Bruselas ultima la segunda batería de medidas del ‘Fit for 55’

La Comisión Europea tiene previsto presentar, a mediados de diciembre, la segunda parte del paquete climático ‘Fit for 55’, con iniciativas para reducir las emisiones de metano, incrementar la tasa de rehabilitación eficiente de edificios y regular los mercados del gas descarbonizado.

El pasado 14 de julio, la Comisión Europea presentó el paquete climático ‘Fit for 55’, una iniciativa que incluye una serie de propuestas con el objetivo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en, al menos, un 55% en 2030, y lograr que Europa se convierta en el primer continente climáticamente neutro del mundo en 2050. A mediados de diciembre, la Comisión presentará una segunda batería de medidas dentro de este paquete climático, relacionadas con las emisiones de metano, la eficiencia energética de edificios y el gas descarbonizado.

Respecto a la primera medida, el objetivo de la Comisión es desarrollar una legislación para reducir las emisiones de metano en el sector energético que, tras el dióxido de carbono, es el segundo factor que más contribuye al cambio climático y un potente contaminante atmosférico local que causa graves problemas en la salud. En líneas generales, dichas propuestas se centrarán en mejorar la disponibilidad y precisión de la información sobre las fuentes específicas de emisiones de metano asociadas con la energía consumida en la UE, así como en establecer obligaciones para que las empresas mitiguen esas emisiones en diferentes segmentos de la cadena de suministro de energía.

Concretamente, la Comisión propondrá medidas legislativas para medir, notificar y verificar dichas emisiones; mejorar la detección y reparación de fugas en todas las infraestructuras de gas y limitar las prácticas de combustión en antorcha y venteo. La Comisión entablará un diálogo con sus socios internacionales y estudiará posibles normas, objetivos o incentivos en relación con la energía fósil consumida e importada en la UE, así como los instrumentos para garantizar su cumplimiento.

La importancia de atajar este problema a nivel europeo se identifica en la Estrategia sobre el Metano que Bruselas presentó el 14 de octubre del pasado año, y que define una serie de medidas legislativas y no legislativas para acelerar la reducción de las emisiones de metano, tanto a nivel europeo como internacional, en los sectores de la energía, agricultura y residuos, que suponen cerca del 95% de las emisiones mundiales de metano asociadas a la actividad humana. La Estrategia fue sometida a información pública entre el 5 de febrero y el 1 de mayo de este año, recibiendo un total de 126 comentarios válidos.

Recordemos que la Unión Europea y Estados Unidos anunciaron en septiembre pasado el Compromiso Mundial sobre el Metano para reducir las emisiones mundiales de este gas en, al menos, un 30% respecto a los niveles de 2020 de aquí a 2030. Esta iniciativa ha sido lanzada a nivel de líderes durante la Cumbre del Clima (COP26) celebrada en Glasgow a principios de noviembre.

Rehabilitación energética de edificios

Otra de las iniciativas que la Comisión se ha comprometido a presentar en diciembre, es una propuesta legislativa para revisar la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD, sus siglas en inglés), que se adoptó por primera vez en 2010 y se modificó, posteriormente, en 2018, con el fin de mejorar el rendimiento energético y aumentar la tasa de renovación de edificios comerciales y residenciales en la UE.

La revisión de esta Directiva fue anunciada en la Estrategia ‘Renovation Wave’, adoptada el 14 de octubre de 2020, que contiene un plan de acción al objeto de derribar las barreras existentes a lo largo de la cadena de renovación -desde la concepción de un proyecto hasta su financiación y finalización- con medidas regulatorias, financieras y habilitadoras, y cuyo objetivo es duplicar, como mínimo, la tasa anual de rehabilitación energética de los edificios para 2030, y que prioriza en tres áreas: descarbonización de calefacción y refrigeración, abordar la pobreza energética y los edificios con peores resultados y la rehabilitación de edificios públicos como escuelas, hospitales y edificios administrativos.

Tras finalizar el periodo para recibir comentarios sobre la revisión de la EPBD, la Comisión abrió una consulta pública entre el 30 de marzo y el 21 de junio pasado, al objeto de recabar las opiniones de las distintas partes interesadas y de los ciudadanos sobre las mejoras que deben introducirse en la nueva Directiva, habiéndose recibido un total de 535 comentarios válidos, en su mayoría de asociaciones y empresas.

Bruselas considera que todas estas mejoras servirán para mejorar la calidad de vida de las personas que viven y utilizan los edificios, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa, fomentar la digitalización y mejorar la reutilización y el reciclaje de materiales. Para 2030, se podrían rehabilitar 35 millones de edificios y se podrían crear hasta 160.000 empleos verdes adicionales en el sector de la construcción.

Hidrógeno y biometano

La Comisión Europea también prevé adoptar un nuevo marco para regular los mercados competitivos de gas descarbonizado. Para ello, será necesaria una revisión legislativa del tercer paquete energético para el gas, mediante cambios en la Directiva 2009/73 sobre normas comunes para el mercado interior del gas natural y en el Reglamento 715/2009 sobre las condiciones de acceso a las redes de transporte de gas natural. El tercer paquete energético para el gas se adoptó en 2009 y, desde entonces, solo ha sido objeto de revisiones específicas, mientras que el marco legislativo para los mercados eléctricos se transformó durante la legislatura anterior.

Entre el 26 de marzo y el 18 de junio pasados, la Comisión abrió una consulta pública sobre la revisión de la Directiva y el Reglamento del gas, que recibió un total de 263 comentarios válidos. En líneas generales, el 90% de las respuestas recibidas confirmaron la necesidad de revisar ambas normativas para ayudar a lograr los objetivos de descarbonización y más del 60% espera que los cambios tecnológicos y regulatorios para descarbonizar el mercado del gas tengan el potencial de crear nuevos puestos de trabajo para 2030.

Una gran mayoría de los comentarios aportados, apoya una regulación que fomente la aparición de un mercado de hidrógeno y una infraestructura competitivos, preferiblemente a nivel europeo más que a nivel nacional, a la vez que consideran importante la necesidad de que el regulador garantice la competencia en el mercado y que se defina de antemano el papel del sector privado en el desarrollo de dicha infraestructura que facilite la creación de una red de hidrógeno.

Asimismo, un porcentaje elevado de las respuestas recibidas, se muestra partidario de facilitar la inyección y promoción de biometano en la red, así como de apoyar la aplicación armonizada de las normas de calidad del gas en toda la UE para una coordinación transfronteriza reforzada y una mayor transparencia. Además, muchos de los participantes de la consulta consideran importante tener en cuenta medidas en materia de seguridad energética según aumente el uso de los gases renovables y con bajo contenido de carbono, de manera que ven necesario establecer un marco legislativo europeo para la ciberseguridad del sector energético que abarque los sectores de la electricidad, el gas, el hidrógeno y la calefacción.

Finalmente, y en relación a los precios, los representantes del sector privado que participaron en la consulta pública, apoyan planes para eliminar gradualmente los precios regulados, mientras que las organizaciones de consumidores subrayan la importancia de mantener la regulación de precios para los consumidores vulnerables y aquellos que sufran de pobreza energética.