Retos del almacenamiento energético para alcanzar la neutralidad climática

El almacenamiento energético está llamado a ser un pilar fundamental del proceso para alcanzar la neutralidad climática. Sin embargo, para poder alcanzar las metas establecidas en documentos oficiales como el Acuerdo de París o la Estrategia de Almacenamiento Energético, el almacenamiento de energía debe dar respuesta a una serie de retos. Actualmente, la mayoría de las tecnologías de almacenamiento no están plenamente desarrolladas y, en muchas ocasiones, los costes todavía son demasiado elevados. Así, el uso de sistemas híbridos, combinando tecnologías diferentes, será una de las líneas indispensables de desarrollo para dar respuesta a demandas que superan las capacidades de las tecnologías individuales. Estos retos tecnológicos, además, no se reducen a las propias tecnologías del almacenamiento energético, sino que abarcan también otras ramas como la ciberseguridad o la gestión instantánea de una inmensa cantidad de datos.

En muchos casos, las inversiones necesarias para completar el desarrollo de muchas de estas tecnologías no siempre pueden ser asumidas por los desarrolladores. Ante ese escenario, la colaboración público-privada parece imprescindible para crear un marco de cooperación eficiente dotado con los recursos financieros y las infraestructuras suficientes para afrontar los retos tecnológicos con garantías de éxito. Por otro lado, el mercado actual está construido sobre un modelo centralizado, basado en el uso de combustibles fósiles. Para alcanzar la transición energética, resultará necesario realizar un rediseño de dicho mercado, que permita su descentralización, otorgando al ciudadano un mayor poder a la hora de gestionar la generación, almacenamiento y uso de su propia energía. De esta forma, la ciudadanía abandonaría su papel de agente pasivo, para convertirse en un productor activo. La transición del modelo al segundo requiere la adaptación del marco regulatorio por vías que, manteniendo la competitividad del mercado, reduzcan la incertidumbre, no dañen las expectativas financieras de los inversores y garanticen condiciones justas para todos los usuarios.

Finalmente, a nivel medioambiental, el principal reto al que se enfrenta el sector se halla en el fuerte impacto ambiental asociado, sobre todo en el proceso de extracción y transformación de materias primas. El camino que nos queda por recorrer todavía es largo, pero disponemos del potencial tecnológico necesario para recorrerlo. En este sentido, la electrónica de potencia tendrá un papel fundamental en la regulación de la energía intercambiada entre los sistemas de generación, los sistemas de almacenamiento y la red eléctrica o los elementos de consumo.