La transición energética, un reto ilusionante para el sector eólico

Dentro de su estrategia para lograr una transición energética hacia una sociedad descarbonizada, España se ha fijado el objetivo de doblar su capacidad eólica instalada y superar los 50 GW de potencia antes de 2030. Como líderes mundiales del mercado eólico, en Vestas encaramos estos objetivos con ilusión, sabedores de que la evolución de esta tecnología ha convertido a la eólica no solo en una herramienta fundamental en la lucha contra el cambio climático, sino también en una de las fuentes más fiables, baratas y competitivas del mercado. Pero también somos conscientes de que esta meta plantea importantes retos.

Durante la próxima década, España tendrá que instalar unos 2 GW de potencia eólica al año, una cifra sin parangón en el país que pondrá a prueba a todos los agentes que formamos el sector eólico: fabricantes, proveedores de servicios, reguladores, operadores de red, etc. Para alcanzar nuestro objetivo, España debe consolidar un sólido mercado nacional de eólica terrestre, con volúmenes suficientes y sostenidos en el tiempo. Esta predictibilidad será clave para poder optimizar el funcionamiento de la cadena de suministros en nuestro país. En segundo lugar, el mercado español necesita un marco regulatorio que promueva la repotenciación de nuestros parques eólicos. Nuestra experiencia en otras partes del mundo nos muestra que son operaciones rentables y seguras. Casi el 40% de los aerogeneradores instalados en España alcanzarán el final de su vida útil antes de 2025. Muchas de estas turbinas se encuentran en las zonas con mayor calidad de recurso eólico del país, por lo que su potencial en términos de producción es enorme.

Por último, España tiene ante sí una gran oportunidad de comenzar a beneficiarse de las nuevas tecnologías desarrolladas en el sector para dotar de más estabilidad al sistema eléctrico y acelerar la transición energética. Además de las ya probadas hibridaciones con otras fuentes de energía como la solar o el hidrógeno verde, hay que destacar el papel que puede desempeñar la eólica flotante, que aprovecha el viento en aguas donde su profundidad no permite construir estructuras fijas. Utilizando el contrastado know-how de nuestra industria eólica, esta nueva tecnología puede permitirnos acceder al excelente recurso eólico de nuestras costas y posicionar a España como un líder tecnológico en estos nuevos sectores. Para hacer realidad este escenario, necesitamos desarrollar de manera urgente una legislación que regule estas nuevas tecnologías, ofreciendo fiabilidad jurídica y transparencia a todos los actores del mercado.