El sector eléctrico español del futuro: retos y oportunidades

Las energías renovables son una herramienta clave para alcanzar el acuerdo internacional firmado en la COP21 de París en 2015 de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados sobre los niveles preindustriales. Para ello, debemos pasar de un sistema energético basado en combustibles fósiles a un sistema bajo o cero carbono, focalizado en fuentes renovables. Estos compromisos de avance en transición energética son imprescindibles para asegurar el futuro tras las graves crisis del Covid-19 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La respuesta a ambas pasa, forzosamente, por un mundo más verde. El sector energético sufrirá cambios drásticos en los próximos años en la manera de producir y gestionar la energía y su velocidad de transformación estará marcada por la implementación de los planes europeos, nacionales y clima en el horizonte 2030. En el caso de España, El PNIEC establece, entre otros objetivos, que las energías renovables atiendan el 74% de la demanda en 2030 y representen el 42% del consumo final de energía.

En el campo de la generación de energía eléctrica, habrá dos claros protagonistas, la energía eólica y la fotovoltaica que, a medio plazo, junto con la hidroeléctrica existente, serán las tecnologías de producción libre de CO2 más competitivas. En cuanto a la fiabilidad del sistema, aspecto priorizado y potenciado por los planes “Repower EU”, el uso masivo de renovables sólo será posible si existe una generación de respaldo que proporcione una capacidad estable y flexible, donde deben jugar un papel clave los ciclos combinados de gas natural. El despacho eléctrico en 2030 será forzosamente limitado; por ello, serán decisivos los agentes a cargo de garantizar almacenamiento, flexibilidad y garantía de suministro. La amplificación del uso de ciclos combinados es urgente para el desarrollo de mercados de capacidad en nuestro país. El modelo de mercado “solo energía” actúa, de hecho, como un lastre a la hora de construir el sector del futuro, donde todas las tecnologías suman para hacer realidad el nuevo modelo energético. El PNIEC se actualizará durante 2023 para adaptarlo a los objetivos climáticos del Fit for 55. Desde APRIE consideramos clave que se introduzcan señales regulatorias claras en favor de tecnologías que otorguen al sistema garantía de suministro y capacidad de respaldo de manera inmediata. En el corto plazo, ese papel sólo lo pueden jugar las centrales de ciclo combinado y, en el medio y largo plazo, la tecnología debe arbitrar entre muy diversos esquemas de almacenamiento y optimización de la producción de energía (baterías, bombeos hidráulicos reversibles y, por supuesto, centrales de gas renovable y alta eficiencia).