Futuros retos del sector energético

Está claro que la transición energética será una palanca clave de la recuperación económica. Se instalará nueva potencia renovable (unos 60.000 MW) y se tenderá hacia una mayor electrificación de nuestra sociedad a todos los niveles. Son tiempos apasionantes para el sector en cuanto a las perspectivas de crecimiento, expansión y desarrollo. La Asociación de Agentes Representantes en el Mercado Ibérico de Electricidad (ARMIE) agrupa a más del 70% de las compañías que damos acceso al mercado a todo tipo de producción renovable, pequeños o grandes inversores y, por tanto, tenemos un rol muy claro que jugar en esta transición energética en la que, para que sea un éxito, nos enfrentamos a varios retos futuros.

Será necesario un excelente marco regulatorio, robusto, firme y claro que dé certidumbre a todos esos inversores y promotores de energías renovables, almacenamiento e hidrógeno, que son los pilares en los que se basa esta transición energética para poder electrificar la economía. Este marco regulatorio no debe centrarse en aspectos de diseño del mercado mayorista, diseño que es competencia europea y no nacional, sino en una muy sólida regulación de detalle que permita una gran eficiencia en procesos y operaciones de mercado y que evite la introducción de procesos administrativos complejos que ralenticen la entrada de nueva generación renovable en el mercado, de la cual somos representantes. Desde ARMIE consideramos muy necesario poner el foco en el favorecimiento de la competencia y en el desarrollo regulatorio de la futura figura del agregador de la demanda, que no debe en modo alguno solaparse en actividades con otros agentes del mercado, como somos los propios agentes representantes.

Otro reto a abordar es que los futuros cambios para integrarnos a nivel europeo en el mercado interior de la energía, son cambios muy profundos a nivel diseño y operativos, y que se están realizando en un muy breve espacio de tiempo (2020-2023), como son el cálculo del sobrecoste de desvíos, la introducción de la programación cuarto-horaria y el aterrizaje de los proyectos europeos, MARI y Picasso, sobre convergencia de los mercados de servicios de balance. Resulta recomendable que la regulación española sea lo más cercana a los esquemas recomendados por la normativa europea en estos proyectos, evitando exenciones o particularidades. El objetivo a conseguir es un mercado ibérico de energía, transparente, efectivo, eficiente y en competencia, armonizado con Europa, adaptado a las necesidades de los agentes y permitiendo, tanto a promotores como consumidores de electricidad, recibir señales de precio sensatas.