Transparencia: la cuenta pendiente del sector energético

El sector eléctrico en España se encuentra en ebullición. En junio entró en vigor un cambio regulatorio y el precio mayorista de la luz llegó a máximos históricos. Ahora más que nunca, los consumidores están a expensas de sus comercializadoras, el único interlocutor que tienen respecto a su suministro y factura. Como comercializadora, en Bulb somos conscientes de nuestra responsabilidad con los usuarios y creemos que es fundamental simplificar su relación con el sistema energético. Nuestra apuesta es clara: la transparencia. Es algo en lo que llevamos trabajando desde que comenzamos a operar en España hace justamente un año. Hacemos las cosas de manera diferente: nos guía la sencillez, la transparencia y la comunicación constante con los usuarios.

De nuestra experiencia en otros mercados (Bulb nació en Reino Unido en 2015 y estamos ya en Francia, España y Texas, en EEUU) sabemos que la energía es un sector complicado con retos difíciles, muchos de ellos globales. Uno de ellos es la opacidad en la cadena de suministro, que llega al consumidor en forma de tarifas poco claras y facturas enrevesadas. Los consumidores españoles son de los más insatisfechos con el sector eléctrico de toda Europa. En concreto, 18,1 puntos por debajo de la media en la UE. Pero el mercado español es, a la vez, uno de los más avanzados en contadores inteligentes y uno de los mejor posicionados para la generación de una energía renovable cada vez más demandada. Según los datos de IRENA, España ocupa la octava posición mundial en potencia instalada de energías limpias, con 59 GW.

Con estos ingredientes se puede construir una relación más transparente y satisfactoria. Pero este camino no será posible hasta que todos los organismos y comercializadoras (grandes y pequeñas) apuesten por hacer las cosas de manera diferente. Desde Bulb seguimos priorizando la inversión en tecnología y automatización para ayudar a nuestros usuarios a gestionar y reducir sus facturas de energía y sus emisiones de carbono. Este último aspecto es vital para alcanzar en 2030 la reducción de un 23% en gases contaminantes sobre los niveles de 1990, tal y como establece la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. La industria energética no para de evolucionar y todos tenemos un papel relevante que jugar. Juntos debemos aprovechar las oportunidades existentes para transformar el sector eléctrico con el objetivo de que sea más justo y transparente.