Energía renovable y celulosa: cuando sostenibilidad equivale a competitividad

El firme compromiso de Ence con la sostenibilidad representa, a su vez, una apuesta decidida por la competitividad. Dos nociones, sostenibilidad y competitividad, que para Ence son equivalentes: las dos caras de una misma moneda, capaz de llevarnos como empresa, pero también como economía y como sociedad, hacia un horizonte en el que el respeto medioambiental camina de la mano de la creación de empleo y de la generación de riqueza y competitividad.

En el caso de Ence, esa prosperidad está ligada, en buena medida, a las áreas rurales, contribuyendo a la fijación de población y a la vertebración del territorio, precisamente en la denominada “España vaciada”. A través de la generación de energía renovable, generada fundamentalmente a partir de biomasa residual agroforestal, Ence contribuye a la descarbonización del sistema, al avance hacia un modelo de economía circular y a la transición energética. En Navia (Asturias) y en Pontevedra, nuestras dos biofábricas de celulosa (material biodegradable, reciclable y capaz de sustituir a los productos derivados del petróleo) se autoabastecen al 100% con energía renovable producida a partir de las partes de la madera que no pueden utilizarse para la fabricación de pasta de papel. Por su parte, en nuestras plantas independientes de energía, situadas en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, generamos energía renovable a partir de los restos de la actividad agrícola local, contribuyendo además a evitar la quema de estos materiales en el campo y los problemas ambientales derivados de ello.

Más allá del impulso a la bioeconomía que supone la generación eléctrica con biomasa, Ence quiere seguir creciendo en energía renovable. Contamos con una cartera de proyectos maduros de 480 MW que estará lista para empezar a construir a finales de este año y que supondrá multiplicar por 2,5 veces nuestra capacidad instalada actual: 140 MW en biomasa y 340 MW en solar fotovoltaica. En cuanto a los principales proyectos fotovoltaicos, cabe destacar las plantas de Andújar (Jaén) y Sevilla. En cuanto a la generación con biomasa, me gustaría resaltar la futura planta de 40 MW en El Ejido (Almería), que dará respuesta al acuciante problema de gestión de residuos de los cultivos de invernadero en la comarca, o el proyecto de una nueva planta de 50 MW en Córdoba, para valorizar restos de los cultivos e industrias olivareras, como hojas y podas de olivo y orujillo.

En Ence estamos convencidos de que podemos aportar mucho a la recuperación verde que precisa la actual crisis. Creemos en la bioeconomía; creemos en la necesidad de una transición energética justa; y creemos, además, que ambas son palancas con las que crear valor y apuntalar nuestra competitividad.