El sector eléctrico que necesitamos: Competitividad y eficiencia

Felicito a elEconomista Energía por su décimo aniversario. Desde AEGE os deseamos que la brillante trayectoria siga muchos años más. Mi visión de cómo debería ser el sector eléctrico en España es la de un industrial con gran consumo de energía. He aquí mi particular carta de deseos para mejorar nuestra competitividad industrial, que pasa por lograr precios eléctricos competitivos, estables y predecibles. Para que mis deseos se cumplan, habría que potenciar la mejora de la eficiencia energética en toda la cadena del sector eléctrico, desde la generación al consumo, pasando por las redes y el almacenamiento. El kilovatio hora más valioso es el que no se consume. Además, hay que fomentar el autoconsumo a todos los niveles, así como garantizar el suministro energético con el aporte de todas las energías autóctonas y el apoyo mutuo de los países vecinos para reducir al máximo la dependencia energética del exterior. También será vital apostar por lo que funciona y no produce emisiones. Mientras no exista una alternativa fiable y sostenible a la energía nuclear, las centrales deberán seguir funcionando, extendiendo su vida útil al menos a los 50 años. Y, además, maximizar la integración de energías renovables para producir electricidad a precios competitivos beneficiándonos todos los consumidores, y desarrollar hidrógeno verde también a precio competitivo que pueda sustituir al gas natural en las centrales térmicas y en determinados procesos industriales.

No olvidemos tampoco gestionar eficientemente el agua, un bien escaso a preservar y una labor para una entidad independiente. Por eso, la producción eléctrica de las hidráulicas debería estar bajo el control de la entidad que garantice el suministro eléctrico al menor coste posible, evitando beneficios caídos del cielo. Asimismo, se debe potenciar la participación de la demanda, que aporte el grado de flexibilidad que requiere un sistema con un mix mayoritariamente renovable. Y nos quedaría reformar el mercado eléctrico, revisando el modelo marginalista y las reglas para evitar situaciones de abuso de poder. Nuestro mercado es de 1998 y, desde entonces, el mix ha cambiado mucho; el mercado y sus reglas deben adaptarse cuanto antes a esos cambios tecnológicos. Para rematar, insto a dotar de liquidez a los mercados de futuros para potenciar la contratación a medio y largo plazo, minimizando riesgos y dotando de estabilidad y previsibilidad al suministro eléctrico a la industria. Todo ello solo se conseguirá si hay colaboración y diálogo entre las partes involucradas, incluidos los partidos políticos. Va en ello el futuro de España y de nuestra industria.