Almacenamiento y Transición Energética

En la Transición Energética en la que estamos inmersos el almacenamiento es, nadie lo duda, un elemento clave. Los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero nos obligan a generar electricidad con fuentes renovables, un camino que con decisión hemos emprendido ya. Las renovables son limpias, autóctonas y tienen unos importantes retornos socioeconómicos, pero no podemos permitirnos que esta transición afecte a la seguridad y suministro del sistema. Hoy el reto es proveer la flexibilidad, gestionabilidad, confiabilidad y disponibilidad necesarias, que actualmente se cubren con fuentes de energía que emiten CO2: gas natural, carbón y petróleo. Para asegurar esas necesidades disponemos de muchas, variadas y complementarias tecnologías de almacenamiento que lo van a hacer posible. Además, el almacenamiento va a tener un papel decisivo en la optimización de las Redes de Transporte y Distribución como elemento disruptivo en la digitalización de las mismas y supone un servicio esencial para el consumidor final o usuario de la energía. Como decíamos las tecnologías ya están aquí, unas más implantadas como el bombeo hidráulico, los tanques de sales fundidas o las baterías electroquímicas convencionales y otras en desarrollo, pero es necesario actuar con urgencia para adaptar el marco normativo a sus necesidades, marcadas en buena medida en la Estrategia de Almacenamiento Energético.

Por tanto, necesitamos una nueva senda de almacenamiento electroquímico más allá de instalaciones detrás del contador que cree un tejido, una financiación más eficiente y una mayor competencia que, en consecuencia, reduzca costes. Asimismo, es preciso habilitar los mecanismos para demostrar las capacidades y costes del almacenamiento térmico en sales fundidas, asociado a las centrales existentes, en las nuevas centrales, en almacenamientos independientes de la generación renovable y en sustituciones de centrales fósiles y consumos térmicos de media temperatura. Para ello hay que establecer un calendario de subastas compatible con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, aprovechando la oportunidad de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y la modificación del reglamento de Ayudas de Estado para arrancar los primeros proyectos tractores. Por último, en ASEALEN consideramos que no habrá transición justa si no está ligada a proyectos de almacenamiento. El almacenamiento de energía ha estado presente en estos cien números de elEconomista Energía, cien citas con una información que nos han ayudado a todos a seguir y comprender esta apasionante transición energética. Desde ASEALEN estamos seguros de que el almacenamiento va a tener un protagonismo mucho mayor en los próximos cien números de este imprescindible medio para el sector.