Invertir en renovables: oportunidad, impacto y rentabilidad

En Europa, y en España, seguimos dependiendo demasiado de los combustibles fósiles como fuente esencial de suministro energético. Según datos de Eurostat, el 71% del suministro total de energía utilizada en 2019 en la UE-27 (incluido Reino Unido) procedía del petróleo, el carbón o el gas natural, situándose España 3 puntos porcentuales por encima de la media.

Sin embargo, poco a poco las economías de todo el mundo van evolucionando hacia fuentes de energías renovables y no contaminantes, en un proceso de descarbonización impuesto por la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están estropeando el planeta.

En línea con las exigencias de Naciones Unidas, la Unión Europea se ha comprometido a alcanzar el objetivo medioambiental de que, en 2030, el 30% de la energía generada en todo su territorio proceda de fuentes sostenibles.

En España, si atendemos a la evolución interanual que ofrece REE, el 44% de la energía empleada para generar electricidad en 2020 procedía de fuentes renovables, un 6,5% más que el año anterior.

Para impulsar el desarrollo de energías como la solar y la eólica -que no solo generan un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también nos garantizan un suministro inagotable-, hace años los gobiernos comenzaron a destinar grandes partidas presupuestarias, creando subvenciones y regímenes retributivos que incluían una prima sobre el precio del mercado de la electricidad, con el fin de promover la creación de empresas y hacer atractivas estas inversiones.

Durante años, esto ha distorsionado la realidad del sector, pues los rendimientos por invertir en renovables se han basado más en subvención que en rentabilidad real y, cuando se acabaron las subvenciones, estas inversiones dejaron de tener interés.

Hoy día, sin embargo, la situación ha evolucionado. Las energías renovables han cogido un gran impulso y se han convertido en una interesante oportunidad de inversión.

La clave está en identificar las empresas que están apostando por generar energía limpia y sostenible, y contar con el asesoramiento adecuado para saber cuáles son los mejores fondos de inversión para depositar nuestro dinero y apoyarlas, contribuyendo a generar un impacto positivo al planeta y, al mismo tiempo, obteniendo interesantes rentabilidades a largo plazo.

Cuando hablamos de invertir en renovables no nos referimos solo a la construcción de parques solares o eólicos, sino que también son de gran interés todas las tecnologías asociadas al proceso de producción de esta energía, que hacen que los parques sean cada vez más eficientes y el negocio más rentable. Hoy hay muchas empresas ganando dinero construyendo plantas, gestionando su producción y desarrollando tecnologías asociadas.

En Micappital distinguimos cinco características esenciales, cuya evolución está muy ligada a la tecnología, que van a marcar el futuro de este tipo de inversión.

Las dos primeras tienen que ver con los materiales (placas solares, molinos, etc.). Por un lado, su coste, e incluso su transporte, influyen enormemente en la rentabilidad del negocio, y gracias a la gran evolución de este sector y a las economías de escala, estos precios se están ajustando y mejorando la rentabilidad. Por otro, su eficiencia, que va a determinar cuánta energía son capaces de generar. Gracias a la I+D se está consiguiendo una evolución hacia materiales capaces de recoger mejor la energía de fuentes renovables y transformarla.

Otro factor que determina la rentabilidad de la inversión en renovables es el precio al que se paga en el mercado la energía generada, un precio que en muchos mercados está fijado de forma artificial. Y también influye la creciente presión social favorable hacia este tipo de energías, lo que provoca que haya crecido el interés en el sector por parte de inversores, gobiernos y clientes finales.

Por último, hay que destacar el gran reto del almacenamiento, un aspecto en el que la tecnología está siendo muy revolucionaria, haciendo posible que podamos almacenar cada vez mejor la energía producida para consumirla cuando la necesitemos.

Sin duda, la inversión en renovables es una de las tendencias de inversión con más proyección de futuro.

El compromiso de la Unión Europea es llegar a 2050 con una economía de cero emisiones, totalmente descarbonizada. Y, paralelamente, el consumo de electricidad crecerá exponencialmente en nuestras sociedades, con la implantación cada vez mayor del vehículo eléctrico y con todos los dispositivos electrónicos que forman parte de nuestra vida.

Por tanto, el crecimiento de la producción de energías limpias será determinante en las próximas décadas y apostar por las empresas que se dedican a este sector será una buena estrategia de inversión, con impacto y con rentabilidad a largo plazo para el inversor.