Europa suma 30 proyectos de ecocombustibles para 2030

La producción estimada de estos proyectos, varios de los cuales se están desarrollando en España, asciende a 9,3 millones de toneladas al año.

Los ecocombustibles se han convertido en una de las vías más destacadas con las que el sector del refino puede contribuir para lograr el objetivo de la Unión Europa de alcanzar la neutralidad climática en 2050.

El uso de estos carburantes líquidos neutros o bajos en carbono, en cuya fabricación se utilizan materias primas distintas al petróleo, permitirán reducir las emisiones en el transporte ligero por carretera utilizando los mismos vehículos e infraestructuras existentes, y será la solución en aquellos sectores que, como el marítimo y el aéreo, no cuentan a día de hoy con otras tecnologías que contribuyan a su descarbonización, bien por no estar maduras, ser accesibles y/o aplicables. Asimismo, el desarrollo de los ecocombustibles, creará nuevas oportunidades empresariales, de empleo y de inclusión territorial, que darán un gran impulso a la economía circular.

Para que esto sea viable, el sector estima que serán necesarias inversiones de entre 30.000 y 40.000 millones de euros entre 2020 y 2030, que permitirían aumentar la producción de este tipo de combustibles hasta los 30 Mtep/año al final de esta década.

El éxito o el fracaso de los ecocombustibles dependerá, tal y como apuntan desde el sector, de la existencia de un marco normativo, fiscal y jurídico que favorezca su desarrollo, de manera que no penalice unas formas de energía en favor de otras (neutralidad tecnológica), y que dé confianza a los inversores -que a día de hoy están apostando a riesgo- para que sigan respaldando esta tecnología. Entre otras cuestiones, desde el sector también consideran necesarias ayudas económicas que permitan su producción masiva, así como el despliegue de rutas tecnológicas que permitan su producción.

Varios proyectos en España

Actualmente, ya se han iniciado o planificado cerca de una treintena de proyectos europeos de combustibles líquidos bajos en carbono hasta 2030, con una producción estimada de, al menos, 9,3 millones de toneladas al año, tal y como explicó Luis Cabra, presidente de FuelsEurope, durante la segunda edición de la jornada sobre Ecocombustibles organizada por la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) a finales de octubre.

Del total de proyectos, ocho son de biocombustibles avanzados, con capacidades de entre 100.000 y 750.000 toneladas de producción; tres son proyectos de conversión de residuos en combustible, con una capacidad de producción de hasta 100.000 toneladas anuales (derivados de residuos urbanos); hay seis de Captura, Uso y Almacenamiento del Carbono (CCUS) de hasta 6 millones de toneladas de capacidad de secuestro de CO2; y 12 son proyectos de hidrógeno verde, algunos de los cuales reducen la intensidad de emisiones GEI de los procesos de fabricación y otros combinan el hidrógeno verde con el carbono capturado para producir combustibles sintéticos, con una capacidad de hasta 3,4 millones de toneladas de producción al año.

España es uno de los países europeos en los que se están desarrollando varios de estos proyectos, la mayoría de la mano de Repsol. La compañía que preside Antonio Brufau producirá ecocombustibles en algunas de sus instalaciones industriales de referencia.

En la refinería de Cartagena Repsol tiene prevista la puesta en marcha de una planta de producción de biocombustibles avanzados en 2023 y de un electrolizador de 100 MW que podría estar listo en 2025. También destaca la entrada en funcionamiento de una planta para la fabricación de combustibles sintéticos cero emisiones netas utilizando CO2 e hidrógeno verde en el puerto de Bilbao en 2024 y de una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos que sustituirá parte de los combustibles tradicionales que alimentan la producción de la refinería de Petronor.

Junto a EDP, Repsol estaría evaluando oportunidades de inversión conjunta para impulsar el hidrógeno renovable en su refinería de Sines (Portugal), al igual que la lusa Galp, que tiene previsto invertir 1.200 millones en un electrolizador de 100 MW en su refinería de Sines para utilizar hidrógeno verde en sus procesos en lugar de gas natural.

Repsol también es pionera en la fabricación de combustibles sostenibles de aviación en España. En 2020 consiguió producir el primer lote de biojet del mercado español en el complejo de Puertollano a partir de biomasa (7.000 toneladas), que se suma a un segundo lote de 10.000 toneladas producidas en el complejo de Tarragona en 2021. En agosto pasado, la compañía producía un tercer lote de biojet en el complejo de Petronor. Este combustible, el primero en España producido a partir de residuos, ha sido empleado a principios de noviembre para cubrir la ruta Madrid-Bilbao en un airbus propiedad de Iberia.

Por su parte, la británica bp -junto con Iberdrola y Enagás-, estudia la construcción de un electrolizador de 60 MW alimentado con fuentes renovables en la refinería de bp en Castellón, que podría empezar a operar en 2024. El proyecto permitiría sustituir el hidrógeno gris que la refinería utiliza en sus procesos para producir biocombustibles con hidrógeno verde. Fuera de nuestro país, bp también planea la construcción de un electrolizador de 50 MW en la refinería de Lingen (Alemania) que se alimentará con energía renovable generada por el parque eólico marino de Ørsted.

Destacamos también el proyecto de la italiana Eni de instalar electrolizadores de 10 MW en su refinería de Taranto (Italia) para aumentar su capacidad de producción de hidrógeno verde a más de 2 GW en 2030; la construcción, por parte de Saras, de un electrolizador de 20 MW alimentado por electricidad renovable para usarlo como materia prima en la refinería que posee en Cagliari (Italia); así como la modernización de la tecnología que la empresa Gunvor ha hecho en su planta de Huelva para incluir el procesamiento de aceite de cocina y ácidos grasos en la producción de biocombustible.