De Chronos, Kairós y la movilidad eléctrica

En la Grecia clásica había dos términos para definir el tiempo. Chronos lo mide de forma cuantitativa, por horas, minutos y segundos. Kairós, sin embargo, mide el tiempo desde la perspectiva cualitativa. Es la ocasión, el momento justo. El sector energético está experimentando una serie de cambios profundos, que se agudizarán en los próximos años debido a los nuevos desarrollos tecnológicos, a la necesidad de armonizar su innovación con el entorno que nos rodea y de aprovechar los recursos de que disponemos de una forma sostenible y eficiente. Chronos y Kairós coexisten en un momento de desarrollo industrial, tecnológico y de servicios en la movilidad y en la automoción hacia el vehículo eléctrico, conectado, compartido, autónomo y digitalizado. Es un tiempo en el que esta (r)evolución se mide apenas en segundos y en el que han coincidido factores medioambientales, de calidad del aire, de eficiencia energética y de aprovechamiento de los recursos propios que no hacen sino reforzar que estamos en el momento oportuno hacia la electrificación del transporte.

La pandemia del Covid-19 nos ha demostrado que es preciso transformar la movilidad hacia modelos descarbonizados, más racionales con el entorno y coherentes con la calidad de vida. Los acontecimientos geopolíticos que estamos padeciendo, fruto del conflicto en Ucrania, nos demuestran que va a haber una transformación radical en la relación de equilibrios de poder a escala mundial, y nos ha abierto los ojos a una realidad en la que la autosuficiencia y el aprovechamiento de los recursos propios va a ser una estrategia crucial de supervivencia a escala regional y nacional. Chronos nos ha llevado a una realidad temporal en la que la energía es un factor clave del desarrollo y su disponibilidad a través de recursos propios es imprescindible. Kairós nos demuestra que estamos en el momento ideal de madurez e innovación tecnológica para conseguirlo.

El vehículo eléctrico es movilidad sostenible por cuanto es cero emisiones en la propulsión y, según el mix energético del que se alimentan sus baterías, será más o menos descarbonizado. En España, disponemos ya de un 70% de energía libre de emisiones de CO2, sumando renovables y nuclear, pero vamos hacia un sistema que promueve el incremento de las fuentes autóctonas como el sol, el aire y el agua para lograr la independencia energética. Pero el vehículo eléctrico es, sobre todo, eficiencia energética, porque es el único sistema de propulsión capaz de interactuar con el sistema eléctrico para impulsar las renovables, la generación distribuida y el almacenamiento energético, gracias a la bidireccionalidad de la recarga, algo que hoy en día es una realidad que genera importantes ahorros económicos y energéticos a particulares y empresas. Si leemos adecuadamente las señales que Chronos y Kairós nos están dejando, dispondremos de los mimbres necesarios que nos permitan lograr un sector energético en el que la movilidad eléctrica está llamada a jugar un papel fundamental.