Crónica gasista para un cumpleaños

Feliz aniversario al equipo de elEconomista Energía por estos brillantes diez años en los que nos habéis tenido al tanto de todo lo que acontece en el apasionante mundo de la energía. Cuando nace vuestra revista en 2012, la demanda gasista nacional era de 362 TWh, el 60% del suministro llegaba en forma de GNL y el resto como gas natural canalizado. Entonces, el GNL perdía cuota tras la incorporación al sistema del gasoducto argelino Medgaz. Ese año importamos gas de diez orígenes distintos, con Argelia como principal aprovisionador con un 40%, seguido de Nigeria y Qatar. En 2012 concluyó la construcción de Musel y Castor, quedando paralizada su incorporación al sistema. Ese año destacaron operaciones de recarga de GNL con destino Japón, al posicionarse el gas como motor de reconstrucción del país tras el tsunami. Entonces, TTF no era el mercado de referencia en Europa, Mibgas no existía y el shale gas americano echaba a andar y pasarían cuatro años hasta la llegada a Europa del primer cargamento de Estados Unidos.

Diez años después, la demanda ha crecido el 20%, hasta 437 TWh año móvil; el 77% de los suministros son en forma de GNL y el resto como gas canalizado, recuperando cuota el primero tras parar el gasoducto del Magreb que llega a Almería. Este caluroso julio importamos gas de 14 orígenes distintos, con EEUU en cabeza. Y está prevista la reactivación de Musel. Sin embargo, lo que marca nuestro presente es la locura alcista de los mercados por el conflicto bélico y energético con Rusia y la gran incertidumbre sobre su evolución e impacto sobre las economías europeas. Hace diez años el tsunami en Japón, el desastre de Fukushima y el shale gas cambiaron el mapa energético mundial. Hoy, estamos inmersos en un nuevo ciclo derivado de la invasión de Ucrania y la guerra energética de Rusia con Europa; una crisis con gran incertidumbre a corto plazo sobre la evolución económica y las consecuencias en la industria y en los países. Los próximos meses son extremadamente críticos y marcarán la evolución económica de los años posteriores. De cumplirse la máxima de los ciclos, dentro de diez años arrancará una nueva revolución energética. Vivimos el inicio de la nueva andadura de los gases renovables, el hidrógeno verde y otros vectores energéticos, tecnologías que requieren tiempo para alcanzar madurez, evolución tecnológica y precio competitivo. Pero, dentro de diez años, esa madurez tecnológica adquirida por nuevos combustibles habrá evolucionado y se iniciará otro nuevo ciclo. Entonces, como ahora y como hace una década, será un placer seguir leyendo la actualidad energética en elEconomista Energía.