El gasoducto Magreb cumple 25 años, pulmón de suministro de gas en España

El 1 de noviembre de 1996 entraba en operación el gasoducto Magreb-Europa, un proyecto de gran complejidad para la época, en cuya construcción participaron más de 8.000 personas. Actualmente está pendiente la renovación del permiso de concesión con Marruecos, cuyo contrato vence el 31 de octubre

El próximo 1 de noviembre se cumplirán 25 años de la entrada en funcionamiento del gasoducto Magreb-Europa (GME), un proyecto de gran envergadura y cerca de 1.800 millones de euros de inversión, que entraba en operación en 1996 con el objetivo de conectar los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel con la red europea de gasoductos vía Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Península Ibérica, y diversificar de esta manera el aprovisionamiento de gas en España y en otros países europeos, además de integrar los sistemas gasistas de España y Portugal.

Un cuarto de siglo después de su inauguración, el gasoducto Magreb-Europa, cuya concesión se otorgó a la empresa Europe Maghreb Pipeline Limited (EMPL), de la que son accionistas Naturgy y Galp Energia, se ha convertido en una de las principales puertas de entrada del gas en nuestro país. Desde su entrada en funcionamiento, el GME ha transportado más de 200 billones de metros cúbicos de gas natural (bcm), de los que una gran parte se han destinado al mercado español.

Actualmente está pendiente la renovación del permiso de concesión con el Gobierno de Marruecos, cuyo contrato vence el próximo 31 de octubre, en un momento especialmente tenso por la ruptura de relaciones diplomáticas entre Argelia y Marruecos el pasado agosto y la tensión entre España y Marruecos tras la crisis de Ceuta.

Las primeras negociaciones para sacar adelante el gasoducto arrancaron en 1990 y las obras de construcción se iniciaron en 1993, todo un reto para la época debido a la gran complejidad del proyecto, especialmente la parte que atraviesa el Estrecho de Gibraltar.

Para su construcción y ejecución, el proyecto se dividió en cuatro tramos gestionados por las empresas Sonatrach (tramo argelino); EMPL y Metragaz (Marruecos) -la primera fue constituida para promover, financiar y operar el gasoducto, ocupándose en la actualidad de la explotación comercial del transporte de gas en el tramo marroquí, mientras que la segunda se constituyó para realizar inicialmente la actividad de construcción y, posteriormente, la operación y mantenimiento de las instalaciones del gasoducto-; Transgas (Portugal) y Enagás (España).

El proyecto se inició con la creación de la sociedad de estudios Omegaz-Etudes, que se encargó de valorar la viabilidad técnica y económica del mismo. Tras esta primera fase, el acuerdo suscrito en julio de 1992 entre el Gobierno del Reino de Marruecos, la petrolera marroquí SNPP (Société Nationale Des Produits Pétroliers) y la española Enagás, daba el pistoletazo de salida al trabajo de ingeniería. Dos años después, se incorporaba Portugal a través de Transgás, actualmente Galp Gás Natural, sociedad del grupo Galp Energia.

8.000 personas en su construcción

El gasoducto Magreb-Europa, de 1.400 kilómetros de longitud, mide 48 pulgadas en el tramo terrestre y 22 pulgadas en dos tramos submarinos. En su recorrido, el GME viaja 520 kilómetros desde Hassi R’Mel hasta la frontera marroquí y 540 kilómetros desde Marruecos hasta Tánger.

De la cifra total, 47 kilómetros son submarinos, a 400 metros de profundidad, de los que el 60% están bajo aguas marroquíes y el 40% bajo aguas españolas. La parte española, de 275 kilómetros, recorre desde Tarifa hasta Córdoba y, posteriormente, llega hasta la frontera hispano-portuguesa en Badajoz.

En su concepción inicial, el gasoducto Magreb-Europa se diseñó para transportar 8,5 bcm de gas al año. En sus inicios transportaba 0,68 bcm, pero desde el año 2015 la capacidad ha aumentado hasta los 10 bcm.

El gas viaja por el gasoducto a una velocidad de 3 metros por segundo (m/s), lo que significa que tarda cuatro días y siete horas en recorrer la distancia entre el yacimiento de Hassi R’Mel y Tarifa.

En su construcción participaron más de 8.000 personas, un total de 12 sociedades de ingeniería, 20 empresas constructoras y más de 70 suministradores de equipos procedentes de diferentes partes del mundo, desde Europa, Estados Unidos y Japón. Asimismo, se invirtieron más de un millón y medio de horas en ingeniería y supervisión de obras.

Por otro lado, la apertura de zanjas para la puesta de la tubería supuso tener que mover más de 6 millones de metros cúbicos de tierra. Solo desde Hassi R’Mel hasta Córdoba se soldaron 120.000 tubos, siendo necesarias 600.000 toneladas de chapa de acero para su fabricación.

Ampliación del gasoducto

Entre 2003 y 2005 se realizaron trabajos de ampliación del gasoducto en un 50% de la capacidad de transporte del tramo marroquí hasta 12,5 bcm/año para transportar un nuevo contrato de suministro de Naturgy con Sonatrach.

Los trabajos consistieron en el refuerzo de las estaciones de compresión de Frontera y Estrecho mediante la instalación de nuevos grupos de compresión y la adecuación de los compresores antiguos a las nuevas condiciones de funcionamiento.

En marzo de 2005, se inició el suministro a la central de Tahaddart, primera central de ciclo combinado de ONEE (Office National de l’Electricité et de l’Eau Potable) en Marruecos, y en noviembre de 2011 se inició el transporte del primer contrato de suministro directo de ONEE con Sonatrach para la central termosolar de Aïn Bénimathar.