Hay que revisar la desproporcionada presión fiscal que sufre el parque nuclear español

Quiero comenzar felicitando sinceramente a elEconomista Energía por estos nueve años y 100 números marcados por un enorme desarrollo de la tecnología energética y mayor concienciación por el respeto ambiental. En la última década, el parque nuclear español ha sido esencial en la generación eléctrica -con más de una quinta parte de la electricidad producida-, en evitar emisiones contaminantes -cerca de 30 millones de toneladas de CO2- y en la estabilidad, regulación y equilibrio del sistema eléctrico -aportando energía firme.

A pesar de estos excelentes resultados, la creciente presión fiscal y el incremento de la llamada tasa Enresa -con valores totales cercanos a los 22 €/MWh- ha situado a la generación eléctrica de origen nuclear en una posición de inviabilidad económica. La excelente operación, junto con el apoyo constante de la industria nuclear española y el extraordinario desempeño de los trabajadores del sector, se ha visto empañada por el resultado financiero del parque nuclear, hasta el punto de haber funcionado a pérdidas durante gran parte de los últimos ejercicios. Esta situación se ha visto acentuada en el año 2020, en el que el parque no solo ha sufrido pérdidas por valor de más de 1.000 millones de euros, sino que ha soportado un flujo de caja operativo negativo de 490 millones de euros, y en el que el porcentaje impositivo se ha incrementado hasta el 60%.

Junto a ello, en un futuro a corto plazo, la situación podría aún empeorar si llegara a aprobarse el anteproyecto de Ley “por la que se actúa sobre la retribución del CO2 no emitido del mercado eléctrico”. Este anteproyecto contempla la implementación de un mecanismo para limitar los mal llamados “beneficios caídos del cielo”, por el que se detrae de la retribución por la venta de energía en el mercado mayorista el que se ha denominado dividendo de carbono, y que tiene un valor -según Miteco- de unos 13 €/MWh. De esta forma, los costes “tributarios” del parque nuclear aumentarían hasta unos 35 €/MWh, que -con la estimación de precios de futuro del mercado mayorista en la próxima década- provocaría un flujo de caja operativo negativo acumulado cercano a los 6.000 millones de euros, lo que haría imposible la viabilidad financiera del parque nuclear español, abocándole al cese de su actividad.

Ante esta situación y el relevante papel de la energía nuclear, es absolutamente necesario que se revise la desproporcionada, discriminatoria y confiscatoria presión fiscal, además de la reconsideración de una normativa que no haría otra cosa que dar la puntilla a una tecnología con una gran experiencia acumulada y no emisora de CO2. Confiamos que se aplique la sensatez y se alcance un acuerdo, y deseamos que elEconomista Energía continúe muchos números más.