Retos del sector termosolar

El principal reto del sector termosolar es explicar a las instituciones que es necesario diferenciar entre la descarbonización diurna de la nocturna. Desde la Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar), se han celebrado encuentros con diversas entidades, públicas y privadas, y en general se desprende la idea que para descarbonizar, la solución más “económica” es desarrollar más y más renovables midiendo únicamente su precio de venta de energía. En España se están promoviendo subastas cuyo criterio de adjudicación es el coste por unidad de energía, sin mayores consideraciones. Esta situación puede llevar a la paradoja que, pese a que se adjudiquen únicamente las tecnologías más “baratas”, el sistema eléctrico acabe siendo más caro porque sea necesario disponer de cierto respaldo cuando esas energías, de carácter intermitente, no están disponibles. El propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) calculó el balance óptimo de las diferentes tecnologías renovables, que permite un sistema eléctrico descarbonizado, que garantice suministro y al menor coste posible. Sin embargo, estamos detectando una cierta desviación entre el PNIEC y las convocatorias de subastas. Concretamente nos preocupa:

1) Que el volumen de subastas sea muy inferior a los objetivos del PNIEC, incentivando un mix de generación diferente que pudiera presentar distorsiones en el sistema tales como excesivos vertidos durante el día, infrautilización de la red eléctrica o necesidad de combustibles fósiles para garantizar el suministro a cualquier hora; 2) que las subastas no reconozcan el valor de cada tecnología y su rol en el sistema eléctrico. En el caso concreto de la termosolar, su principal virtud es poder almacenar energía de manera masiva a muy bajo coste, diez veces inferior a las baterías de ión-litio, para poder despachar energía renovable síncrona durante toda la noche. No tendría sentido que una subasta permitiese que una termosolar generase durante el día solapándose con una fotovoltaica que presenta un menor coste mientras el sol brilla.

Se podría argumentar que aún no es necesario descarbonizar de noche, que estamos lo suficientemente lejos del objetivo como para seguir inyectando renovables diurnas que son más baratas, y que el problema nocturno ya llegará. Esto sería un grave error. Ahora es el momento de ejecutar una correcta planificación energética que vaya anticipándose a las necesidades del sistema. Una solución planificada siempre va a resultar más eficiente desde un punto de vista económico que un “parche” una vez el problema se manifieste, que además pueda dar lugar a especulación y sobrecostes. En definitiva, esperamos que las próximas subastas renovables estén encaminadas a cumplir con los objetivos del PNIEC para evitar distorsiones en el sistema eléctrico y soluciones de última hora que sean tremendamente costosas.