El futuro es de las energías limpias, sostenibles y colaborativas

El mundo se mueve a mucha velocidad. Y no siempre es fácil conjugar conceptos como desarrollo y evolución con otros como sostenibilidad o respeto por el medioambiente. Durante décadas hemos exprimido los recursos naturales del planeta, y posiblemente lo hemos maltratado más de la cuenta. Las consecuencias son evidentes: contaminación, calentamiento global, cambios en el clima que provocan desastres naturales, etc. La demanda mundial de energía sigue creciendo, pero la conciencia de que debemos responder a esa demanda de una forma sostenible también es una tendencia imparable. Parece que la sociedad ha despertado a tiempo. Y aquí es donde las compañías energéticas debemos asumir nuestra responsabilidad: el futuro de la energía está, sin lugar a dudas, en las renovables.

En RIC Energy llevamos muchos años desarrollando sistemas de generación energética eficientes, duraderos y sostenibles. Gran parte de nuestra actividad está centrada en el ámbito de la fotovoltaica, pero no perdemos de vista otras formas de generar energías limpias, en las que ya estamos realizando pruebas piloto. No se trata de ganar dinero, ése es un planteamiento muy simplista. Lógicamente, una compañía debe ser rentable para sobrevivir. Pero nosotros defendemos un concepto mucho más amplio: el sector energético debe ser pionero en iniciativas limpias y sostenibles a largo plazo, aquí no valen planteamientos cortoplacistas ni puramente comerciales. Cuando hablamos de generar energía, la rentabilidad económica y la rentabilidad social van de la mano, son inseparables. En primer lugar, debemos generar energía no contaminante. Es una demanda social, no cabe otro planteamiento. En segundo lugar, las instalaciones deben asegurar un suministro durante muchos años; y, en tercer lugar, su integración en entornos locales debe realizarse de forma ordenada y beneficiosa también para la propia comarca.

En el caso de las plantas fotovoltaicas, ése es uno de los caballos de batalla. Hay quien todavía ve estas instalaciones como una agresión al entorno, cuando la realidad es que no llegamos para invadir el terreno de nadie, sino para contribuir y aportar. Los paneles fotovoltaicos se instalan en zonas de sol, en terrenos que en muchos casos no tienen ningún otro uso. Y la idea es contribuir a la prosperidad local: colaborar con los ayuntamientos, generar ingresos para esos municipios en forma de impuestos, generar puestos de trabajo para los vecinos y contribuir a crear un entorno atractivo para otras empresas. Cuando se habla tanto de la España vaciada, la fotovoltaica se presenta como una forma de poner en valor a muchas localidades españolas. El futuro es, sin duda, de las compañías que se dediquen a las energías renovables. Y, entre ellas, triunfarán las que hagan planteamientos sostenibles, colaborativos y a largo plazo.