La potencia sin control... no sirve de nada

Corría el año 1994 cuando se pusieron en marcha los que son considerados el parque eólico y planta fotovoltaica pioneros en España: El Perdón en Navarra, con 3 MW, y Toledo PV, con 1 MW. Se trataba de instalaciones de gran potencia para la época que hoy serían consideradas simplemente pequeñas instalaciones distribuidas. En ese mismo año el eslogan “La potencia sin control no sirve de nada” fue un auténtico éxito por la fuerza de la imagen de Carl Lewis preparado para arrancar un sprint sobre unos zapatos de tacón. Sin control, no llegarás muy lejos por mucha potencia que tengas. No puedo evitar que, 28 años más tarde, este mensaje de seguridad, eficiencia y control de un neumático hacia un vehículo se me venga a la cabeza pensando en la situación actual del sector eléctrico ya que, en las últimas semanas, se ha alzado la voz y se han viralizado varios mensajes de reducción de generación renovable eólica, fotovoltaica y termosolar. En los próximos años es urgente que se incorporen instalaciones de almacenamiento de energía en el sistema y esto no obedece al capricho de unos fabricantes de equipos que quieran vender su producto. El almacenamiento en el sistema eléctrico es una necesidad identificada en el PNIEC para dar cumplimiento a unos objetivos de descarbonización en condiciones de seguridad y calidad suficientes. De manera adicional, la Unión Europea quiere reducir su dependencia energética, lanzando un plan contundente, REPowerEU, que pretende acelerar la entrada de nueva potencia de generación renovable. Un plan que no incorpora ninguna cifra indicativa de almacenamiento, a pesar de que la “potencia” renovable ya se está encontrando con dificultades para distribuir su energía.

En la próxima década podremos tomar ese camino de cumplimiento de objetivos medioambientales, de seguridad de suministro y de reducción de costes energéticos, pero para ello se necesita un esquema de remuneración específico para el desarrollo de las instalaciones de almacenamiento necesarias, tanto de corta como de media y larga duración. Difícilmente un inversor va a lanzarse a desarrollar un proyecto de bombeo con plazos de desarrollo y construcción que pueden superar la década. Difícilmente va a incorporar un sistema de baterías de litio cuando los mercados de ajuste no reconocen su valor ni su aportación. Difícilmente se va a madurar una tecnología de almacenamiento térmico que puede sustituir a los ciclos si debe competir en precio contra generación no gestionable. En la próxima década no se entenderá el desarrollo de nueva potencia renovable si no viene acompañada de sistemas de almacenamiento proporcionales porque, recordemos, la potencia sin control no sirve de nada.