La energía será eléctrica

El sector de la energía se enfrenta a retos importantes como la creciente penetración de las renovables en nuestro mix energético y el aumento de consumo de energía en el mundo. El Acuerdo de París en 2015 impulsó las acciones e inversiones necesarias para una sociedad sostenible con bajas emisiones de carbono y así combatir el cambio climático. Por lo tanto, nos dirigimos hacia una sociedad donde la energía eléctrica se va a convertir en la energía de referencia. El crecimiento exponencial del coche eléctrico y la integración de las renovables conlleva una adaptación importante que afecta a nuestra red eléctrica. Teniendo en cuenta que la energía renovable es una fuente de generación intermitente, tenemos que acometer inversiones para asegurar un suministro constante y estable.

Esas inversiones se dirigen principalmente al almacenamiento, cuyas aplicaciones principales se pueden dividir en tres grandes bloques: la calidad de la energía, como “inyectar o absorber potencia activa para estabilizar la red y el control de rampa”; la “capacidad” (asegurar el suministro de energía); y el coste, como “el arbitraje que gestiona la liquidez del mercado y limita las variaciones de precio”. Existen varios tipos de almacenamiento pero, hoy en día, en velocidad de respuesta y regulación de frecuencia, las baterías son la mejor alternativa porque, entre otras cosas, pueden ajustar los desequilibrios de la red en una fracción de segundo.

El auge del coche eléctrico, aparatos conectados, ciudades inteligentes, etc., conllevan también un cambio de paradigma. La tendencia a la electrificación es imparable y las baterías son un componente estratégico para el futuro de la electrificación del planeta. La movilidad cada vez más eléctrica, provocará cambios y adaptaciones del sector energético tradicional y un crecimiento exponencial de la fabricación de baterías en el mundo. En efecto, la batería (en un futuro el hidrógeno) es un elemento esencial de la movilidad hoy en día. Estamos viendo una aceleración de las inversiones por parte de grandes grupos automovilísticos para implantar grandes plantas de producción de celdas en Europa y EEUU. Saft creó junto a Stellantis (PSA + Fiat Chrysler) una compañía “Automotive Cell Company” dedicada a la fabricación de baterías para el coche eléctrico.

Las grandes compañías del sector O&G quieren convertirse en empresas “multi energías” con grandes inversiones en solar, eólica, etc. TOTAL cambió su nombre en TotalEnergies para dar forma a esa nueva estrategia de empresa “multi energías” con una clara ambición de convertirse en una de las cinco mayores empresas eléctricas del mundo. El sector de la Energía será cada vez más eléctrico por la penetración creciente de las renovables, la movilidad eléctrica, ciudades conectadas e inteligentes, IoT, etc.