El sector del frío, listo ante el reto de conservar las vacunas de la Covid-19

Los cerca de 7.000 profesionales españoles que integran el sector de la refrigeración, llevan tiempo trabajando muy duro para desarrollar los equipos y sistemas necesarios para ejecutar una infraestructura adecuada para la conservación de las vacunas.

El sector de la refrigeración en España desempeña un papel fundamental en la sociedad y en el desarrollo de un gran número de industrias que, como la agroalimentaria, hostelería y sanitario-farmacéutica, entre otras, necesitan de la tecnología del frío para funcionar; de hecho, fue reconocido por el Gobierno como servicio esencial para mantener los servicios básicos durante los meses de confinamiento.

Este sector, que impacta en más del 50% del Producto Interior Bruto (PIB) en España y mueve unos 5.000 millones de euros al año de facturación, también va a tener una importancia vital para asegurar la cadena de frío que precisan los más de 73 millones de dosis de vacunas que el Gobierno español se ha comprometido a adquirir para inmunizar a la población contra el coronavirus durante el tiempo que dure el periodo de vacunación.

“En España contamos con unos 7.000 profesionales y empresas de instalaciones frigoríficas certificadas con capacidad para actuar rápidamente y con más de 200 fabricantes españoles, algunos de los cuales han desarrollado los equipos y sistemas necesarios para poder ejecutar rápidamente una infraestructura adecuada para la conservación de las vacunas”, ha señalado a elEconomista Energía Susana Rodríguez, presidenta de la Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías (AEFYT).

A este respecto, “el sector ha puesto a disposición de la administración y de los responsables sanitarios distintas soluciones para la conservación de la vacuna de Pfizer, la primera en ser administrada en España, y que requiere temperaturas de -70ºC”, afirma Rodríguez. Las primeras dosis llegaron a nuestro país a finales de diciembre. Se espera que antes de abril se reciban un total de 4,6 millones de dosis para poder vacunar a 2,3 millones de personas, aunque ya se ha confirmado que habrá retrasos.

El hecho de que la vacuna de Pfizer necesite una temperatura tan baja para su conservación, dificulta y limita mucho su distribución. Para salvar este escollo y que los viales lleguen a los puntos de administración en buen estado, la farmacéutica estadounidense ha diseñado unos contenedores isotermos especiales equipados en su interior con una carga de hielo seco -anhídrido carbónico sólido- que, a medida que se sublima, mantiene la temperatura de -70ºC dentro del contenedor.

En condiciones ideales, los aproximadamente 23 kilos de hielo seco del interior mantienen la temperatura un máximo de diez días sin abrir el embalaje. Reponiendo el hielo seco, podría reutilizarse el mismo embalaje como almacenamiento temporal hasta 30 días con solo dos aperturas diarias. Una vez descongelada, la vacuna de Pfizer puede almacenarse durante un máximo de cinco días en un frigorífico convencional a una temperatura de entre 2ºC y 8ºC.

Hasta la fecha, comenta la presidenta de AEFYT, “no tenemos constancia de que se hayan ejecutado en España instalaciones frigoríficas que permitan el almacenamiento masivo de la vacuna en los centros logísticos, puesto que, por ahora, tanto organismos públicos como empresas privadas, solo se han equipado con armarios frigoríficos ultrafreezer, similares en capacidad a una nevera doméstica”.

Teniendo en cuenta que los paquetes de vacunas deben considerarse un producto perecedero, que la administración de la vacuna no está siendo tan ágil como se esperaba en un principio y habida cuenta de la necesidad de conservar una segunda dosis para su administración a los 21 días, “creemos necesario que los hubs o centros logísticos estén equipados con sistemas de conservación a -70ºC con capacidad de almacenar cajas o palés completos”, añade Rodríguez.

Convenientemente preparados

Una de las empresas nacionales del frío cuyos ultracongeladores están siendo utilizados para la conservación de la vacuna de Pfizer es Infrico Medcare, que lleva más de tres décadas trabajando en el sector sanitario. Ubicada en la localidad cordobesa de Lucena, esta empresa andaluza ha triplicado su producción desde que se anunció la llegada de la vacuna. Acabaron 2020 con más de 250 equipos suministrados y, actualmente, fabrican una media de 15 ultracongeladores diarios, con pedidos no solo en España sino también con destino a otros países como Alemania, Francia, Italia, Israel, Sudamérica y norte de África.

“Nuestros equipos de ultracongelación ULF alcanzan temperaturas de hasta -86ºC, fabricando modelos con una capacidad que oscila entre los 110 y los 800 litros en equipos verticales y, en arcones horizontales, de entre 500 y 700 litros, capaces, por tanto, de mantener ultracongeladas miles de dosis en hospitales y demás centros sanitarios”, indica, Juan Manuel Martínez, director técnico de Infrico Medcare.

Además de los arcones congeladores y armarios ultrafreezer para soportar temperaturas tan extremas, la industria española ha trabajado paralelamente en el desarrollo de equipos y cámaras frigoríficas para el almacenamiento a gran escala a -80ºC, actualmente disponibles para crear una infraestructura logística de almacenamiento de la vacuna. “Se trata de soluciones medioambientalmente sostenibles, ya que utilizan refrigerantes naturales de muy bajo efecto invernadero, como el R170 y el R1150, eliminando por completo el empleo de gases fluorados”, explica la presidenta de AEFYT.

Uno de estos ejemplos es CRYOblock, el nuevo sistema frigorífico de conservación de vacunas a gran escala desarrollado por la empresa Intarcon -también con sede en Lucena-, específicamente diseñado para dar solución a la conservación de la vacuna en centros logísticos de la cadena de distribución. Este novedoso sistema, explica Javier Cano, subdirector general en Intarcon, “consiste en un conjunto de minicámaras de ultracongelación a -80ºC instaladas en el interior de una cámara frigorífica a -20ºC que, a su vez, está equipada con un equipo de refrigeración convencional.

Cada minicámara tiene capacidad para un palé farmacéutico y está equipada de un equipo autónomo CRYOblock instalado sobre la puerta. Se trata, por tanto, de un sistema frigorífico compacto que no necesita de conexión frigorífica in situ y que puede instalarse fácil y rápidamente aprovechando las infraestructuras existentes. Además, el usuario opera con total seguridad desde la precámara a -20ºC para introducir o extraer el producto en la cámara de ultracongelación, sin necesidad de entrar en la cámara a -80ºC”. La instalación frigorífica está equipada con un sistema de monitorización y control con tecnología 4.0.

Por su parte, la empresa Ako Group, con sede en Barcelona, cuenta con Akodata Xtrem, un sistema de monitorización de instalaciones refrigeradas a lo largo de toda la cadena de frío, capaz de registrar temperaturas de hasta -200ºC sin necesidad de instalación ni limitar los movimientos de las mismas. El dispositivo incorpora una batería con una autonomía de hasta 8 años y conectividad mediante NB-IoT (Narrow Band, Internet of Things), que garantiza una excelente cobertura, incluso en el interior de cámaras frigoríficas, y dota a los dispositivos de conexión directa a la nube, sin necesidad de Gateways, concentradores, o routers de ningún tipo, eliminando por completo problemas de conectividad.