Cogeneración: aportando valor

En el actual contexto de altos precios energéticos, los ahorros de la cogeneración -en energía, CO2 y reducción de precio del mercado eléctrico para todos los consumidores- alcanzan mayor valor, esencial para la recuperación de las industrias, la factura de los consumidores y la balanza energética de España

¿Sabían que este año la cogeneración ahorrará al país más de 800 millones de euros en importaciones de energía y emisiones y mejorará el precio eléctrico a todos los consumidores en más de 2.000 millones de euros? Porque, en un entorno de subida del precio eléctrico como el actual, sus ahorros nos ayudan a todos.

Acogen presenta su encuesta 2021, representativa de la situación del 75% de la potencia instalada de cogeneración en España, que supone el 15% del PIB industrial. La encuesta incluye las principales empresas de todos los sectores industriales que cogeneran -alimentación y bebidas, química, celulosa y papel, automóvil, cerámica y azulejos, ladrillos y tejas, residuos y agrícola-. La cogeneración genera el 11% de la electricidad nacional y supone el 20% del consumo de gas, para fabricar el 20% del PIB industrial, con 200.000 empleos directos.

El cogenerador español 2021 es una industria calorintensiva -80% consume doble de calor que de electricidad-, funcionando en continuo 24/7, que con la cogeneración como tecnología de referencia transforma gas en el calor y electricidad necesarias para su proceso productivo. El peso de sus costes energéticos y ambientales está entre el 15% y 20% de los productivos y determina su competitividad.

Gran exportador -51% exporta más del 30% de lo que produce y el 38% más del 50%- nuestro cogenerador atraviesa una situación límite: realiza su actividad sin un marco de cogeneración de futuro, inmerso en la crisis post-Covid y con los costes energéticos y ambientales en feroz escalada.

Al igual que los españoles, el 80% de sus competidores europeos directos utilizan cogeneración a gas y otras tecnologías -biomasa, biogás y valorización de residuos-, pero ellos sí cuentan con marcos de cogeneración a futuro.

Los cogeneradores -78%- constatan que las inversiones de las multinacionales en sus industrias en España -50% se integra en este tipo de grupos- se retrasan por la incertidumbre y falta de apoyo a la cogeneración en nuestro país y por la expectativa de subidas de nuestros costes energéticos. Ante el fin de vida útil de muchas de sus plantas a tres años vista, afirman que, sin un marco futuro, los efectos para las industrias calorintensivas serán irreversibles: 82% perderán competitividad, 57% no podrán trasladar las pérdidas al precio de sus productos y la mayoría sienten frustración industrial al no contar con una alternativa mejor a la cogeneración.

Los planes de hibridación de la cogeneración con otras tecnologías renovables avanzan: 70% de los cogeneradores han evaluado instalar fotovoltaica; 48% implementarían más biomasa; 41% valorizaría residuos energéticamente y 26% recurriría al biogás y otros gases renovables. Pero, pese a evaluar la implementación de estas alternativas, ven muy limitada su efectividad para lograr el autoabastecimiento continuo de sus industrias calorintensivas: 50% solo podrían reemplazar hasta un 30% de los combustibles y demandas eléctricas.

Falta de rentabilidad, largos periodos de retorno, volatilidad e incertidumbre, frenan inversiones e hibridaciones en renovables que se planifican a 2030. En cuanto a la evolución de los costes energéticos y ambientales: 61% considera que sin un marco industrial integral de cogeneración y CO2, vertidos, impuestos y tasas, la competitividad de las industrias entrará en riesgo.

El 90% ven inviable electrificar el calor de sus procesos de fabricación continua y por ello cuentan con sus cogeneraciones para producirlo, —junto con otras tecnologías renovables—, considerando que es la mejor solución y más competitiva para avanzar en la descarbonización.

Para el 92% es imprescindible seguir contando a 2030 con sus cogeneraciones de igual o menor potencia, empleando gas natural y otros gases renovables. Además, el 51% prevén instalar fotovoltaica; uno de cada tres, valorización de residuos para generar calor; y uno de cada cinco, producir hidrógeno para consumo propio o inyección a la red. El 17% producirá biogás para autoconsumirlo en cogeneración.

Tres imprescindibles camino a 2030 y a la descarbonización

Los cogeneradores consideran que sin una transición energética competitiva, la producción industrial calorintensiva corre grave riesgo de deslocalización. Reivindican un marco integral industrial de cogeneración y CO2, costes de gestión ambiental, impuestos y tasas, en línea con el de los países industrializados europeos. En segundo lugar, requieren una adaptación de los tiempos del PNIEC 2021-2030 a la realidad post-Covid y un diálogo abierto con la Administración para que se comprenda la realidad energética y medioambiental de la industria. Y, por último, se requieren plazos de inversión razonables -cinco años, mínimo- para planificar, y la puesta en valor de la electricidad producida y consumida a nivel local, junto a la prioridad de acceso a la capacidad de las redes para la industria.

Comprometidos con la descarbonización

Los cogeneradores están comprometidos con la descarbonización y buscan alternativas en base al uso de gases y energías renovables y valorización de residuos. Pero ello precisa de un proceso acompasado a la madurez tecnológica y al momento económico. La cogeneración es el mejor pilar de las industrias calorintensivas para una transición competitiva a la descarbonización.

Alemania, que produce cuatro veces más cogeneración que España, acaba de aprobar otro presupuesto por 1.800 millones de euros anuales -con el beneplácito de la UE- para seguir impulsando a los industriales cogeneradores. Lo tienen claro. A ver España.