico 2021-2025 de Repsol para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Pionera en la fabricación de combustibles sostenibles de aviación en España, la compañía que preside Antonio Brufau ha producido los dos primeros lotes de SAF del mercado español a partir de biomasa en sus complejos industriales de Puertollano (7.000 tn) y Tarragona (10.000 tn), así como el primer lote de SAF a partir de residuos en el complejo industrial de Petronor (5.300 tn). Este último fue utilizado por primera vez en noviembre pasado en un vuelo operado por Iberia para cubrir la ruta Madrid-Bilbao. Días después, Vueling usaba el biojet producido por Repsol en Tarragona para la ruta Barcelona-Sevilla.

Entre los proyectos que la compañía tiene actualmente en marcha están la transformación de sus refinerías con la ambición de alcanzar dos millones de toneladas de combustibles con baja huella de carbono en 2030, la puesta en marcha en 2023 de la primera planta de producción de biocombustibles avanzados de España a partir de residuos en la refinería de Cartagena, y la entrada en operación en 2024 en Bilbao de una de las mayores plantas del mundo de demostración de combustibles sintéticos que utilizará como materias primas hidrógeno renovable producido a partir de agua con energía renovable y CO2 retirado de la atmósfera.

bp es uno de los principales comercializadores de SAF a nivel mundial. Actualmente, llega a más de 20 localizaciones en tres continentes y su objetivo es suministrar el 20% de la demanda mundial para 2030. El SAF producido por bp en España se elabora en el centro de producción de Castellón, convirtiéndose en la primera refinería del mundo en recibir la certificación CORSIA (Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional) para la producción de biocombustibles de aviación. El SAF puede adquirirse en cualquier aeropuerto de la red de Air bp, que cuenta con más de 40 puntos en España.

NetJets Europe se ha convertido en el primer cliente en comprar combustible SAF certificado por ISCC PLUS de Air bp en España, que recibe directamente de la refinería de Castellón. Además, junto a otro proveedor, bp suministrará unos 800 millones de litros de SAF a DHL Express hasta 2026. Recientemente, ha llegado a un acuerdo de colaboración con Aena para trabajar en el desarrollo de soluciones y proyectos de descarbonización del sistema de energía y movilidad del aeropuerto de Valencia.

Uno de los grandes retos para el desarrollo del SAF es encontrar la forma de escalar el mercado y reducir el desnivel existente en cuestión de precios, de ahí que la compañía abogue por “un marco regulatorio a corto plazo que contribuya a estimular la demanda voluntaria para activar una producción a gran escala que, a día de hoy, no existe”. A nivel europeo, bp identifica dos posibles mejoras en las recomendaciones de la iniciativa ReFuelEU Aviation: aumentar el objetivo para 2030 del 5% al 10% de SAF y considerar un periodo de transición más largo que permita consolidar un modelo productivo rentable, extender la lista de materias primas avanzadas reconocidas e incluir los combustibles de carbono reciclado para apoyar la conversión de RSU en SAF.

Descarbonizar la aviación comercial

Dentro de su estrategia Positive Motion, Cepsa se ha marcado como objetivo liderar la producción de biocombustibles de segunda generación en España y Portugal, con una producción de 2,5 millones de ton/año en 2030. En este ámbito, se convertirá en proveedor de referencia de SAF, con una producción anual de 800.000 toneladas. A día de hoy, la compañía representa el 35% del mercado de suministro energético para el sector aéreo en España.

Desde el inicio de 2022, Cepsa ha alcanzado alianzas con varias aerolíneas españolas: Iberia, Iberia Express, Air Nostrum y Binter, al objeto de descarbonizar el sector aéreo mediante el desarrollo e investigación de combustibles de origen sostenible y otras alternativas energéticas como el hidrógeno renovable y la electricidad. Asimismo, Cepsa está realizando inversiones para adaptar sus refinerías (Palos de la Frontera -Huelva- y San Roque -Cádiz-) y producir un queroseno con hasta un 5% de SAF. Una parte relevante de los entre 7.000 y 8.000 millones de inversión global de su estrategia Positive Motion, se destinará a producir SAF al 100%.

Para Javier Criado, responsable de desarrollo de negocio del área de Biocombustibles de Cepsa, “el SAF es la vía más realista hoy en día para desarrollar la descarbonización de la aviación comercial; por tanto, cualquier medida que impulse su utilización es positiva para impulsar la sostenibilidad de este sector. Una regulación clara que garantice los consumos, permitirá a las compañías energéticas asegurar la amortización y rentabilidad de las inversiones requeridas para poder acometer la producción de dicho SAF. Actualmente, son necesarias inversiones relevantes (para producir SAF al 5%) o muy relevantes (para producir SAF al 100%) para poder garantizar dicha producción y aumentar la disponibilidad en el mercado de estos combustibles sostenibles”.