Los gases renovables, vector relevante para construir un futuro más sostenible

Durante los últimos nueve años, elEconomista Energía ha aportado un gran valor a la comunicación y a las empresas del sector energético. Durante 100 números ha trasladado la actualidad informativa a través de sus acertados análisis e informaciones, con un enfoque en el que siempre prima la objetividad y el buen hacer periodístico que, a través de estas líneas, quiero agradecer y animarles a que así siga siendo. Llegados a estos 100 números, enfocamos ahora también una época de grandes retos, no solo para el sector energético, sino también para la sociedad en general, por estar viviendo en los últimos tiempos cambios profundos debido a una pandemia global que todavía nos sigue afectando. Cambios donde la transición energética necesaria, en el camino hacia la descarbonización, está muy presente como guía imprescindible para construir el bienestar futuro.

Y en este camino, todos debemos aportar. La industria y el mercado del gas natural ibérico, en cuyos retos futuros ahora me centraré, responden a los mejores estándares de competitividad internacionales. El gas natural ibérico es un sector que, en un par de décadas, ha evolucionado de una estructura de monopolio a un sistema completamente liberalizado en competencia. Gracias al desempeño de todos sus actores, se ha conformado como un sistema moderno y eficiente, preparado para nuevos retos. Sin embargo, el desafío que el sector del gas natural afronta ahora es aún más exigente. El calentamiento atmosférico originado por la necesidad humana de obtención de energía obliga a una descarbonización de la economía que afecta directamente al sector del gas natural. Dicha descarbonización conmueve a lo más básico del gas natural: su estructura molecular. El gas natural, al estar compuesto por carbono e hidrógeno su combustión produce CO2, y, en consecuencia, contribuye al calentamiento global que se debe evitar. Por consiguiente, el desafío es enorme.

Los gases renovables, esto es aquéllos que aportando la energía que requiere el bienestar social contribuyen a la descarbonización, pueden representar la conversión del sector. Además, pueden contribuir a la seguridad de suministro energético al paliar la variabilidad y estocasticidad de las fuentes renovables de producción de la energía eléctrica como vector principal energético. Sin duda, es un camino a recorrer en el que todos debemos aportar nuestro grano de arena. En definitiva, los gases renovables están también llamados a ser un vector relevante en el sector energético y a contribuir de manera destacada en la construcción de un futuro más sostenible.