España podrá albergar hasta 3 GW de eólica marina en sus costas

El Gobierno ha aprobado la Hoja de Ruta para el despliegue de energías marinas en España. El objetivo es tener instalado en 2030 hasta 3 GW de eólica flotante y 60 MW en energías del mar. El sector eólico valora positivamente la Estrategia, pero echa en falta un calendario de subastas y un nuevo marco normativo

El Ministerio para la Transición Ecológica ha aprobado el texto definitivo de la Hoja de Ruta de la Eólica Marina y Energías del Mar en España para su impulso en el corto, medio y largo plazo. La Estrategia contiene cuatro líneas de actuación y una veintena de medidas, con el objetivo de alcanzar entre 1 y 3 GW de potencia de eólica marina flotante y entre 40 y 60 MW de otras energías del mar en 2030. La implementación de estos proyectos se hará de manera progresiva, ordenada y coordinada, y será compatible con los distintos usos del espacio marítimo, priorizando la protección del patrimonio natural marítimo y de la costa.

Teniendo en cuenta el gran potencial de estas tecnologías, así como la fortaleza industrial y tecnológica que existe en el país, la Hoja de Ruta persigue convertir a España en un hub europeo de referencia en el desarrollo y demostración de nuevos prototipos y soluciones offshore, mediante el refuerzo de las plataformas de ensayo existentes, el desarrollo de un marco de tramitación administrativo para las nuevas plataformas de ensayo y el intercambio de prototipos. A tal fin, se activarán al menos 200 millones de fondos públicos hasta 2023 para innovación tecnológica en este ámbito. El PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE EHRA), publicado el 14 diciembre, anuncia ya varias medidas para el impulso de proyectos piloto de eólica marina. Se prevé que las primeras líneas de ayudas se publiquen en 2022.

Otro de los objetivos de la Hoja de Ruta es convertir al país en referente internacional en capacidades industriales, fortaleciendo la cadena de valor de estas energías para generar actividad económica, social y empleo de calidad, aprovechando el posicionamiento relevante de la industria española en los ámbitos naval, marítimo y eólico terrestre. Una de estas medidas se centrará en reforzar las capacidades logísticas y de infraestructura portuarias de cara a la fabricación y montaje de parques eólicos marinos y dispositivos de energías del mar. Asimismo, se estudiará la creación de un hub de energías renovables marinas que sirva como foro para catalizar estrategias y programas de impulso.

La sostenibilidad es otro de los pilares que recoge la Hoja de Ruta como criterio previo para definir las zonas de menor impacto para el despliegue de las energías renovables marinas y convertir a estas tecnologías en una herramienta para mejorar el conocimiento del medio marino, la evolución de su estado y el impacto sobre éste para garantizar su conservación. A este respecto, se instalarán sensores de monitorización y elementos de seguimiento pasivo en las nuevas infraestructuras marinas.

El cuarto objetivo es definir un marco regulatorio claro y transparente para el despliegue de estas energías, que tenga en cuenta la ordenación del espacio físico para el desarrollo de proyectos según lo establecido en los Planes de Ordenación del Espacio Marino (OPEM), actualmente en información pública, así como la certeza de que los proyectos que se desarrollen tengan acceso y conexión al sistema eléctrico para integrar la energía generada.

La Hoja de Ruta también recoge la necesidad de actualizar o sustituir el RD 1028/2007 de 20 de julio, por el que se establece el procedimiento administrativo para la tramitación de las solicitudes de autorización de instalaciones de generación eléctrica en el mar, para adecuarlo a la normativa actual, la posibilidad de convocar subastas para el desarrollo de proyectos, la creación de una oficina técnica para el despliegue de las renovables marinas en España y la elección de Canarias como zona para el despliegue inicial de la eólica marina.

Puntos básicos: normativa y subastas

La Asociación Empresarial Eólica (AEE) valora positivamente que la Hoja de Ruta marque objetivos concretos en eólica marina flotante. “No son muy ambiciosos -señala Tomás Romagosa, director técnico de la AEE-, pero pueden ser realistas teniendo en cuenta que, a día de hoy, no hay ningún MW comercial instalado, solo prototipos experimentales”.

El principal problema para el despegue de la eólica marina en España, tal y como han explicado desde la asociación a elEconomista Energía, es la falta de regulación. “La normativa está desactualizada y por eso existe una moratoria que impide que las empresas puedan presentar proyectos, y eso no quedará subsanado hasta que la normativa se modifique. El problema es que la Hoja de Ruta establece el segundo trimestre de 2023 como horizonte temporal para la entrada en vigor de la nueva normativa, lo que supone un plazo excesivamente largo que pone en riesgo la oportunidad de la eólica flotante para España, señala Romagosa”.

De hecho, la Hoja de Ruta y el PERTE ERHA anuncian líneas de ayudas ligadas a los fondos de reconstrucción para proyectos de I+D de eólica marina, “pero esos proyectos no se pueden ejecutar con la normativa actual”, afirma el director técnico de la AEE. Para poder aprovechar los fondos de reconstrucción, añade, “los proyectos tendrían que estar terminados en 2026 y adjudicados en 2023, pero con la regulación actual no se pueden construir. Sería un fracaso que se desaprovechen los fondos europeos en España por no haber adaptado la normativa a tiempo”.

Otra de las cuestiones que el sector eólico echa en falta en la Estrategia es que no se haya establecido un calendario de subastas, con fechas y volúmenes de megavatios a instalar, al igual que han hecho países como Francia, Noruega o Reino Unido. “Conocer los plazos, afirma Romagosa, es fundamental para dotar de visibilidad a los inversores y a toda la cadena de valor industrial que viene detrás”. Teniendo en cuenta que los plazos de desarrollo de los proyectos eólicos marinos son de cinco a siete años, “si todo empezara a desarrollarse ahora, para 2028 podríamos tener los primeros proyectos comerciales en España, pero como los retrasos en la regulación continúen, es posible que lleguemos a 2030 sin poder cumplir los objetivos”, explica el portavoz de AEE.

Otra de las dudas es si las subastas que se convoquen serán generales para toda la Península o zona a zona, “un detalle importante para que los promotores tengan claras cuáles van a ser las reglas del juego”, afirma Romagosa. También sería interesante saber en qué zonas concretas se van a desarrollar los proyectos, “aunque aquí entendemos que hasta que no estén los POEM aprobados, el Ministerio no se pronunciará”.

La Hoja de Ruta señala a Canarias como lugar para el despliegue inicial de los primeros proyectos de eólica marina flotante, algo sobre lo que la AEE está de acuerdo. “Pensamos que es la zona en la que puede tener más sentido económico la eólica marina porque ya tiene unos costes inferiores a los costes de generación del sistema canario y sería una solución para aumentar la penetración de renovables en las Islas, que a día de hoy es particularmente baja”, explica Romagosa.

Respecto al tema de los puntos de acceso y conexión, la Hoja de Ruta plantea que al ganador de la subasta, además de adjudicarle una reserva de zona para ejecutar su proyecto y un régimen retributivo, se le adjudique el permiso de acceso y conexión, ya que, a juicio de la asociación, “no tendría ningún sentido adjudicar una zona si luego el proyecto no se va a poder conectar a una subestación para verter su energía, tal y como se hace en otros países, donde al ganador de la subasta se le adjudican las tres cosas”.

El problema de todo esto es que la Hoja de Ruta no detalla cómo se va a desarrollar. “Otros países como Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Grecia o Portugal -explica-, están avanzando muy rápido en la definición de su marco regulatorio y están anunciando subastas, de manera que las empresas que participan en esos proyectos llevarán ventaja”.