Electricidad 4.0, el camino hacia un mundo cero emisiones

La electricidad 4.0 es el nuevo concepto en gestión de la energía. Es la convergencia eléctrico y digital, el camino hacia los objetivos sostenibles de 2050.

Nuestra actual sociedad se ha desarrollado en una era en la que el carbón, el petróleo y el gas han tenido un papel clave. Estos combustibles han proporcionado la energía que ha habilitado muchos avances tanto técnicos como económicos e incluso sociales a nivel global. También es cierto que el uso de las mismas ha tenido un coste medioambiental innegable. El 80% de las emisiones de carbono vertidas a la atmósfera tienen su procedencia en el uso de esas fuentes primarias de energía.

Estamos ahora en la era de la descarbonización. Es momento de evolucionar técnica, económica e incluso socialmente hacia un modelo energético descarbonizado.

El reto es equiparable a los que han definido los saltos de era en la historia de la humanidad. Limitar el calentamiento climático a 1.5ºC en 2030 comparado con las temperaturas medias actuales exigirá acelerar el proceso de descarbonización entre 3 y 5 veces. ¿Cómo abordarlo? Evidentemente un reto de este calado se afronta desde varios frentes y la eficiencia, más rendimiento con menor coste energético, es una de las claves. Pero también lo es tener una estrategia clara para los distintos actores en la generación de valor en la sociedad.

Creo firmemente que debemos concentrarnos en invertir en soluciones energéticas que se adapten de la mejor forma posible al punto de partida y al objetivo final esperado en cada eslabón de la cadena de valor de la sociedad. Debemos ser capaces de lograr un cambio estructural, mediante la electrificación y la digitalización. Esta convergencia entre el mundo eléctrico y el mundo digital, que llamamos Electricidad 4.0, facilita el cambio a una energía más limpia. La electricidad es la forma de energía más eficiente y es también el mejor vector de descarbonización tanto en escenarios domésticos como industriales. A su vez, lo digital hace que la energía sea inteligente: hace visible lo invisible, impulsando la eficiencia y eliminando el despilfarro energético.

Pero no podemos perder de vista la utilización de combustibles verdes. La síntesis de biofuel e incluso el hidrogeno verde contribuirán a construir un futuro más limpio y competitivo. En este último aspecto España y Portugal tienen mucho que decir. La privilegiada situación geográfica nos proporciona unos niveles de irradiación solar que pueden convertir a nuestro país en un referente de la generación de hidrógeno verde.

Tampoco podemos perder de vista que el segmento del transporte es el causante del 25% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Con lo cual una estrategia clara de electrificación del transporte se convierte en un objetivo prioritario. Tanto el transporte de mercancías como de pasajeros ha de transformarse en los próximos años para conseguir los objetivos ambientales.

Como ciudadanos todos podemos marcar la diferencia. Una gestión más inteligente de la energía, gracias a las tecnologías digitales, es un elemento que a menudo se pasa por alto para equilibrar un ecosistema de oferta y demanda cada vez más complejo. Por ejemplo, en nuestras viviendas y edificios, pero también los sistemas inteligentes de gestión de la energía en la red de distribución eléctrica que son la columna vertebral de la transición energética ya que garantiza la correcta integración de las renovables. La capacidad de comprender nuestro uso de la energía, y al mismo tiempo aprovechar más la energía solar, es un paso importante en el camino hacia un mundo de emisiones cero en 2050.

Las soluciones digitales permiten no sólo medir, sino también gestionar el consumo de energía y las emisiones de carbono. Nos permiten identificar cómo reducir las pérdidas de energía, cómo generar menos emisiones y cómo ahorrar en la factura eléctrica de nuestras viviendas y nuestras empresas.

Beneficios tangibles

Desde el punto de vista empresarial e industrial, la digitalización está rompiendo silos, proporcionando una visión integrada y en tiempo real de toda la organización. Permite procesos más inteligentes, un uso más eficiente del espacio y optimizar la demanda de energía. También proporciona entornos de trabajo más saludables, una mejor calidad del aire y un mejor control del clima, lo que aumenta la productividad al aumentar el confort. Y como no hay mejor ejemplo que dar ejemplo decir que las fábricas inteligentes de Schneider Electric, que han reducido su consumo de energía en un 23-31% de media implementando las tecnologías que ya están a disposición para todos.

Bienvenidos a la era de la Electricidad 4.0.