Energía positiva para la próxima década

Vivimos un momento único en las renovables, con una actividad nunca vista, perspectivas de mayor negocio a medio y largo plazo, y con apoyo político en todos los ámbitos. En Allen & Overy hemos hecho una apuesta decidida por este sector, que nos ha llevado a ser reconocidos como una de las prácticas líderes del mercado.

El momento es único porque combina una actividad todavía importante en M&A de proyectos de desarrollo con movimientos de consolidación para activos operativos y con la financiación de proyectos en auge. El M&A de proyectos ha sido el driver en los últimos dos años, en los que hemos podido acompañar a grandes clientes como Total Energies entrando en el mercado español. Continúan surgiendo muchos proyectos y portfolios, más o menos incipientes, y empezamos a identificar cambios en las dinámicas de las operaciones hacia un mercado más pro-comprador. A la vez, un volumen importante de esos proyectos va llegando a Ready to Build, con lo que ya desde el segundo trimestre de este año y durante los próximos 12-18 meses, el trabajo en financiaciones de estos proyectos y en contratos de construcción aumenta constantemente y va a ser extraordinario. Y en el plano más internacional, el eólico offshore está tomando una relevancia especial, con Iberdrola como actor destacado.

Si tuviéramos que señalar tres grandes temas, tres megatendencias en el sector, apuntamos a la inversión en redes, al hidrógeno verde y al autoconsumo. La inversión en redes es un tema mollar para el buen funcionamiento de un sistema que va a recoger muchos GWs adicionales en los próximos 2 años y que tiene que ser sostenible. En cuanto al hidrógeno verde, es sin duda the next big thing y en el despacho llevamos más de un año coordinando y consolidando nuestro approach desde un punto de vista multipráctica y multijurisdiccional. Y, finalmente, el autoconsumo: tenemos clientes -corporates, pero también bancos- que están mirando el autoconsumo doméstico como una auténtica revolución a largo plazo, que puede cambiar el sistema eléctrico tal como lo conocemos y que, unido a la electrificación del transporte, promete una década (o dos) de continuos cambios e inversiones. El optimismo desde nuestro punto de vista es total y la apuesta, segura.