Gas en pandemia

Las empresas comercializadoras de gas firman la mayor parte de los volúmenes de sus contratos de suministro antes del 1 de enero y compran la mayor parte de los volúmenes necesarios para atender el consumo de sus clientes también antes del 1 de enero. Por ello, en enero de 2020 las empresas comercializadoras de gas tenían ya comprados la mayor parte de los volúmenes de gas que se estimaban necesarios para suministrar a los consumidores.

Estas compras se realizan vía contratos de suministro a largo plazo con importantes cláusulas de penalización por no consumo -take or pay- y llegan, principalmente, desde Argelia a través de los dos gasoductos (Medgaz y Magreb) y desde Noruega, Qatar, Nigeria, Trinidad y Tobago, etc., por barco hasta las plantas regasificadoras españolas. El suministro por barco tiene también contratos con fuertes penalizaciones por consumo, aunque también hay una parte que se va comprando mes a mes, mercado SPOT.

En marzo se declaró el estado de alarma y en abril se ordenó el paro de toda actividad industrial no esencial, lo que provocó una bajada de consumo entre abril y junio del 21% y del 8% el resto del año.

Durante los meses de abril a junio, las comercializadoras afrontamos la necesidad de encontrar destino al gas natural que estaba llegando a España y que los clientes no iban a poder consumir. El 21% del total debía enviarse fuera de España, con la particularidad de que el virus era global y la pandemia estaba afectando al consumo en todo el mundo.

Ese descenso de consumo en el segundo trimestre afectó a los precios spot de gas natural, que bajaron un 40%, por lo que cada MWh de gas que llegaba a España a precios de contratos de largo plazo -ya que los suministros se habían cerrado antes de la pandemia- y no se podía entregar a clientes, debía ser vendido en el mercado internacional spot con rentabilidades negativas medias de 7 millones de euros por barco metanero que no pudo ser descargado en España.

Este impacto en rentabilidad ha sido asumido íntegramente por las empresas comercializadoras, sin trasladarlo a los consumidores. Los sectores residencial, terciario e industrial no han recibido en sus facturas ningún impacto por los volúmenes que no pudieron consumir debido a las medidas implementadas por el gobierno de la nación.

En el caso de MET Energía, además de desviar barcos fuera de España, pusimos en marcha varias estrategias, entre ellas la reducción de la regasificación, el aumento del almacenamiento en plantas y almacenes subterráneos, y la anticipación con ventas en el mercado mayorista durante el primer trimestre del año.

Las comercializadoras de gas implementamos medios para cuidar la salud de las plantillas, teletrabajo extendido en el tiempo mucho más de lo recomendado por el gobierno, ayudas a las familias, test PCR para empleados y sus familiares, suministro de mascarillas y elementos de cuidado personal difíciles de encontrar para los particulares en aquellos momentos.

La gestión de aquellos meses, de abril a junio, coincidió con el confinamiento total. Las plantillas de las comercializadoras y, en particular, los equipos de operaciones y mercado mayorista gestionaron estas situaciones desde sus domicilios, en muchos casos acompañados de sus hijos cuyos colegios también cerraron.

Además, el impacto de la pandemia en los consumidores afectó a sus cuentas, muchos negocios -turismo, servicios, industria no esencial, etc.- tuvieron que parar y muchos no pudieron hacer frente a sus pagos.

Por ello, las comercializadoras de gas ayudaron a sus clientes con planes de pagos a medida, acuerdos extraordinarios para permitir pagar con retraso y seguir disponiendo de gas natural.

Esto obligó a las comercializadoras de gas a aumentar su circulante para poder prestar ese dinero a sus clientes. También obligó a reforzar y adaptar los procesos de cobro, y todo ello con las plantillas trabajando en casa.

La primera medida que tomamos en MET Energía España fue el cuidado de los empleados y de sus familias -teletrabajo desde el mes de febrero, PCRs a todos los empleados y a sus familiares, vuelta a la oficina de forma segura e importantes medidas de flexibilización-. No hemos puesto en marcha ERTEs, ni reducciones de plantilla -ni directa ni subcontratada-, pagamos bonus y subimos sueldos. Además, el comité de dirección aceptó bajarse el salario un 20%, la única reducción que ha habido en la compañía.

La segunda medida fue el compromiso con los clientes, ayudándoles en estos momentos tan difíciles -flexibilización de las obligaciones de consumo y de pago para los clientes afectados, puesta en marcha de medidas de flexibilización de pagos para colectivos vulnerables y pymes decretadas por el gobierno, entre otras-. Utilizamos nuestra capacidad financiera, liquidez y la gestión de operaciones, balance y suministro para aliviar la difícil situación de nuestros clientes.

Encaramos el 2021 con el mayor volumen de suministro de gas contratado desde que se creó la empresa, con márgenes que aseguran resultados en línea con los deseos de nuestros accionistas, duplicando el número de clientes, con los sistemas y procesos más depurados y con la ilusión necesaria para reanudar la senda del crecimiento.