El precio del petróleo se recompone tras el desplome del 2020

El precio del petróleo ha remontado el vuelo y ha vuelto a cotizar a niveles prepandemia. El barril de Brent -de referencia en Europa- ha llegado a superar los 65 dólares en febrero, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) -de referencia en EEUU- ha rebasado los 60 dólares barril. Estos fuertes incrementos se han hecho sentir ya en los postes de las estaciones de servicio con subidas de cerca de 6 céntimos en todos los carburantes en lo que va de año.

Una de las causas que, según los expertos, ha llevado a que el precio del oro negro se haya revalorizado más de un 40% en los últimos seis meses, ha sido la decisión de los miembros de la OPEP+ y sus aliados, en abril pasado, de recortar la producción. Ahora mismo, los recortes se mantienen en 7,2 millones de barriles de petróleo al día -desde los 9,7 mbd con los que se empezó-, a la espera de lo que suceda en la próxima reunión que tendrá lugar a principios de este próximo mes de marzo. Recordemos que la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, unida a la crisis sanitaria, llevó al petróleo estadounidense a cifras negativas por primera vez en la historia durante el año pasado al no haber suficiente capacidad de almacenamiento.

Otra de las cuestiones que está animando a la recuperación del precio del petróleo desde finales del pasado año ha sido, sin duda, la puesta en marcha, a nivel mundial, de los planes de vacunación contra el coronavirus para acabar con la pandemia. Esta medida -siempre que se cumpla con el calendario previsto- permitirá levantar, gradualmente, las estrictas restricciones de movilidad impuestas por los gobiernos de todo el mundo para contener el virus y se espera que genere un fuerte empuje de la movilidad.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que las previsiones de crecimiento económico y de la demanda de petróleo a nivel global dependen, en gran medida, “del progreso en la distribución y administración de vacunas y de la flexibilización de las restricciones de viaje en las principales economías del mundo”. Esta situación, además, se verá también afectada por la caída de inversiones en exploración y producción de la compañías. Prácticamente todas las petroleras mundiales han recortado sus planes en el área de upstream lo que abre la puerta a un futuro estrés en la oferta.

Las compañías, tras un año de fuertes pérdidas, verán cómo mejoran los resultados este año simplemente por la valoración de sus inventarios, pero atentos porque los fundamentales todavía no son sólidos. La demanda de queroseno sigue muy baja y las aerolíneas estiman una crisis duradera en, al menos, cinco años para volver a los niveles de 2019.