Aceleración de la demanda de baterías
La ciencia tiene claro que necesitamos, urgentemente, una transición alejada de los combustibles fósiles para evitar los peores efectos del cambio climático. De hecho, los costes de la inacción pueden ser mucho mayores para la sociedad que lo que suponen unos mayores precios de la energía.
Así, el informe World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energía ha señalado que las adiciones anuales de capacidad de energía limpia deben cuadruplicarse para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de CO2 para 2050. Por otra parte, la discusión en torno a la crisis energética y la transición energética se ha centrado, hasta ahora, en la oferta; es decir, en las fuentes de energía. En realidad, los sistemas inteligentes y energéticamente eficientes ya permiten a los usuarios ajustarse a la fluctuación de los precios de suministro, lo que, además de estabilizar la demanda, puede sin duda contribuir a reducir las facturas de las empresas y de los hogares. Eso sí, para evitar más shocks y volatilidad de los precios de la energía, es primordial coordinar el suministro y almacenamiento de energía limpia con la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
En concreto, es prioritario el almacenamiento de energía, pues las condiciones climáticas, cuando el viento no sopla o el sol no brilla, pueden causar fluctuaciones en el correspondiente suministro. De ahí la necesidad de cimentar y desarrollar el almacenamiento de energía, tanto de corta como de larga duración. Al respecto, para servicios públicos, las necesidades de corta duración ya se pueden satisfacer mediante baterías. Incluso los nuevos proyectos solares en construcción incluyen cada vez más instalaciones de almacenamiento de energía mediante baterías.
Por su parte, el almacenamiento de energía de larga duración todavía plantea desafíos, aunque hay oportunidades y soluciones. En este sentido, el gas natural es una solución. Pero las fuentes de almacenamiento de energía de larga duración, cada vez más libres de emisiones contaminantes y de menor coste, serán las que verdaderamente contribuyan a alcanzar los objetivos de cero emisiones netas de carbono. Es el caso de las centrales hidroeléctricas reversibles, que mueven agua entre depósitos a diferentes elevaciones, aunque se trata de infraestructuras costosas, con límites de escala. Afortunadamente, hay electrolizadores que pueden funcionar todo el día para producir hidrógeno con energía renovable que se puede almacenar en forma de gas o líquido a alta presión o en frío. Puede llegar a convertirse en un nicho viable, aunque se necesita mayor progreso para que sea competitivo.
En cualquier caso, la aceleración de la demanda de baterías se está viendo impulsada, en gran medida, por el crecimiento en tres segmentos: el mercado de almacenamiento de baterías a gran escala para servicios públicos, el mercado residencial y comercial de energía solar y almacenamiento, y el relacionado con el aumento de la producción de vehículos eléctricos. En concreto, se espera que el mercado de almacenamiento de baterías a gran escala se multiplique por 20 para 2030, según Blomberg New Energy Finance. Hay que tener en cuenta que la necesidad de almacenamiento de electricidad crece con la construcción de instalaciones de generación de energía de origen renovable, que es intermitente por naturaleza, expandiéndose rápidamente en todo el mundo. Ello es debido a que las baterías a gran escala, que se combinan con las plantas eólicas o solares, son esenciales para la transición hacia energías limpias, pues permiten mantener estable el suministro de electricidad a partir de energía renovable. Efectivamente, los ambiciosos compromisos climáticos y políticas de apoyo impulsan estas instalaciones en EEUU, China, India, Australia, Alemania, Reino Unido y Japón.
Además, a medida que los costes continúan disminuyendo, aumenta la demanda de baterías en un creciente mercado de soluciones de energía solar y almacenamiento en azoteas y propiedades inmobiliarias residenciales y comerciales. El precio de almacenamiento de energía mediante baterías de litio ya había bajado en 2019 un 88% en diez años (Fuente: Bloomberg, AMD, NexteraEnergy). Ello se ve impulsado por el aumento de “prosumidores”, es decir, consumidores que prefieren el control de su propia producción y del consumo de energía. A ello se añade el apoyo político, tanto por la necesidad de dotar de flexibilidad al mercado de la energía como de conseguir los objetivos de cero emisiones netas de CO2.
En cuanto a transporte, las políticas actuales se centran en hidrógeno “verde”, con avances en las pilas de combustible. Hace años costaba más de 1.000 dólares producir un kW de energía a partir de pilas de combustible de hidrógeno y en 2019 solo 53 dólares, según el Departamento de Energía de EEUU, de manera que la pila de combustible de hidrógeno para autobuses y camiones puede alcanzar paridad en costes con el diésel para 2028-2033. A todo ello se añade que el sector de baterías se beneficia en paralelo de una fuerte aceleración de la penetración del parque de vehículos eléctricos. Algunos de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, como Volkswagen, BMW y General Motors, han anunciado sus planes de transición hacia la producción de vehículos eléctricos. Volkswagen, en marzo de 2021, presentó ambiciones para convertirse en líder mundial para 2025. Su objetivo es que los vehículos eléctricos con batería superen el 70% de sus ventas europeas y el 50% del total para finales de década. BMW también cuenta con un fuerte aumento de las ventas de vehículos eléctricos, de manera que lleguen al 50% de sus ventas globales para 2030. General Motors, Ford y Volvo también tienen compromisos similares. General Motors tiene planes para poner fin a la producción de todos sus automóviles, camiones y vehículos deportivos con motor diésel o de gasolina para 2035 y que toda su nueva flota sea de vehículos eléctricos. Es parte de un plan amplio para convertirse en emisor neutral de CO2 para 2040.
Muchas empresas se beneficiarán de este aumento de la demanda de baterías, como Albemarle, líder mundial en suministro de litio para almacenamiento de energía y movilidad eléctrica, LG Chem, SK IET y Samsung SDI, que son líderes en fabricación de baterías y materiales electrónicos.