Alfredo Huertas, fundador de sameBoat International Energy & Management: “Los consumidores tenemos que asumir que si queremos tener energías renovables, esto tiene un coste”
Alfredo Huertas lleva más de 25 años siendo partícipe directo de los cambios que se han producido en el sector energético a nivel internacional. Actualmente lidera sameBoat, empresa de consultoría desde la que desarrolla proyectos tan interesantes como ‘Tetraeder Solar’, una herramienta de cálculo fotovoltaico y autoconsumo en España.
¿A qué se dedica sameBoat?
Más que una empresa, sameBoat es un proyecto profesional de consultoría que empecé en 2017 tras más de 25 años de experiencia como responsable de proyectos y gestión directiva en el sector energético en España, Portugal, Alemania, Reino Unido e Italia, en empresas como Nera, Enron, Duke, Centrica, Energya y Nexus Energie. Mis principales áreas de negocio son la comercialización de energía B2B y B2C, el desarrollo de capacidad de generación y los asuntos regulatorios. Entre mis clientes hay multinacionales, empresas energéticas, inversores y startups. Uno de los proyectos más destacados en el que estoy involucrado desde sameBoat es Tetraeder Solar, que consiste en la implantación de herramientas de cálculo fotovoltaico y autoconsumo en España. También soy el originador para Iberia de ENMACC, plataforma digital de negociación de energía y garantías de origen OTC con mayor crecimiento en Europa. Además, trabajo con mis clientes en temas de inversión en renovables, tanto dentro como fuera de España.
¿Podría dar más detalles sobre el proyecto ‘Tetraeder Solar’ y su desarrollo en España?
Me involucré en este proyecto hace tres años y, a día de hoy, estoy muy contento de que el ayuntamiento de Valladolid nos haya encargado un mapa de potencial solar interactivo que muestra la idoneidad para generar energía solar de cada tejado de una ciudad o región. En aquel momento, nos encontramos un sector de autoconsumo escasamente digitalizado. Pocas empresas tenían medios sofisticados para realizar los cálculos y la mayoría tardaban entre 30 y 45 minutos en generar una oferta y emitirla. Nuestra herramienta permite saber, en tres segundos, el potencial de autoconsumo de una superficie concreta; no solo calculamos la radiación, también tenemos en cuenta las sombras de los edificios colindantes o de las masas arbóreas. Las empresas que han contratado con Tetraeder Solar están encantadas, porque les ha permitido agilizar una parte del proceso de análisis y poner más énfasis en la fase de venta. En estos tres años hemos acumulado mucha experiencia y el paso que nos quedaba era hablar con las administraciones. El mapa solar de Valladolid -disponible para cualquier usuario- ayuda a las administraciones a saber qué proyectos son más eficientes o cuáles necesitan incentivos. Valladolid no solo ha sido pionera en este campo, sino que, además, ha querido que incorporásemos parámetros de movilidad eléctrica y almacenamiento en el cálculo. Esperamos que otras ciudades en España se conciencien y nos encarguen mapas solares similares.
Durante 12 años fue vicepresidente de ACIE, además de su fundador. ¿Cómo ve el sector de la comercialización ahora mismo?
Por un lado bien y por otro mal. En lo que respecta al modelo tradicional de comercialización, creo que ha tenido un desarrollo muy interesante, sobre todo en la década de 2010, donde aparecieron nuevas empresas al amparo de los contratos indexados. El mercado ayudó mucho porque, en la primera mitad de la década, hubo una disminución generalizada de precios en toda Europa y prosperó un modelo de comercializadora que era muy fácil de implantar y accesible a muchos inversores y empresarios con conocimientos mínimos sobre el mercado. Ahora mismo, creo que ese modelo se ha puesto en tela de juicio y lo demuestra el hecho de que muchos consumidores ya no consideran interesante un producto ligado al precio diario de la electricidad. Pero, además, un número no despreciable de comercializadoras carecen de músculo financiero para ofertar productos de precio fijo. Así, las comercializadoras puede que se conviertan en meros suministradores, porque cada vez hay más clientes, especialmente corporativos, que están asumiendo directamente la compra de la energía. Esto es una amenaza para los comercializadores, pero también es un reto ver cuáles se adaptan a este nuevo entorno. Mi conclusión es que se va a producir una consolidación de lo que conocemos como el modelo de comercialización tradicional y, luego, es verdad que, en la medida en que los acuerdos de contratación de energía a largo plazo corporativos (cPPA) se vayan expandiendo y permeando a capas de clientes más pequeños, el papel del comercializador puede evolucionar hacia el de mero suministrador si los propios clientes, con ayuda de asesores, pasan a gestionar directamente los riesgos de precio y volumen.
¿Cómo valora los pasos que está dando España en autoconsumo?
Recordemos que el autoconsumo ha estado penalizado durante mucho tiempo con el famoso impuesto al sol y que la eficiencia que puede tener una instalación de autoconsumo con respecto a los rendimientos que pueda dar un parque fotovoltaico grande es más baja, pero la autonomía que da un autoconsumo es muy importante. Creo que el autoconsumo, como se está demostrando, va a tener su relevancia, especialmente dentro del marco de las comunidades energéticas.
Antes ha mencionado la plataforma ENMACC. ¿Qué resultados está teniendo?
ENMACC es una plataforma profesional y digital de trading de energía y garantías de origen OTC para toda Europa, que proporciona a los traders más y mejores oportunidades de negociación a un coste mucho más bajo. La plataforma les facilita establecer relaciones con nuevas contrapartes, sin necesidad de intermediarios. Actualmente, más de 420 empresas son miembros de ENMACC, de las que 27 son españolas, y cuenta con más de 1.700 traders registrados. Además de productos físicos hemos introducido también productos financieros, así como la posibilidad de liquidar bilateralmente y por cámaras, y está previsto que antes de final de año puedan negociarse derechos de emisión.
¿Cuánto tiempo cree que durará esta situación de precios tan elevados y cómo será el panorama cuándo la situación se relaje?
Esta coyuntura de precios tan elevados que estamos viviendo, ha servido para poner a todo el mundo en alerta sobre el hecho de que uno no puede aventurarse a mantener un sistema energético asumiendo que no se van a producir shocks de algún tipo. Por eso, cuando uno inicia una transición energética, tiene que tener siempre en cuenta qué puede pasar si las cosas van mal. Si tenemos suficiente capacidad de reserva y cómo de autosuficientes somos. Esto ahora va a cambiar. La reserva que los sistemas energéticos van a empezar a procurarse en el futuro va a ser más alta. Se va a mirar con mucha más atención si el mix es correcto y se van a revisar los escenarios y los test de estrés. Esto supone un mayor coste y vamos a tenerlo que pagar todos, no sólo a través de las señales del sistema marginalista, sino asumiendo los costes fijos que implica la seguridad de suministro. Por otro lado, también va a quedar claro que hay determinadas tecnologías que se han demonizado, como la nuclear, cuyo papel futuro debemos reconsiderar. Si Alemania, por ejemplo, no hubiera tomado la decisión de desprenderse del parque nuclear, igual ahora estaría abordando la dependencia energética de Rusia con otra estrategia. En tercer lugar, otra tendencia que observo es que la contratación de la energía a largo plazo se va a desarrollar mucho más y vamos a ir viendo cómo los consumidores tenemos que procurar nuestras necesidades energéticas con una capa de contratación a largo plazo y complementarla con tramos a más corto plazo. Otra cuestión que también se está demostrando es que la intervención de los Gobiernos con subastas de renovables en algunos casos empieza a ser superflua. El mercado está dando una respuesta y llega capital para invertir en renovables sin necesidad del apoyo de tarifas reguladas. Ahí, los Estados pueden desempeñar un papel no tanto como regulador u organizador de esas subastas, sino como consumidores. Las administraciones tienen necesidades energéticas y podrían irlas cubriendo con esa capacidad de compra. Por ejemplo, en EEUU hay algunas administraciones que lo están haciendo de manera ejemplar firmando PPA con instalaciones nuevas, es decir, con energía renovable aditiva. Esta demagogia de que la energía tiene que ser barata hay que irla abandonando. La energía tiene un coste y hay que pagarlo y no tenemos que alarmarnos de que el MWh, en periodos concretos y por las razones que sean, pueda alcanzar niveles de precio altos. Los consumidores tenemos que asumir que si queremos tener energías renovables, esto tiene un coste.