Movilidad eléctrica y ‘blockchain’

Decía el humorista Will Rogers que la forma más rápida de doblar tu dinero es plegar los billetes y metértelos de nuevo en el bolsillo. Hoy en día, la palabra “dinero” adquiere una dimensión inmaterial o digital en la que lo físico y tangible da lugar a una nueva jerga donde palabros como tokens, criptomonedas, gamificación, blockchain, staking, farming o hodling forman parte de un vocabulario económico basado en el análisis masivo de datos o Big Data.

El conflicto en Ucrania ha elevado el protagonismo financiero de las criptomonedas como medio de pago y reserva de valor, con una gran perspectiva de crecimiento, como evidencia el número de empresas, en toda clase de industrias, que están adoptando el bitcoin y los tokens como método oficial de pago de bienes y servicios que abren nuevas posibilidades para las transacciones financieras basadas en criptografía.

La movilidad eléctrica no es ajena a esta moda y existen empresas que ya están proporcionando soluciones de hardware y software para la recarga de vehículos eléctricos P2P (peer-to-peer o de igual a igual) utilizando blockchain. De hecho, en 2019 ya se llevó a cabo una experiencia piloto en Alemania, promovida por innogy eMobility Solutions, MakerDAO y Share&Charge Foundation, que dotó a 50 conductores de vehículo eléctrico de un medio de pago con una criptomoneda estable -vinculada al valor de una moneda fiduciaria como el dólar-. Por su parte, la firma irlandesa de comercio electrónico y soluciones de pago móvil HIPS Payment Group y la empresa sueca Vourity, especializada en instalaciones de pago desatendidas, prevén que, en los próximos tres años, habrá 50.000 estaciones de carga de vehículos eléctricos en toda Europa que comenzarán a aceptar pagos criptográficos.

El estudio Mitigating Trust Issues in Electric Vehicle Charging using a Blockchain -mitigación de los problemas de confianza en la recarga de vehículos eléctricos mediante blockchain-, de la Universidad de Waterloo, sugiere que el blockchain puede ayudar a generar confianza entre los proveedores de servicios de recarga, sus propietarios y los usuarios, ya que todas las partes pueden acceder a los datos de carga y ver si han sido manipulados o si se ha cobrado de más.

Además de las operaciones de recarga, la compra de vehículos eléctricos también se deja seducir por el blockchain y su exponente más mediático lo encontramos en la figura del magnate americano Elon Musk, quien invirtió 1.500 millones de dólares en criptomonedas a principios de 2021 y anunció que aceptaría pagos de bitcoin para compras de vehículos Tesla en los Estados Unidos, aunque después congeló la decisión hasta que más del 50% de los tokens se extraigan utilizando energías renovables, ya que la minería del bitcoin es un consumidor electrointensivo.

La micromovilidad cero emisiones encuentra su ejemplo en Voro Motors, empresa estadounidense que fabrica, distribuye y vende patinetes eléctricos y que también se ha sumado a la opción de recibir pagos mediante criptomonedas, y la movilidad urbana en el fabricante canadiense Daymak, que anunció para 2023 un vehículo eléctrico ligero equipado con una plataforma de pago con criptomonedas para la recarga y el estacionamiento. Igualmente, la firma croata de bicicletas eléctricas Greyp acepta criptomonedas para adquirir sus vehículos de alta gama, y la londinense Furosystems también acepta Bitcoin, Ethereum, Bitcoin Cash y Litecoin para comprar sus bicicletas y patinetes eléctricos.

Los fabricantes tradicionales parecen explorar igualmente estos sistemas de pago y Stellantis ya se ha asociado con Kiri Technologies para recompensar a los conductores de vehículos eléctricos Fiat con criptomonedas, mientras que Volkswagen Group Innovation ha anunciado una asociación con Energy Web, una organización sin fines de lucro centrada en la transición energética de código abierto, para investigar métodos de uso de vehículos eléctricos y estaciones de recarga utilizando blockchain.

Uno de los aspectos más relevantes del pago con monedas digitales es la gamificación, entendida ésta como la aplicación de mecánicas y dinámicas entre la empresa y sus clientes o usuarios, con el propósito de fomentar su motivación e implicación mediante recompensas en tokens o unidades de valor a cambio de información de primera mano para mejorar servicios. Traducido al cristiano, la empresa recompensa a sus usuarios por obtener de ellos información de primera mano sobre la calidad de un servicio y, a su vez, vende esa información a terceros interesados en conocerla.

Así es como se ha gestado la primera plataforma tokenizada y enfocada en la electromovilidad en España, la empresa española Zeemcoin, creada por iniciativa del emprendedor sevillano Borja Moreno Candau. Su paso profesional por los sectores de la digitalización y de la movilidad eléctrica, unido a su pasión por el blockchain, ha dado como resultado un estándar de pago de recarga de vehículos eléctricos en Europa, que estará activada a lo largo de 2022 mediante una aplicación en IOS y Android, y que conectará estas infraestructuras al tiempo que ofrecerá recompensas a sus usuarios por aportar información sobre el estado de las mismas, facilidad de uso e idoneidad del entorno y servicios donde se ubican. Zeemcoin utilizará la tecnología Blockchain mediante una aplicación descentralizada o dApp, para que los usuarios se relacionen directamente entre ellos y cierren acuerdos sin que exista una entidad central que gestione el servicio, con el fin de mejorar la transparencia y la eficiencia, ya que todas las transacciones son inalterables mediante contratos inteligentes que añaden seguridad y accesibilidad pública.

Según la lista anual Blockchain 50 de Forbes, el gasto total corporativo y gubernamental en blockchain alcanzó alrededor de 3.000 millones de dólares en 2019 y se espera que crezca hasta los más de 12.000 millones de dólares para 2022, por lo que habrá que estar atentos a lo que esta revolución tecnológica y digital puede aportar a toda clase de sectores y, entre ellos, a la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios en la movilidad eléctrica.