El sector eléctrico, clave para la descarbonización de nuestro país

La transición hacia una economía descarbonizada debe ofrecer nuevas oportunidades de crecimiento para generar riqueza y empleo en todos los segmentos de actividad. A través del impulso y el desarrollo de la producción energética renovable, además de fortalecer la competitividad del tejido industrial, ayudará a ganar competitividad en el mercado global, favoreciendo la atracción de inversión y el desarrollo de nuevas industrias en España.

Desde el arranque de este 2021 las empresas de aelēc han estado inmersas en un gran proceso de transformación impulsando, más que nunca, sus planes de sostenibilidad con importantes inversiones en renovables, redes y electrificación.

En este camino hacia el futuro, nuestras empresas han jugado un papel clave para los intereses de España y han continuado avanzando en sus planes de descarbonización acrecentando su cartera de proyectos renovables para la descarbonización eléctrica y avanzando hacia unas redes de distribución más inteligentes, contribuyendo así a la creación de valor y empleo y fomentando a su vez los avances hacia una movilidad y climatización de edificios sostenibles.

Todo ello en un 2021 marcado por la preocupación de las subidas de los precios del mercado mayorista de la electricidad. En este sentido, el incremento de la demanda energética mundial asociado a la recuperación económica ha supuesto un aumento significativo de los precios internacionales del gas, impactando directamente en el mercado eléctrico. La coyuntura de los precios prevista en los primeros meses de 2022 no parece que vaya a ser muy diferente a la actual y, por ello, urge reformar la metodología de precios regulados para el consumidor doméstico, el llamado PVPC, y restringir su uso a consumidores vulnerables.

Pero todavía queda un importante camino por recorrer para cambiar la manera en cómo producimos, consumimos y gestionamos la energía, por lo que el papel del consumidor es clave en este proceso.

Se debe fomentar la participación de los consumidores en los mercados energéticos, el acceso a los datos de consumo de energía, las inversiones en autoconsumo con energía renovable, así como la expansión de la generación distribuida, el almacenamiento o los mercados locales de energía. Todo ello contribuirá a que la demanda participe de manera efectiva en la gestión del suministro y se garantice una plena integración de los recursos renovables en el sistema, contribuyendo definitivamente a la completa descarbonización de la producción eléctrica, lo que permitirá una verdadera transición energética.

Asimismo, desde aelēc defendemos que es imperativo acelerar la implantación de otras medidas que van bien dirigidas, como la puesta en marcha del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), que traería consigo la despenalización del uso de la electricidad con respecto a otros vectores energéticos. Esto supondría un primer paso hacia a una distribución más racional de las cargas asociadas al proceso de transición energética.

Actualmente, los precios de la electricidad soportan casi en exclusiva la carga que proviene de los costes incurridos en el pasado para cumplir con el objetivo de la UE de aumentar el peso de las energías renovables en nuestro consumo de energía. El proyecto de ley del Fondo plantea trasladar gradualmente, durante cinco años, una parte de este gravamen a los consumidores de otras energías y emplear la recaudación obtenida en reducir los cargos que hoy se incluyen en los precios que pagan los consumidores de electricidad.

Todo ello ayudará a la electrificación del consumo energético y, en consecuencia, a la descarbonización de nuestra sociedad, ya que el objetivo de alcanzar una Europa ‘carbon neutral’ solo será posible a través de la intensificación de los usos eléctricos finales. No es suficiente aumentar la producción eléctrica a partir de fuentes renovables, sino que también es necesario incrementar la participación de una electricidad cada vez más libre de emisiones en la energía final que consumimos.

Asimismo, si a lo largo del próximo año se continúa impulsando la electrificación de los consumos energéticos, veremos grandes ventajas económicas adicionales, como la menor dependencia energética de España, la creación de nuevos modelos de negocio -servicios de movilidad compartida o instalación de infraestructuras de recarga- la mejora en la competitividad de industrias y empresas o la transformación del sistema productivo basado en la eficiencia energética, la digitalización y la innovación.

Las empresas integradas en aelēc afrontan estos retos con optimismo y, prueba de ello, es la voluntad de invertir en 2022 una cifra cercana a los 4.500 millones de euros en proyectos de renovables, en el desarrollo de las redes de distribución y en la electrificación de nuestra sociedad. Este compromiso permitirá la creación de miles de puestos de trabajo y contribuirá a la generación de riqueza en nuestro país.

Es momento de seguir avanzando, no solo debemos superar la crisis económica y energética en la que estamos inmersos, sino que debemos hacerlo de forma inteligente, asentando las bases de un nuevo modelo hacia una sociedad y una economía más sostenible, más competitiva y más resiliente.

En definitiva, la transición en la que estamos inmersos es un proceso que va a involucrar a toda la sociedad y en la que van a formar parte agentes de todos los sectores. Desde aelēc creemos que el apoyo de las instituciones es parte fundamental de este proceso y, a lo largo del próximo año, continuaremos participando en los procesos de audiencia públicos para ofrecer nuestra visión de cómo debemos avanzar hacia la neutralidad climática, porque el sector eléctrico, desde su actividad y su valiosa contribución social, económica y medioambiental, es un agente clave para continuar avanzando en la transición energética.