Los ecocombustibles, nuestra contribución a la descarbonización del transporte

El objetivo actual del sector energético en su conjunto es alcanzar la neutralidad climática para 2050, una meta que implica la progresiva descarbonización de la economía a la vez que la demanda energética continúa incrementándose en muchos países del mundo. Conseguirlo supone para nuestro sector un cambio sistémico en el que las inversiones son especialmente importantes. En esa línea, la industria del refino lleva muchos años investigando y desarrollando rutas tecnológicas para hacer frente al cambio climático, comprometida con la causa de reducir las emisiones de sus procesos y productos. Solo entre 2015 y 2020, la inversión en España fue de 3.819 millones de euros y el año pasado, en el que la pandemia afectó a todos los sectores, 125,3 millones en I+D+i.

Nuestros esfuerzos inversores hacia la transición energética requieren una normativa a largo plazo, que es lo que tenemos con la Ley de Cambio Climático. No obstante, desde el sector del refino consideramos que la transición ecológica no es solo una cuestión de reemplazar las fuentes fósiles por la electrificación, como dejan entrever algunos artículos de la Ley, sino de un cambio tecnológico que integre a todas las soluciones que hagan posible llegar al mismo objetivo, es decir, a través de la neutralidad tecnológica. Muchas de las tecnologías necesarias para poder descarbonizar nuestra economía aún no están maduras ni sabemos cómo van a evolucionar, lo que supone gran incertidumbre respecto al coste total de la transición energética. Por eso, el marco regulatorio no debería dejar de lado ninguna solución, como sucede con las limitaciones impuestas por la Ley de Cambio Climático para introducir los ecocombustibles en el transporte ligero.

Nuestro gran reto es lograr que nuestros combustibles líquidos neutros en carbono, producidos a través de residuos agrícolas, forestales, urbanos y plásticos y mediante CO2 capturado e hidrógeno renovable, sean complementarios a la electrificación en la descarbonización del transporte. Nuestra labor es suministrar los productos que los consumidores necesiten, a la vez que aportamos con nuestra experiencia y conocimiento al desarrollo industrial y económico y la potenciación de la economía circular. Tenemos la capacidad y la voluntad de hacerlo y contar con una regulación inclusiva para nuestros productos y procesos será una de las tareas más importantes que tendremos que llevar a cabo en los años sucesivos, al igual que conseguir que las tecnologías que estamos desarrollando alcancen su madurez y un coste asequible para que nuestra industria siga siendo una de las más competitivas del país y que continúe siendo una fuente de generación de empleo estable y de calidad. Nuestro sector tiene la firme determinación de ser parte de la solución.