Ribera acierta en el diagnóstico, pero se equivoca en el tratamiento

El Ministerio de Transición Ecológica ha conseguido que la Comisión Europea acepte la llamada ‘excepción ibérica’ para hacer frente a los elevados precios del gas natural. La vicepresidenta Teresa Ribera acierta en el diagnóstico -no se puede considerar que hay un verdadero mercado europeo sin el nivel de interconexiones adecuado- pero probablemente se equivoca en la fórmula para resolverlo.

El Gobierno impondrá un límite de precios de 50 euros para el gas natural de forma que desnaturaliza el mercado mayorista de la energía y generará una inseguridad jurídica en su aplicación que acabará, probablemente, en los tribunales.

Las eléctricas han dejado clara su postura, al igual que lo han hecho los gestores de las bolsas eléctricas. La solución, que Europa ha dejado claro que es únicamente temporal, debería incluir además unos compromisos claros por parte de Bruselas para resolver el fondo real del problema: la insuficiente capacidad de interconexión.

Red Eléctrica ha pisado esta semana el acelerador anunciando avances en nuevas redes con Ceuta y con Portugal, pero los avances con Francia siguen siendo el talón de Aquiles de la compañía que preside Beatriz Corredor.

El próximo 5 de mayo, el regulador europeo Acer dará a conocer los detalles de su estudio sobre el mercado mayorista. Con toda seguridad, el organismo apenas recomendará algunos ajustes cosméticos, pero olvidará las reformas de fondo que había puesto sobre la mesa España. La única solución real es que Bruselas comience a imponer sanciones si no se alcanzan los umbrales mínimos pactados.