Generación distribuida vs ‘utility-scale’, un debate abierto

El PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) establece dos claros objetivos para el año 2030: el 42% de la energía total consumida y el 74% de la eléctrica, deben provenir de fuentes renovables. Hablando sólo de fotovoltaica, serían necesarios 39 GW que, traducidos a superficie, y suponiendo una media de 2,5 ha/MW, requieren aproximadamente 100.000 ha de terreno -más de 5 veces la superficie del término municipal de Madrid-. Además, las plantas fotovoltaicas se concentran cerca de subestaciones o líneas eléctricas y suponen un elevado impacto social y ambiental, lo que explica la aparición de plataformas ciudadanas contrarias al desarrollo de “mega-plantas” fotovoltaicas.

¿Por qué no aprovechar otros espacios que no interfieran con otras actividades o usos? Según el Observatorio de la Sostenibilidad, en España hay más de 350.000 ha de superficie de tejado útil para instalar energía solar fotovoltaica. Suficiente para instalar 160 GW, más de cuatro veces el objetivo de fotovoltaica del PNIEC. Además, tiene sentido generar la energía en o cerca del punto de consumo, lo que se conoce como “generación distribuida”. En comparación con el modelo actual de generación centralizada -basado en unas pocas grandes plantas nucleares y térmicas y centrales hidroeléctricas-, el de generación distribuida tiene múltiples ventajas: menor necesidad de redes de transporte y distribución -que suponen un impacto ambiental y paisajístico y cuyos costes pagan los consumidores-, mayor eficiencia en la utilización de la energía, mayor resiliencia del sistema eléctrico y mayor dinamización de la economía en términos de PIB y empleo. Hoy en día, este modelo es posible gracias a la fotovoltaica, con la que podemos instalar unos pocos paneles solares en una casa o unos miles en una gran industria o en un terreno al lado de un polígono industrial, pues la unidad de generación es el panel solar fotovoltaico.

En España contamos con el mayor recurso solar de Europa. Sin embargo, las pequeñas y medianas instalaciones fotovoltaicas sólo representan el 20% de la potencia fotovoltaica total instalada, la mitad que Portugal, una tercera parte que Francia o una quinta parte que Italia. No cabe duda de que las políticas gubernamentales influyen en qué modelo -centralizado vs distribuido- es adoptado y España debería establecer políticas que potenciaran más la generación distribuida. Por ejemplo, facilitando y otorgando prioridad de acceso a la red, simplificando y agilizando los trámites administrativos o incluyendo un cupo específico en las subastas renovables.